Posada del Clero
La fraternidad sacerdotal, condición para una auténtica Misión
El jueves 19 de diciembre, en el Seminario Menor, el Presbiterio tapatío efectuó su Posada en torno a su Pastor, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara.
Mónica Livier Alcalá Gómez
Abundante cantidad de Sacerdotes Diocesanos, y también algunos Religiosos, se dio cita para celebrar su tradicional Posada que, como cada año, constituye para el Clero un momento oportuno para la oración, la hermandad y la reflexión.
Este año la casa anfitriona fue el Seminario Menor de Guadalajara, por lo que los seminaristas que en ella estudian la prepararon con esmero para recibir a sus distinguidos visitantes. Dicho acontecimiento dio inicio con el rezo del Santo Rosario en la Capilla, espacio central de todo el Seminario; ahí, los Sacerdotes, de rodillas y con sus cuentas en las manos, meditaron los Misterios Luminosos, que recuerdan a Jesús en pasajes de su vida activa y en algunos de sus insondables enigmas.
Esta oración mariana, en cada uno de sus Misterios, fue acompañada por los cánticos alusivos a esta época, villancicos y motetes, entonados por los miembros de la Schola Cantorum del Seminario Menor, dirigidos por el Padre Édgar Iván Preciado Mariscal. Es de notar que este año la Capilla lució repleta, pues conforme avanzaba el rezo, llegaban más y más Clérigos a participar de este emotivo acto.
Humildes Peregrinos…
Al término del Rosario se continuó con la tradicional “petición de posada”. Seccionado el Presbiterio en dos grupos, recorrieron el espacio circular alrededor de la Capilla, mientras unos pedían posada para los “Santos Peregrinos” y otros la negaban, para finalmente concederla.
Es de notar que para esta encomienda siempre hay Sacerdotes bien dispuestos a cumplir la tarea de “cargar” el no muy ligero pedestal donde se yerguen las figuras que representan a José y la Virgen María a lomos de un borrico, lo cual alude al peregrinaje que los Santos Esposos tuvieron que hacer desde Nazareth, y las dificultades que hubieron de afrontar en Belén, poco antes de que naciera el Niño Jesús, aquella noche feliz.
Los últimos en cargar sobre sus hombros las pesadas andas con los “Santos Peregrinos”, fueron el Cardenal Francisco Robles, acompañado de los Obispos Auxiliares presentes: José Leopoldo González González, José Francisco González González -recién Electo Obispo de Campeche- y Juan Humberto Gutiérrez Valencia.
Acciones para concretar por la fraternidad sacerdotal
Ya reunidos en el Auditorio “Cardenal José Salazar López”, se llevó a cabo una audición especial de cánticos navideños, a cargo de la mencionada Schola Cantorum, para luego pasar a uno de los momentos centrales de la Posada: el Mensaje del Cardenal Robles. Éste, antes de su intervención, quiso rendir un merecido homenaje de gratitud y felicitación al flamante Obispo campechano, José Francisco González. A su vez, éste agradeció a todo el Presbiterio la solicitud y amabilidad que siempre le dispensaron, al tiempo que invitó a todos a acompañarlo en su Toma de Posesión, el próximo 12 de febrero a las 11 Hrs., en el Centro de Convenciones de la capital de ese Estado.
Por otra parte, lo sustancial del Mensaje del Arzobispo fue lo siguiente: “Si nos decimos hermanos, entonces deberíamos tratar de analizar cómo proyectar en la vida concreta una verdadera fraternidad sacerdotal”.
A este respecto, subrayó que desde que llegó a Guadalajara como Pastor Diocesano, notó una especial dificultad para hacer realidad ese objetivo; como que a muchos Sacerdotes se les dificulta ser hermanos, manifestar amistad y solidaridad, más allá de su propio círculo de amigos o compañeros de Generación: “Siendo lo más realistas posible, vamos asumiendo este compromiso a nivel de Decanato primero, y entonces veríamos ¡cuántas situaciones humanas podrían resolverse en este nivel! ¡Cuántas benéficas acciones pastorales podrían concretarse!”
El Prelado advirtió también que la fraternidad entre los Sacerdotes es una condición indispensable para llevar a cabo una auténtica Misión, pues la tarea evangélica exige que se dé inicialmente a nivel de hermanos: “Sueño que nuestro nuevo Plan Diocesano sea un motor en la acción evangelizadora de nuestra Arquidiócesis; que sea una respuesta a los grandes desafíos que tenemos como Iglesia particular; que cale en nuestra realidad y la transforme; pero, para esto, necesitamos manifestarnos primordialmente como verdaderos hermanos”.
Luego exhortó a los Decanos a ser favorecedores e impulsores de este compromiso, de asumir este reto hasta lograr una genuina fraternidad sacerdotal.
Asumiendo la fraternidad
Tras las palabras del Pastor, tuvo lugar, como ya es habitual, un diálogo, en el cual algunos Presbíteros expresaron dudas e inquietudes, a las cuales el Arzobispo Robles Ortega dio cabal respuesta.
Finalmente, procedió una tanda de avisos y la rifa de regalos, para pasar a un momento de alegre convivencia compartiendo animadamente los alimentos, para así comenzar a hacer realidad los deseos insistentes del Pastor: “Que todos seamos hermanos; que exista una auténtica fraternidad sacerdotal para llevar a cabo nuestra Misión”.
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