Lupita querida:
Hace cuatro meses descubrí esta Sección, que me alimenta mucho. Quiero cambiar y poner en práctica todo lo que nos sugieres, pero algo me mantiene anclado. No puedo avanzar. Tengo las mejores intenciones, mas siento algo pesado que debo cargar y siempre me encuentro con que las cosas buenas no son para mí. ¿Cómo “desatorar” mi camino para poner en práctica tus consejos y los Mandamientos de Dios?
Raúl P.
Querido Raúl:
Nuestros sentimientos son precedidos por nuestros pensamientos, y éstos son fabricados en la mente. Una explicación metafórica nos ayudará a entender nuestra inseguridad.
Eduardo Aguilar Kubli, especialista en Psicología Positiva, explica que todos llevamos un “chismoso” dentro, que nos dice constantemente cosas negativas sobre nosotros mismos. Nos compara con los demás y nos deja en desventaja. El problema mayor es que el ser chismoso no se calla. Nos habla todo el tiempo como bombardeando cada momento de nuestro día.
¡Debemos callarlo para siempre!
Las ideas que repite este chismoso se parecen a las siguientes:
“No vas a lograrlo; has estado patético; ya la regaste otra vez; nada te sale bien; eres un mediocre; de nuevo ‘hiciste el oso’; bruto; eres un gordo perdedor”, etc.
La persona que se repite a sí misma estas frases, lógicamente experimenta ansiedad, y su estado emocional es de irritabilidad, de melancolía, estrés general. Se siente como tú describes: atorado.
Debes saber que ese chismoso es mentiroso. Te dice horrores de ti mismo, exagera los errores y te exige algo humanamente imposible: la perfección. “Dale cuello”, no lo escuches más; tú le das vida al permitirle alimentar tus pensamientos.
Y esto pudo darse a lo largo de tu infancia, con los mensajes erróneos que algunos adultos te transmitían. Será necesario revisar en tu historia personal de dónde pudieron surgir tus ideas catastróficas sobre ti mismo. Una vez que ubiques este germen, podrás vencerlo con nuevas y luminosas frases, que sustituirán a las mentirosas.
Dios no miente. Deja que sea Él quien inspire tus pensamientos:
* (Josué 1:9) Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
* (Isaías 40:31) Pero los que esperan a Dios tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
* (Lamentaciones 3:55-57) Invoqué tu nombre, oh Dios, desde la cárcel profunda; oíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros. Te acercaste el día que te invoqué; dijiste: No temas.
* (Romanos 15:13) Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.
* (Filipenses 4:13) Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
Alimenta tu Fe, y tus miedos morirán de hambre. ¡Las cosas buenas Sí son para ti! Cada ser humano es hechura divina. Te recomiendo algo práctico que te permitirá dejar al “hombre viejo” atrás y renovarte completamente este fin de año: confiésate. ¿Buscas paz interior?, confiésate; ¿quieres fortaleza para vencer tus debilidades?, confiésate.
Si quieres una vida renovada, aprovecha las celebraciones del fin de año y repite para ti mismo: “Año Nuevo, mente nueva”.
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