jueves, 5 de diciembre de 2013

El Año de la Fe se quedó en la Parroquia de San Pedrito

Clausurado con la Consagración a la Santísima Trinidad


Pbro. Óscar Maldonado Villalpando


DSCN0035[1]Todos los sectores y los fieles de los barrios se prepararon con entusiasmo para clausurar el Año de la Fe; pero, sobre todo, para vivir los frutos de este singular año. Así se programó en nuestra comunidad de San Pedrito (Señor de los Milagros), el viernes 29 de noviembre.

En tres puntos del territorio parroquial se reunieron los sectores cercanos, cada uno de los cuales portando la imagen de su Santo Patrono, así como ofrendas, flores y pancartas alusivas a este Año de la Fe. Uno de esos Grupos estuvo consagrado a Dios Padre, otro a Dios Hijo y el tercero a Dios Espíritu Santo, porque la Santísima Trinidad es el término vital de nuestras creencias.

A lo largo de la marcha se rezó el Santo Rosario, mientras que en el cielo atronaban los cohetes, y los peregrinos llevaban velas encendidas. Una comunidad de Hermanas Religiosas se integró a la Peregrinación, y al final los tres contingentes coincidieron en el atrio de la Parroquia. Allí, ante la puerta cerrada del templo, se llevó a cabo un primer signo especial, que consistió en recordar que un día, el de nuestro Bautismo, todos pedimos entrar a la Iglesia, y que hoy cruzaríamos de nuevo esta puerta para entregarnos a ese Misterio que es el Dios Eterno.


Signos visibles

Tras del ingreso a la iglesia, dio comienzo el Santo Sacrificio de la Misa en un clima especial de devoción, y una vez proclamado el Evangelio, todos los participantes fueron invitados a besar la Sagrada Biblia en señal de aceptación y de amor al Señor, que es la Palabra.

Otro signo muy importante fue que, al proclamar el Credo, elemento sustancial de este Año de la Fe, los fieles volvieron a encender sus cirios. Luego se expuso una Catequesis sobre lo que significa creer en Dios Padre, creer en Dios Hijo y creer en Dios Espíritu Santo, siguiendo la pauta del Catecismo de la Iglesia Católica.


Consagrados a la Santísima Trinidad
Acto seguido, un Coordinador de Sector pasó a proclamar nuestra Consagración a cada una de la Tres Divinas Personas, que sucesivamente fueron representadas en unas pinturas previamente preparadas; de esta forma, el Año de la Fe se quedaba en nuestra vida parroquial, pues éste ha sido, es y será el Misterio fundamental de nuestra vida cristiana.

Llegado el momento de la Sagrada Comunión, se distribuyó la Santa Eucaristía bajo las dos especies, para simbolizar una participación más rica y profunda en el Divino Misterio.

Fue ésta, sin duda, una celebración jubilar, hermosa y plena de significados, que evocó la sencillez y alegría que el Santo Padre, Francisco, nos señalara en una de sus más recientes exhortaciones: “La Alegría del Evangelio debe llenar el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él, son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo, siempre nace y renace la alegría”

Por todo esto, nuestra Parroquia se sintió visitada y amada por el Señor que, al concluir este Año de la Fe, vino a llenar de alegría la entrega y reconocimiento de nuestros corazones a esa virtud esencial.


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