jueves, 12 de diciembre de 2013

Una joven con una decisión salvadora

El Sí de María


Las circunstancias de María eran complicadas, como tal vez nos pasa a nosotros en el momento en que Dios quiere llegar a nuestra vida


elsidemaria


Karla Zúñiga Santana


Jesús se encarnó para venir a unir lo que por el pecado estaba separado: El Cielo y la Tierra. Sabiendo que sería humano, Dios quiso venir como todos los hombres, y fue Él mismo quien eligió a su Madre. ¿Qué características tendría María para que Dios se hubiera fijado en Ella para ser Madre de su Hijo?


¿Fue fácil para María decir Sí?

Dios vendría a la Tierra, pero podría haber sido por medio de María o no; es decir, siempre estuvo su libertad de por medio.

Gran confusión: María había prometido permanecer casta en consagración a Dios. “¿Cómo puede ser esto, puesto que no conozco varón?” (Lc.1,34).

Los matrimonios judíos se celebraban en dos partes: el desposorio y el rito nupcial. María ya estaba desposada, mas la Anunciación sucedió en este año de espera. ¿Qué rumores se habrán escuchado en Israel ante semejante situación?


Actitudes para decir Sí, como María

A pesar de las circunstancias, hay que dejar actuar a Dios en nuestra vida

Vencer el miedo de Dios. Él no quiere castigarnos; no está viendo la forma de juzgarnos. Éstas pueden ser sugestiones del Demonio; por lo tanto, no debemos huír de Quien nos ama. (“No temas, María”, le dijo el Arcángel).

Confiar, aun sin entender, pero manteniendo siempre la Fe. “Porque ninguna cosa es imposible para Dios”.

Amar a Dios. Porque sabemos que quiere siempre lo mejor para nosotros. “Yo soy la Esclava del Señor; cúmplase en Mí lo que me has dicho”.

María decidió ser medio para que Jesús llegara a la Tierra, aunque para Ella resultaba desconcertante y completamente fuera de los esquemas que todo humano pudiera tener. Y la cuestión por la que para los católicos esto resultó tan importante, fue precisamente porque, a pesar de semejante realidad, dijo Sí al Plan de Dios. Y no sólo esto, sino que confirmó durante toda su vida esta primera aceptación. Sí, a que nazca Jesús; Sí, a cuidarlo; Sí, a escuchar sus enseñanzas; Sí, a su Muerte en la Cruz.


Reflexión:

En nuestra vida habrá personas, circunstancias y momentos en los cuales lo único que recibamos sea un No por respuesta. No, a la paz; No, a la familia; No, a la superación; No, a la vida. Sin embargo, ante esta negatividad, nosotros debemos oponer siempre un Sí. Sí, a luchar por lo que queremos; Sí, a prepararnos cada vez mejor; Sí, a trabajar para que en nuestro entorno reine la paz; Sí, a defender la vida. Parece difícil, pero no hay que temer, pues Dios “nos cubrirá con su sombra”. Es necesario, pues, confirmar el Sí a Dios todos los días, a ejemplo de María, nuestra Madre.

Ojalá que en este tiempo de preparación a la Venida del Salvador tengamos disponibilidad y actitud para disfrutar cada día y dar sentido a nuestra vida diciendo siempre Sí.


“Decirte que sí, es sólo el principio. ¡Parece tan fácil! Habrá que seguirte día tras día por el desierto y en las tormentas, sin rendición”. Tesalónica


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