viernes, 29 de mayo de 2015

Una guía para hombres, ¡pero vale también para ellas!

Al Templo, de buen porte

misa de los hombres

Sam Guzmán

La Sociedad se está volviendo cada vez más casual. He visto personas comprar en la droguería, en pantalones de pijama y pantuflas peludas. He ido a Conciertos de música clásica a nivel internacional, en los que la gente iba vestida con camisetas hawaianas y pantalones vaqueros. Incluso las bodas y los funerales son cada vez más casuales.
Esto me molesta, porque la forma como vestimos es signo de cuánto respeto tenemos por nosotros mismos y por los demás. Si no nos vestimos bien por alguien o algo, es un signo de que no respetamos a ese alguien o algo.

Vestirse bien, implica sacrificio
Parecer elegantes requiere un esfuerzo. Llevar un traje bien planchado y corbata, en lugar de una camiseta mal doblada, requiere tiempo. Afeitarse, demanda un poco de esfuerzo; peinarse, también. Son precisamente estos pequeños sacrificios a nivel de tiempo y esfuerzo, sin embargo, los que dicen a los demás que son dignos a nuestros ojos.
Créeme, sé que para los hombres no es fácil. Por naturaleza no queremos hacer este esfuerzo. Te garantizo que, si lo haces, te sentirás más feliz, viril y seguro de ti mismo.

¡Vístete bien para ir a Misa!
Aunque no creas que en las actividades cotidianas valga la pena vestirse elegantemente, hay un lugar en el que sí deberías hacerlo. Siempre. Y es la Santa Misa. Jesús, el Rey de los Reyes, está en tu Parroquia. Los Ángeles tiemblan frente a Él; los Demonios huyen de Él. Se hace presente en el Altar en cada Misa. ¿De verdad quieres ir a verle en chanclas y pantalón corto? ¿Quieres, de verdad, decirle a Jesús: “No valía la pena vestirme bien por Ti”?
Como Sociedad, nos cuesta comprender esto. Tenemos un punto de vista distorsionado de la igualdad, según el cual nadie, independientemente de quién sea, merece honor o respeto. Esto es simplemente un error. San Pablo dice que hay que honrar a quien se le debe, y si hay alguien que merece honor, es Jesucristo.
Lo sé. No lo hace nadie. La Misa en tu Parroquia quizás no sea muy reverente (espero que sí), pero no es excusa. Parte del ser hombre es hacer lo correcto, aunque no sea aplaudido. Sé fuerte, ve contracorriente.
Sacerdotes: piensen en explicar el significado de la presencia real de Jesús en la Eucaristía, y después animen amablemente a sus feligreses a mostrar respeto en el modo como se visten.

El legalismo no es la respuesta
Pienso que todo el mundo debería vestir bien en Misa, pero no se trata de prescribir exactamente lo que hay que ponerse. No es mi tarea recomendar un frac o una levita, un color determinado de pantalones o cierto tipo de zapatos. Pero te sugiero tres normas básicas:
1. Tu vestimenta debería requerir un esfuerzo. Cuando decides qué ponerte para ir a Misa, no busques lo más confortable o cómodo. Intenta estar un poco incómodo. Haz un esfuerzo y un pequeño sacrificio.
2. Tu atuendo debe estar por encima de lo casual. Cada uno vive en un lugar, y nuestra cultura tiene mucho qué ver con lo que representa un vestido respetuoso. Pero, independientemente de donde vivamos, deberíamos tener “vestidos de domingo”, más bonitos que los que llevamos todos los días. Si para ir a Misa te pones lo mismo que para ver la tele, entonces tienes un problema.
3. Hazlo por amor. Lo más importante es que nuestra motivación debe ser el amor. En el momento en que hacemos las cosas por otras razones, estamos perdiendo el tiempo. He oído a muchos decir: “Dios mira al corazón, ve que le quiero aunque no me vista bien”. ERROR. El amor se manifiesta siempre externamente con actos de donación de uno mismo. El amor no es un sentimiento, sino una elección de sacrificarse uno mismo o algo a lo que se da valor, por otro. Como dije antes, vestirse bien es un pequeño sacrificio. Cuanto menos te apetece, más precioso será a los ojos de Jesús este gesto. Aunque el mundo te diga que no vale la pena vestirse bien por nada, un caballero católico no debe pensar así. Debemos mostrar respeto por nosotros mismos y por los demás, haciendo un esfuerzo. ¿Cómo suelen vestirse en tu Parroquia? ¿Qué puedes hacer por mejorarlo?
Sam Guzmán es el Fundador y Editor de Catholic Gentleman, donde este Artículo fue
publicado originalmente.

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