jueves, 14 de mayo de 2015

“Espinas y frutos”, de un corazón sacerdotal

Memoria y gratitud

Celebrando 25 años de ministerio, el señor Cura Jesús Suárez Arellano narra su experiencia sacerdotal en Angola, al igual que su sentir y anhelos como discípulo de Cristo.

Espinas y frutos 2

Sonia Gabriela Ceja Ramírez

El sábado 2 de mayo, en el marco de la celebración de sus cinco lustros de vida sacerdotal, el Padre José de Jesús Suárez Arellano, actual Párroco de Santo Niño de Atocha, en el Fraccionamiento Pinar de la Calma, del Municipio de Zapopan, presentó su Libro Espinas y Frutos, en el que narra sus memorias durante los años que prestó su ministerio sacerdotal en Angola, África, entre 1999 y 2005.
Los festejos iniciaron con la Celebración de la Santa Misa, presidida por el propio festejado y concelebrada por aproximadamente 25 Sacerdotes compañeros de generación, así como otros amigos Clérigos.

Para agradecer a Dios
La Predicación estuvo a cargo del Pbro. Ricardo Durán Aguayo, Vicario Parroquial de Santo Niño de Atocha, quien recordó que, hace 40 años, Dios llamó al ahora señor Cura Jesús Suárez para que le sirviera mediante el ministerio: “Te llamó para que estuvieras con Él y te prometió que si tú aceptabas ese llamado, Él iba a darte todo.
“Aquí están tus padres, tus hermanos; lo cierto es que Dios es siempre fiel, y hoy le estamos dando gracias por tu ministerio, por tu donación, por tu consagración, y al mismo tiempo le pedimos que te siga dando un corazón generoso, un corazón de Pastor; que nunca tengas miedo de darle todo a Dios porque Él siempre estará contigo y te regresará el ciento por uno. Y, lo mejor de todo: va a darte una vida eterna. Ésa es nuestra Esperanza, y eso es lo que nos anima a entregarnos al Pueblo de Dios.
“Que Dios te siga bendiciendo, acompañando y, sobre todo, que te haga un santo Pastor, al estilo de Jesucristo, nuestro Buen Pastor”.
Al finalizar la Misa, los diversos Grupos de la Parroquia, e incluso de otras comunidades donde ha servido, ofrecieron al Padre Chuy un ramillete espiritual, mientras que él se comprometió a seguir echando las redes y seguir cultivando la viña en los campos del Señor hasta el día en que lo llame a la morada eterna. “Gracias a cada uno de ustedes por estar presentes en mi vida y por acompañarme hoy. El Buen Dios les pague su caridad para conmigo y los bendiga. Los amo”, dijo el Padre Suárez.

A compartir desde el corazón
Espinas y frutos 4La Presentación del Libro corrió a cargo de tres de sus compañeros Sacerdotes (Pedro Humberto López Contreras, Mario Ramírez Gómez y Alejandro Branca Palencia), quienes definieron el trabajo como un “diario del alma”. Y es que Espinas y Frutos recoge algunas de las experiencias del señor Cura Jesús Suárez Arellano durante su partida y estancia en África.
El texto está estructurado en tres partes: la primera ofrece algunos Artículos escritos por él y publicados en algunos periódicos y revistas. En esta parte, se contextualiza el inicio del viaje, primeramente en Portugal, donde aprendió el idioma, pues la lengua oficial de Angola es el portugués, y posteriormente, ya en territorio africano, en donde el autor se encuentra con realidades tan crudas como la marginación, la pobreza, la discriminación, las constantes y diversas epidemias, al igual que las minas antipersonales diseñadas con el fin de herir y mutilar a la gente, en el contexto sociopolítico de una nación que, entonces (1999- 2005), apenas alcanzaba 25 años como país independiente y no se reponía de la intermitente guerra civil, mientras luchaba por construir una democracia que, aún hoy, no se logra del todo.
La segunda parte presenta una serie de cartas que el Padre Suárez remitió a familiares y amigos, en las que describe la situación de la Diócesis de Lubango y los retos que día a día enfrenta, sobre todo en su tarea de formar Sacerdotes en un Seminario, una Diócesis y un país totalmente carentes de recursos.
Finalmente, la tercera parte de la obra regala una serie de pensamientos íntimos, con un estilo de escritura libre y sincero que muestra el lado más auténtico del autor.
Espinas y Frutos despliega la lectura agradable de una experiencia de crecimiento espiritual y humano que lleva a reflexionar sobre el propio caminar en la vida. Cabe señalar que esta experiencia pastoral y de vida se dio gracias a que el Obispo de Lubango, Mons. Zakarías Kamwenho, hoy Arzobispo Emérito, pidió al entonces Arzobispo de Guadalajara, Cardenal Juan Sandoval Íñiguez, el apoyo de Sacerdotes de esta Arquidiócesis que quisieran trabajar en Angola, principalmente como Formadores en el Seminario. Así, el Cardenal Sandoval solicitó voluntarios, “…y sólo yo me ofrecí”, comentó el Padre Jesús Suárez.

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