jueves, 7 de mayo de 2015

30 millones de Mujeres-Madres en México

Día de las Madres
La Maternidad es un don de Dios

San Juan Pablo II, el Pontífice que tanto amó a México, nos dejó este pensamiento: “La maternidad es un don sublime que la Iglesia exalta. ¿Cómo no habría de hacerlo si cree y reconoce el inicio de la Salvación, de su propia existencia, en la Maternidad Virginal de María Santísima, que engendró a Cristo?”

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Rebeca Ortega Camacho

Cada año recordamos, en el 10 de Mayo, a las mamás. Para algunas personas es día de melancolía y llanto, por la madre que ya partió a la Casa del Padre. Para otros, es suficiente motivo para realizar una visita a su madre; otros tantos hacen una llamada telefónica a su progenitora o utilizan las Redes Sociales y otros dispositivos, y muchos más celebrarán, emocionados, a la mujer que les ha proporcionado protección, enseñanzas y consuelo durante su vida.
“El 10 de Mayo, lo primero que debemos hacer es darle gracias a Dios por la Madre que nos dio en María; gracias a Dios por la Madre que nos dio en la Iglesia, pues nunca estamos solos porque contamos con ella. Y, por otro lado, celebrar, agradecer y bendecir por nuestra propia madre, que con defectos y errores nos ha dado la vida, y hay que agradecerlo infinitamente. Pudo no habérnosla dado; hoy es muy fácil, pero nuestra madre nos dio la vida y ése es el mayor de los tesoros que tenemos. Ella nos dio la vida, no solamente la vida terrena, sino la vida eterna, puesto que nos da la posibilidad de una vida eterna, y de nosotros depende, en libertad, conquistar esa vida”, comentó, en entrevista para Semanario Lupita Venegas Leiva, Productora y Conductora de Radio y Televisión, Escritora y Conferencista Internacional, así como promotora de los valores a través de los Medios de Comunicación.

La maternidad
En la actualidad, ante una supuesta modernización de la Sociedad y la búsqueda de la “equidad de género”, se pretende hacer creer que la maternidad constituye un obstáculo, carga o condena que impide que la mujer “se realice”; y, en ocasiones, dicha percepción origina que muchas mujeres se sientan inferiores o esclavizadas por el hecho de ser madres, o tan sólo por desearlo; sin embargo, la Palabra de Dios dice lo contrario.
La maternidad es un don especial de la mujer, ya que es el único ser en quien una vida se confía. La grandeza de la maternidad está en el hecho de que Dios le confía la gestación de una vida humana, un ser individual con destino particular y trascendente. “He adquirido un varón, con el favor del Señor” (Gn 4, 1), expresó Eva después de haber dado a luz a Caín, su primogénito. Con estas palabras, el Libro del Génesis presenta la primera maternidad de la Historia de la Humanidad como gracia y alegría que brotan de la bondad del Creador.
“La maternidad no es un derecho; es una vocación y un don. Dios regala a la mujer el don de ser fecunda, de dar vida y de transmitir el amor. Pero, mientras el derecho del niño a tener padres existe, no existe el derecho de una mujer a ser madre; no es un derecho, como hoy pretenden vendernos los Derechos Humanos. A veces, pensamos que es un derecho y se lo exigimos a Dios, y por medios artificiales que nos dañan y que utilizan a la persona tratamos de traer hijos a la vida, lo cual es un grave error ético, que traerá y ya ha traído consecuencias dolorosas.
“Responsable, libre y consciente, así debe ser la maternidad. Dios no nos obliga a ser madres, pero sí nos llama a que cuando tengamos el anhelo de ser madres, cuando ya tengamos el don de serlo, adquirimos una gran responsabilidad y debemos ser conscientes de todo lo que implican nuestros actos a partir de ese momento.
“Actualmente, la maternidad se vive de manera pagana, como si Dios nunca hubiera existido y hablado; o bien, de manera cristiana. La maternidad pagana es un poco la vivencia hedonista e individualista en la que una mamá quiere un hijo por su gusto, porque a ella se le antoja, digámoslo así, para que le acompañe en la vida. Y la maternidad cristiana es otra cosa: es la donación completa de tu vida a otro ser humano, es la consciencia de que Dios te hizo para ser co-creadora con Él y transmitir los valores cristianos. Hacemos consciencia las madres de que nuestros hijos no son nuestros, son hijos de Dios, y a Él debemos tornarlos.
“Las madres somos ejemplares, aunque no queramos, desde el momento que concebimos a un pequeñito. Desde ese momento ya tenemos un llamado especial y Dios infunde en nosotras virtudes especiales. También confiemos en ello y ejerzamos nuestros papel como Él quiere.
“¿Cómo ser una buena madre? Hoy en día, existen Escuelas de Padres, lugares que la Iglesia pone a disposición de todas nosotras para conocer cómo ser buenas mamás. Hoy no es suficiente el tener la experiencia de vida y luego transmitirla, porque tenemos muchos malos modelos, muchos hogares rotos que no nos permiten aprender sólo de la experiencia. Tenemos inteligencia y, hoy por hoy, en este siglo, las posibilidades de aprender las cualidades de una mamá, y eso no sólo nos lo enseña la Iglesia en su Magisterio sino que está muy aterrizado en estas Escuelas ‘Proyecto Familia’, y otras iniciativas que la Iglesia pone al alcance de nosotros a través de sus Parroquias y de otros ministerios de Laicos”, señaló Lupita Venegas.

