jueves, 21 de mayo de 2015

Ponerse de rodillas es testimoniar la grandeza de Dios

Humildad y reverencia

Poco a poco ha ido perdiéndose el respeto y la conciencia de la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía. Con el ejemplo, podemos reconocerle como nuestro único Rey y Señor.

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Sonia Gabriela Ceja Ramírez

Con el objetivo de fomentar el respeto a Nuestro Señor Jesucristo en la Eucaristía, el Apostolado de Oración por los Sacerdotes pretende iniciar la Campaña ‘El ejemplo arrastra’, pues “vemos con tristeza que muchas personas han perdido el sentido de lo sagrado y el respeto por la Casa de Dios”, señaló Eileen Lynch Stevens, partícipe de este Apostolado.
“Hemos visto cómo el hecho de entrar a la iglesia y no hacer una genuflexión para saludar a Nuestro Rey, da lugar a que, por ejemplo, la gente se siente a platicar, no apague sus celulares, mande y reciba mensajes de texto durante la Misa, y si suena el celular, lo conteste allí mismo. Una vez, hasta vimos a un señor contestar su teléfono con la hostia todavía en su lengua… ¡una falta de respeto total!
“Queremos invitar a las personas a volver a hacer una genuflexión como saludo y como un gesto de Adoración. Al hacerlo, estamos reconociendo que Nuestro Señor y Rey está allí presente, y tal vez eso nos incite a hincarnos a rezar, en lugar de sentarnos a platicar”.

Ante la presencia Real del Señor
Cabe recordar que en 2004, durante el Año de la Eucaristía convocado por el Papa Juan Pablo II, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó una serie de sugerencias y propuestas que, entre otras cosas, nos hacía notar que “la postura que tomamos durante la Celebración de la Eucaristía, «de pie, sentados, de rodillas», remite a las actitudes del corazón. Hay una gama de vibraciones en la comunidad orante.
“Si el estar en pie confiesa la libertad filial que nos ha donado el Cristo pascual que nos ha liberado de la esclavitud del pecado, el estar sentados expresa la receptividad cordial de María, que sentada a los pies de Jesús, escuchaba su Palabra; y el estar de rodillas o profundamente inclinados indica el hacernos pequeños delante del Altísimo, delante del Señor” (Cf. Fil 2, 10).
“La genuflexión ante la Eucaristía, como la hacen el Sacerdote y los fieles (Cf. IGMR, 43), expresa la Fe en la presencia real del Señor Jesús en el Sacramento del Altar” (CIC, 1387).
El doblar la rodilla ante la Eucaristía, adorando al Cordero que nos permite hacer la Pascua con Él, nos educa a no postrarnos ante ídolos construidos por manos de hombre, y nos sostiene en obedecer con fidelidad, docilidad y veneración ante Aquél que reconocemos como único Señor de la Iglesia y del Mundo.

La necesidad de reconocer la supremacía de Dios
Durante el Sínodo de los Obispos sobre la Eucaristía, realizado en 2005, el Cardenal Jean-Louis Tauran invitaba a redescubrir el significado de la genuflexión, pues advertía que esta costumbre se perdía entre muchos católicos del Occidente.
“Sería bueno que nos acordáramos de la importancia del testimonio cristiano y de las comunidades que no dudan en ponerse de rodillas para testimoniar la grandeza y la proximidad de Dios en la Eucaristía», sugirió en el Sínodo.
Enfatizó que es “delante de la Eucaristía cuando el hombre reconoce que tiene necesidad de Otro que le dé nuevas energías para los combates de la vida”.
En este sentido, reconoció que “un mundo sin adoración sería un mundo a la sola medida del hombre, un mundo que no sería más que el mundo de la producción, y se convertiría en una vida irrespirable.
“Un mundo sin adoración no es sólo irreligioso: ¡es un mundo inhumano!”, concluyó.

Genuflexión es flexionar o doblar la rodilla derecha hasta el suelo (sin santiguarse) o, si está expuesto el Santísimo en la Custodia, hincarse al pasar por en medio y de frente, inclinando, a la vez, la cabeza. Si una o ambas cosas no son posibles, en su lugar debe hacerse una profunda reverencia.

EL EJEMPLO ARRASTRA
“Queremos invitar a Seglares, Religiosos, Religiosas, Seminaristas y Sacerdotes a ayudar a las personas a estar más conscientes acerca de la presencia real de Jesús en el Sagrario y ayudarlas a darse cuenta del tremendo don de Dios, en el cual tenemos el inmenso privilegio de participar.
“Solicitamos su ayuda mediante el ejemplo, ya que el ejemplo arrastra, pidiéndoles hacer una genuflexión, al llegar o al salir de la presencia del Santísimo, o al pasar delante de Él, si es que han dejado de hacerlo. Sólo con el ejemplo podremos hacer que otros lo hagan o retomen esta costumbre.
“Entre todos, podremos lograr que aumente el reconocimiento de la presencia real de Nuestro Señor en la Eucaristía”.

Qué dice la Biblia
“Porque escrito está: Vivo Yo, dice el Señor, que ante Mí toda rodilla se doblará, y toda lengua confesará a Dios” (Romanos 14, 11).
“Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los Cielos y en la Tierra, y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor” (Filipenses 2, 10).

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