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Quien leyó “El Estado laico y sus malquerientes”, de Carlos Monsivais, suerte de “crónica con pretensiones históricas· del desaparecido escritor cuya pluma de vomitar fue esencialmente la Iglesia Católica, no encontrará una réplica de tal mamotreto en la acerada compilación que Elio Masferrer Kan, bajo el signo de Libros de la Araucaria, recién ha publicado con el título que encabeza esta nota.
Desfilan, por sus 136 páginas de letra apretada y formato vertical de medio oficio, siete voces que representan a las diversas vertientes que hoy en día dialogan, discuten o despotrican en torno al ser y queha-cer de la Iglesia en México, desde aquellos que todo lo ven a partir del punto de vista del quehacer político (como Masferrer), hasta los representantes de la masonería o del protestantismo mexicano con toda su desconfianza histórica -y odio visceral- a la Iglesia Católica y sus ministros.
Se trata, pues, de un interesante estudio dirigido a quienes desde la pluralidad del debate contemporáneo, algo distante, aunque no del todo, de los enfrentamientos ideológicos del pasado reciente, siguen viendo con reticencia el encuadre que en la práctica se va dando para equilibrar lo que nunca hubo en México: una separación jurídica real entre la Iglesia y el Estado, que es como decir una definición imparcial de la libertad religiosa, que sí prevaleció, paradójicamente, en las sociedades democráticas del Siglo XIX, de raigambre cristiana pero no católica.
Muy digna de ponderación es la ponencia del Doctor Rodolfo Soriano Núñez, intelectual católico pero no atrapado por compromisos confesionales y, por lo tanto, libre para vertir su punto de vista a propósito de la estrategia asumida por el Episcopado Mexicano con tal de negociar con el Gobier-no algunos ajustes constitucionales para remover los furúnculos del pasado, pero sin tomar en cuenta a la amplia base social, que ciertamente aún conserva, aunque no por mucho tiempo, dice Jesús López Lobato, quien avizora el inminente cambio de estafeta del panorama religioso en México, al calor de lo que, según él, es nada menos que el colapso del catolicismo en este país.
No cabe duda: es un valioso texto de lectura, conveniente para los analistas del fenómeno religioso en México.
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