“Las Cantadas”
Rafael Ramírez Lira
Mientras en muchos lugares las tradiciones navideñas se ven tentadas por costumbres de menor arraigo y ajenas, como el barbado y gordo Santa Claus, el árbol y las mal llamadas “posadas”, donde corre el vino y se recuerda todo, menos a Jesús Niño, en Santa Cruz de las Huertas viven una Catequesis centenaria con sus Pastorelas, que involucran a toda la comunidad.
Rafael Ramírez Lira
Las puertas hacia un pasado rico en historia y tradiciones se abrieron para el Párroco Eduardo Delfino Mendoza Medina al llegar a su nueva Parroquia de Santa Cruz de las Huertas. Atrás quedaron para él las tareas de su anterior Parroquia de San Pablo, en Las Fuentes, y trasladó su entusiasmo pastoral a iniciar una etapa nueva entre ricos simbolismos y maneras muy propias de vivir la Religión en esta Parroquia, que se encuentra en el Municipio alfarero de Tonalá.
Peculiaridades
Se sorprendió el Párroco con la llegada de la Navidad y las maneras originales de festejar. Las Posadas no inician como en todas partes, el 16 de diciembre. El festejo de los ocho días arranca el 24 de diciembre y, sin perder el ritmo, se prolonga hasta el día uno de enero.
Parte central de los festejos son las “Cantadas”, nombre coloquial que allí se da a las Pastorelas, que dan inicio el 24 de diciembre con una Procesión por todo el pueblo. “Le llevan el Niño Dios a los enfermos en sus casas, y a quienes por algún problema no pueden salir para que los bendiga, y escuche sus peticiones”, manifestó Francisco Javier Romo Cuéllar, quien por ser originario de la Parroquia y entregado apóstol, se ha convertido en asistente del Párroco, y en estas Fiestas, en instructor de las tradiciones.
Después de haber recorrido los hogares del pueblo, llegan con la venerada imagen del Niño Dios a la Parroquia para celebrar la Misa de Noche Buena, o “de gallo”, como la tradición le nombra. Ese día, el Niño sale del templo y regresa al templo.
La cercanía con el Niño, se gana. Quienes acompañan durante los recorridos a la imagen son los “Capitanes”, que se renuevan cada año y se inician con el beso y Adoración al Niño Dios el primero de enero. Con ese gesto, cada uno enciende un cirio y se compromete a seguir dando vida a esta tradición, que se ha conservado por más de 200 años. En la misma ceremonia del beso, termina el encargo de los anteriores “Capitanes” y dejan el lugar a los nuevos.
La figura del Niño es pequeña y con antigüedad de más de 100 años. Se conserva en una repisa de vidrio en el templo parroquial y acompaña a los pastores en las “Cantadas” de estos días.
Una prerrogativa de los “Capitanes”, es nombrar a los pastores que participarán en las “Cantadas” o Pastorelas, que durante los días del 24 al primer día del año se representan en diferentes puntos del pueblo. Una vez, en la mañana, a las 10, después del mariachi que acompaña al Niño a las 6; otra vez, en otro lugar del pueblo, a las 12, y una más por la tarde. Estas “Cantadas”, son motivo de reunión de los vecinos, de alegrarse juntos y compartir alimentos según la hora. Los alimentos son abundantes y gratuitos para todos los asistentes. Allí comen los pastores, los niños y adultos.
Sentido catequético
Explicaba entonces el Párroco que el texto que recitan en las Pastorelas o “Cantadas” está escrito en un libro que por más de dos siglos se ha venido pasando de generación en generación y contiene valiosos Mensajes de Evangelización. Este mensaje se ha conservado y se remonta a los instrumentos que en otra época los Sacerdotes utilizaron para evangelizar, al tiempo que se construyó el templo, en 1780.
La antigüedad y belleza del templo, sin duda, son complemento de las tradiciones que mantienen unida a su población y les fortalece un especial orgullo. La división territorial de Santa Cruz de las Huertas está conformada por cuatro Cuarteles, y en la tradición de los “Capitanes”, se da lugar a los Patriarcas o personas más antiguas y que cuidan que se transmita el patrimonio a los capitanes más jóvenes.
Éstos sienten su responsabilidad y acuerdan entre ellos le hechura de tamales para cada 10 de diciembre y ese día se forman en dos filas para besar al Niño y refrendar el compromiso de las Fiestas que están por llegar. Cantan el “Arrullo” al Niño y le llevan ofrendas. Cada capitán pone una cantidad de pastores y se inicia el tiempo de aprender los diálogos de las “Cantadas”.
Las fiestas llamadas “Bodas”, se incluyen en estos días y se convierten en una rica muestra de los platillos más tradicionales como el mole en todas sus versiones, caldos, sopas, tamales y más. Son festejos abiertos a todos los asistentes y dan sentido comunitario y de generosidad para la población.
Ha sido, ésta, una nueva manera de vivir la Navidad y de profundizar en los mensajes y tradiciones que se han mantenido a pesar del tiempo y de los cambios. Es un orgullo de la gente de Santa Cruz de las Huertas, y es un baluarte de nuestra cultura religiosa regional.
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