Juventud en proyecto
Los seres humanos existimos y tenemos una razón, un sendero para vivir. Y en particular, los jóvenes somos un proyecto de Dios, somos Gracia, porque ser joven es pasión, es esperanza, audacia, autoexigencia, aceptación del riesgo, elección de las cuesta-arriba…Y luz en la mirada
Pbro. Rodolfo Rodríguez Leyva
La cuarta parte de nuestro país es población de jóvenes. Poseen una fuerza que puede llevarles muy lejos. Esto, a pesar de los altos índices de delincuencia (organizada o no), de la ociosidad y el pandillerismo; de la corrupción, de la ineficacia en la búsqueda de proyectos; de la baja calidad de vida en el entorno, de la carencia de espacios de sano esparcimiento; de la falta de opciones educativas y de progreso que, desgraciadamente, van marcando un rumbo frecuentemente indeseable para muchos miembros de las generaciones emergentes.
Mas, una inmensa mayoría de los jóvenes desea que no sólo se reduzca a su mínima expresión la violencia y la inseguridad, sino que la sana convivencia surja y prospere. Es por eso que la Institución “Barrios Unidos en Cristo”, en el marco del 23º Aniversario de su Fundación, pretende dar un nuevo impulso a esta etapa de “reingeniería”, bajo la atinada dirección del Padre Olegario Corona Angulo y del líder Joel Chávez, en su ideario, para seguir así participando en la vida social y eclesial de nuestro entorno.
Evento en puerta
Para el sábado 14 de diciembre, el Padre Fito Leyva, colaborador de esta organización, ha convocado, junto con Beto López, a los jóvenes miembros de Clubs de Autos y Motociclistas, para que, partiendo de la Plaza de la Bandera, en el Sector Reforma, se llegue a las instalaciones de la Antigua Penal de Oblatos, en el Sector Libertad, en donde, a eso de las 10 a.m., dará inicio un Magno Concierto con diferentes agrupaciones de rock, ska, rap, así como de DJ, que animarán el evento, el cual busca ser una muestra de lo que todos deseamos: la paz y la convivencia armónica.
Se dignará celebrar la Eucaristía en ese lugar el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, Arzobispo Emérito de Guadalajara, hacia las doce del día. Asimismo, se irán compartiendo, cada 30 minutos, mensajes evangelizadores, de alegría y paz. Igualmente, en esta sana y festiva reunión, se buscará hacer acopio de víveres, enseres domésticos, ropa, calzado y juguetes, que se entregarán a diversas comunidades cercanas o de Municipios alejados, que sufren de pobreza extrema, y en los que, en colaboración con las Parroquias y Autoridades Civiles de cada localidad, se tratará de contribuir a la urgente reconstrucción del tejido social roto por la violencia recalcitrante, que parece agudizarse y amenazar la estabilidad de nuestro Estado.
Empuje y convicción
Para ello, se cuenta con jóvenes capaces de hacerse partícipes de esta experiencia, y que se han propuesto ser misioneros animosos, portadores del Mensaje que ha de proclamarse con el entusiasmo y su muy natural modo de ser honrados ciudadanos y buenos cristianos. La mayor parte de los jóvenes que participan en Movimientos Católicos Juveniles, como el de “Barrios Unidos en Cristo”, irradian bienestar y la alegría de vivir, y llaman la atención por su calma, la sonrisa, la cooperación y la apertura.
Debemos tener fe en estos muchachos, que preparan y suscitan así una revolución espiritual y de civilidad muy activa. Como sus coetáneos, también ellos enfrentan problemas; algunos, incluso, ya habrán tenido experiencia con la droga o se habrán comportado fuera de la Moral Cristiana; esto es, han vivido escarmientos y fracasos, pero hoy tienen hambre de otra cosa y están en búsqueda de una esperanza; anhelan un ideal de vida y una espiritualidad fundada en Alguien verdaderamente trascendente: Dios Nuestro Señor.
Una parte de la juventud laicista, hedonista y materialista de nuestro entorno, que cada vez es más escéptica y sin esperanza, es sacudida por estos jóvenes que creen en Dios y quieren vivir en consecuencia. Saben que la vida no es fácil, pero alentando una ilusión firme, no se resignan ni se dejan arrastrar por la corriente.
Quizá sea, ésta, una audacia misionera, pero que quiere ser propositiva. Reconozcamos y redescubramos la vida de los jóvenes en sus lugares vitales y promovámoslos, pues no se trata de sacarlos de sus ambientes, sino ayudarles a convertir éstos en sitios vitalmente saludables.
Los beneficios que se buscan, pronto darán su fruto: favorecer la experiencia de conversión personal y pastoral, mediante esta serie de eventos, justamente ahí donde la violencia de las pandillas, la droga, la delincuencia y la marginación dañan más profundamente el entorno social. Los jóvenes propositivos quieren volver a las calles, evangelizar a sus hermanos alejados, a los estigmatizados sociales, en sus mismos espacios vitales, para volverlos multiplicadores del Mensaje que portan.
Quieren auxiliar, al menos un poco, a sus hermanos más necesitados, y fundar entre ellos comunidades vivas de “Barrios Unidos en Cristo”. De este modo, planean emprender un Año Jubilar para festejar el Vigésimo Cuarto Aniversario de su Fundación, con una efervescencia de juventud y de alegría que nos conduzca a todos a vivir el Evangelio en esos mismos Barrios Unidos en Cristo.
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