Festival Internacional de Cine Tercer Milenio
Del 14 al 24 de noviembre, regresa a las pantallas de Guadalajara el Cine con Valores
Pbro. Sergio Joel Ascencio Casillas
Director del FIC Tercer Milenio
Recién habían pasado las Elecciones en Venezuela, cuando fui invitado por SIGNIS (La Organización Católica Mundial de Medios de Comunicación) para ser Calificador de un Jurado en un Festival muy peculiar y de puro Cine venezolano: el Festival de Espiritualidad en el Cine Venezolano (FESCIVE). Y digo peculiar, porque me preguntaba si algo bueno podría salir de este país bolivariano, rico en petróleo, pero regido por un Gobierno populista, heredero de Hugo Chávez Frías.
Sin embargo, algo me puso tranquilo: la gente en Venezuela resultó muy amigable y vi que el corazón de este pueblo latía más fuerte cada vez, porque se sabe bendecida por Dios. Pude comprobarlo.
Viajé a Caracas y aguardé más de 12 horas en el aeropuerto, donde el Padre Néstor, Director del FESCIVE, me había recomendado probar unos biscochos de canela con un quesito fresco, y para comprarlos tuve que cambiar cien dólares en el aeropuerto. Error. A todo el que se lo conté se burló de mí. Y es que en el aeropuerto me pagaron 6.90 bolívares por un dólar, cuando en la calle, o cualquier ciudadano decente, me hubieran pagado 30 por cada billete verde. Y es que este país bullanguero, lleno de mujeres hermosas, tiene congelado el tipo de cambio y ha propiciado una economía informal y el mercado negro.
Una cadena de gratas sorpresas
En mi conexión hacia Puerto Ordaz me esperaba, el Gran Río Orinoco y el Río Caroní, que se juntan, pero no se revuelven, ofreciendo un espectáculo natural, digno de ser admirado. Los afluentes de los dos ríos transcurren juntos hasta perderse en la selva, La Amazonía.
Encontré gente linda y amable, siempre dispuesta a servir en el Estado de Bolívar, sede de la “Vino Tinto”, la Selección Venezolana de Futbol. Con todo, me percaté de que estaban divididos políticamente, hablando del Presidente Nicolás Maduro Moros y del fraude electoral. En este ambiente, quise caminar como estos dos ríos, sin mezclar los resentimientos de la política con la alegría de la Cinematografía. E hice bien.
Ya instalado en mi butaca, me quedé maravillado de las cintas venezolanas que me tocó ver: grandes historias bien contadas y de una calidad técnica sensacional. Y es que el Gobierno ha dado un impulso importante a los realizadores venezolanos a través de un ente autónomo para alentar su labor creativa.
De esta hermosa experiencia, el Festival de Cine “Tercer Milenio” ofrecerá siete propuestas del nuevo Cine venezolano; desde bellas historias en torno al abuelo y la familia (“Patas Arriba” y “El Manzano Azul”); la falsa búsqueda del amor con los engaños (“La Pura Mentira”); el tiempo que se detiene en las comunidades andinas y la magia que encierran (“El Misterio de Las Lagunas”); la urgente necesidad de cuidar la inocencia de los niños (“La Brecha del Silencio”); la conveniencia de mostrarles a estos chicos, los “chamos”, la historia de su pueblo desde los ojos de un perico bien verde (“El Relajo del Loro”), hasta concluir con una de las cintas más taquilleras en Sudamérica: “Azul y no tan rosa”.
Como dato adicional, es bueno saber que “Brecha del Silencio” se llevaría los Premios del FESCIVE y el de SIGNIS este 2013, y anotar, al mismo tiempo, que uno de los filmes más reconocidos recientemente en este resurgir del Cine venezolano es “Patas Arriba”, con la cual inauguraremos nuestro Festival este jueves 14 de noviembre, a beneficio de Radio María.
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