Abierta convocatoria
Andrea Barba Ochoa
En el marco de la Jornada Mundial del Migrante, que celebrará la Iglesia el próximo 14 de enero, la Arquidiócesis de Guadalajara, a través de la Pastoral Social, realizará el “Encuentro Diocesano con el Hijo Ausente” el próximo sábado 21 de diciembre en la Parroquia de San Bernardo, en punto de las 12 horas. Es el primer encuentro de este tipo que se realiza en nuestra Arquidiócesis, y tiene por objetivo: “Encontrarse con quienes han dejado estas tierras en busca de mejores oportunidades para recordarles que la Iglesia, Madre y Maestra, está al pendiente de sus necesidades y situaciones particulares”.
Lo que se pretende en este Encuentro es dar respuesta a la invitación que nos hace el Papa Francisco en el Mensaje de la Jornada Mundial del Migrante: “La Iglesia no ve en el migrante, ni en el que se desplaza, sino a un hermano o a una hermana, que deben ser acogidos, respetados y amados, y una ocasión que la Providencia nos ofrece para construir un mundo más justo y una Sociedad más democrática”.
El señor Cura Engelberto Polino Sánchez, Párroco de San Bernardo y Coordinador de la Pastoral Social, reconoció que “son muchos los católicos de nuestra Iglesia que han dejado su casa, su tierra y su familia en busca de mejores oportunidades, y son muchas las familias que tienen, más allá de nuestras fronteras, un hijo, un hermano o un padre”.
Por esta razón, el Padre Polino hace una invitación a los Sacerdotes para que conviden a sus fieles, de manera particular a quienes tienen familiares en el extranjero, a participar en este evento, que iniciará con una Solemne Celebración Eucarística y concluirá con una Convivencia y diálogo con los hijos ausentes. Habrá una Bendición especial para ellos, y a partir de este acontecimiento se pretende generar puentes y condiciones para que, a lo largo del año, la Iglesia de Guadalajara, pueda estar en contacto con sus Hijos Ausentes.
EL DESASTRE DEL NIDO
I
Señor: yo sé que el norteamericano,
si no ahora, mañana u otro día
hará una patria sola con la mía
y su hereje terruño luterano.
Estorbarlo quisiera.
Si en mi mano
tuviera tu poder, yo arrancaría
mi pedazo de Patria y lo hundiría
en el cielo más hondo y más lejano.
Morar con una gente que me daña;
ver alzarse otro altar sobre el caído
que, al dejarme su voz, me donó España,
¡eso no puede ser!
Nunca he podido ni siquiera pensar que un ave extraña
venga y me diga: “Déjame tu nido”.
II
Yo no sé en qué castigo habrás pensado.
Mas, si entregar a los sajones quieres
mi dulce Patria, es bien que consideres
la noche sin estrellas en que he entrado.
Considérala bien, y si has hallado
justa la pena mía, y si quieres
ser bueno aún, te ruego que te esperes,
mientras cometo el último pecado.
Haré la excelsitud de una montaña
con cuanta cosa en mi solar ha sido
y he de ponerla a arder…
¿Miras la hazaña?
Si la lograra…
Es lo único que pido.
Si ha de ocupar mi nido una ave extraña,
me dejo de ser ave y rompo el nido.
Pbro. Alfredo R. Placencia Jáuregui.
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