jueves, 17 de octubre de 2013

Radiografía de la Juventud

Blanco y negro


Héctor Narro

Coordinador del Festival “Resplandece


334433 10150394253225939 1581962898 oLa población juvenil ha sido y continúa siendo objeto de atención y cuidado por parte de la Iglesia Católica. Sin embargo, pareciera que los métodos que fueron efectivos para la formación de jóvenes en tiempos pasados no son tan útiles hoy en día. Tanto la Iglesia como el Gobierno y otras instancias hacen grandes esfuerzos por ayudar a la juventud, a fin de que no sea presa de las drogas, el alcohol, la violencia, la delincuencia, la irresponsabilidad sexual, entre otras desgracias. Pero, a pesar de los intentos, no se obtienen los resultados que se esperan.

Puede afirmarse que México, como muchos otros países, se encuentra inmerso en una grave crisis moral, social, espiritual y económica. La pérdida de los valores morales, la permisividad y tolerancia de ambientes destructivos y la constante invasión de ideologías y tendencias que proclaman verdades a medias, dan falsas respuestas al joven ante las grandes interrogantes de la vida. Esto ha provocado, aun dentro del ambiente de Iglesia, un tipo de ateísmo teórico en algunos casos, y un ateísmo práctico en su mayoría, pues aunque muchos asumen su pertenencia a la Fe Católica, sus actitudes están lejos de corresponder a la Doctrina Cristiana.

El resultado: jóvenes que asisten a la Parroquia, a Grupos y Movimientos, pero que se hallan confundidos e indecisos a causa de la ambigüedad y el relativismo que predomina en otros ambientes y, por supuesto, por la falta de parámetros que orienten su vida. Tal panorama nos lleva a clasificar tres tipos de jóvenes que actúan en la Pastoral Juvenil:


1- Los decididos. Éstos permanecen firmes en el desarrollo de su Fe y actividad en el Grupo. Son minoría y, por lo general, cuentan con un hogar estable y sólida formación en los valores.

2- Los intermitentes. Son los que se unen a un Grupo, pero que, después de cierto tiempo, se retiran o participan de manera tibia. Viven en el filo, ya que siguen coqueteando con el mundo y les cuesta encontrar razones para adherirse con firmeza a la comunidad. Suelen ser hijos de padres con Religión, pero sin compromiso.

3- Los desertores. Son los que se retiran de toda actividad formativa en la Fe; unos para no volver, y otros para regresar en condiciones espirituales y emocionales muy precarias.


Ante esto, encontramos diversos factores que han contribuido a desarrollar esta problemática eclesial, familiar y social en el ámbito juvenil:


a) La desintegración familiar. Producto de la cantidad, cada vez mayor, de divorcios y embarazos no deseados, lo cual impide que el joven crezca en un ambiente favorable para desarrollarse adecuadamente. Al mismo tiempo, se percibe carencia en los modelos de liderazgo y los modelos familiares.

b) Estilos de vida y de pensamiento, centrados en el egocentrismo y la desmesurada búsqueda de placer y diversión. Esto promueve la rebeldía y el anarquismo; el predominio de lo instintivo y lo emocional sobre la razón y la convicción.

c) La pérdida de valores éticos y morales. Situación que desorienta y confunde, ante la toma de conciencia sobre lo bueno y lo malo, lo aceptable y lo inaceptable, lo constructivo y lo destructivo; es decir, la falta de límites y la práctica de una “ética circunstancial”.

d) La búsqueda de lo esotérico y lo místico. Que suele procurarse a través de diversas corrientes y prácticas como el Naturismo, Yoga, Meditación trascendental, etcétera, que exponen al joven a construir un estilo de vida sin propósito y sin significado.

e) El impacto de los Medios de Comunicación. Especialmente de la Televisión y la Internet, sobre todo si se suma la cantidad de horas que los jóvenes pasan frente a estos distractores, de los que adquieren costumbres y conceptos que deforman la personalidad individual.

f) La inmersión en una implacable sociedad de consumo. En ella se difunden, con fines de lucro, el uso de drogas, sexo ilícito, pornografía, homosexualidad, lesbianismo, violencia, culto a las celebridades. En definitiva, estilos de vida livianos, de apariencia y sin compromiso.

g) La grave situación económica del país y la influencia de “políticas”, como la globalización, que castiga a los más débiles y necesitados, privándoles de oportunidades justas y equitativas. Entre los grupos más afectados por esta situación se encuentran los jóvenes, quienes carecen de oportunidades de estudio y de trabajo.

h) El desarrollo de jóvenes batallando con las crisis normales de su crecimiento y en las crisis propias de su edad. La mayoría se siente incómoda, tanto en el mundo exterior, como en ellos mismos.


Hoy, padres de familia, líderes, educadores y religiosos miran con perplejidad la deserción de los jóvenes que, en sus años tempranos, acudían a la Iglesia o a algún Grupo. Algunos fueron Coordinadores. Pareciera que se cumpliera la sentencia citada por Jesús:

“Y, por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará” (Mt 24,12).

Éste es el contexto en el que se desenvuelven los jóvenes católicos; por tanto, es necesario reforzar los espacios eclesiales de encuentro con ellos, y para esto ha surgido el Festival Juvenil Católico “Resplandece”, diseñado para detonar la Esperanza, la Fe y el Amor, con vistas a construir una Iglesia más joven, más auténtica y más dinámica.


“Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas sin pastor (…) Pedid al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mt 9,36,38).


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