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Ante la realidad
Identificarse con la realidad de ser madre es un arte, pero un arte natural. En la actualidad, son bastantes las mujeres que están cansadas de los juegos de equilibrio para mantener una profesión y atender a sus hijos. Las guarderías que prefieren para sus hijos son, muchas veces, privadas y caras, o están lejos del hogar y del lugar de trabajo.
Los índices de estrés y tensión son altos. Esto pueden confirmarlo los Psicólogos, que tienen en sus listas de pacientes una buena cantidad de mujeres con idéntico perfil: joven, profesional, y madre. Lo cierto es que el cuidado de un ser humano no es una profesión; es una forma de vida que no tiene precio, y de la que depende la humanización misma de la Sociedad.
“Sí es posible compatibilizar maternidad y trabajo; el secreto es practicar una jerarquía de valores. Tenemos que jerarquizar y decir: ‘Es primero el bien de mis hijos y de mi familia, y el trabajo viene para ayudar a este bien; pero si por el trabajo descuido mi vocación como esposa y madre; si por el trabajo yo dejo a un lado a mis hijos; si por ganar dinero les dejo de dar tiempo a mis hijos, estoy invirtiendo los valores y voy a pagar un precio doloroso’. Sí se puede hacer compatible maternidad y trabajo, y para eso las mamás de hoy debemos ser muy organizadas, vivir con una agenda en mano, saber que tenemos unas fuerzas limitadas y no podemos hacerlo todo, no somos superwoman, pero sí somos mujeres de Dios que podemos, con la correcta jerarquía, organizar nuestro diario vivir. El Papa Juan Pablo II, en su Carta a las Mujeres, nos da gracias a aquellas que hemos sabido armonizar trabajo y familia y no hemos olvidado nuestra primerísima misión como esposas y madres”, puntualizó la también Colaboradora de Semanario.

Lupita Venegas

La grandeza de ser madre
Este don no se refiere únicamente al evento biológico, pues va mucho más allá de la experiencia físicamente fuerte de dar a luz y criar un hijo. Dios, al momento de crear a la mujer-madre, la dotó de una capacidad de amar y de una grandeza espiritual capaz de formar lazos espirituales indestructibles con sus hijos, a lo cual se le llama “sexto sentido”, con el que perciben mucho de lo que escapa con frecuencia a los ojos de cualquiera y las hace defensoras resistentes de la vida de los hijos, al grado de ofrecer la suya.
La magnitud de la grandeza de ser madre comprende saber manejar tensiones, entender a quien no sabe comunicarse, esperar a quien aún no despunta pero es potenciable, y levantar el ánimo del que fracasa; entre otras tareas. La mujer asimila su propia “grandeza” y afirma su autoestima cuando se descubre como madre. Y descubre ese don de Dios al dar el Sí a la maternidad, como un día lo hizo María ante el Anuncio del Ángel: “Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí tal como lo has dicho” (Lc 1, 38).

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Retos del Siglo XXI
“La Nueva Era es incompatible con el Cristianismo. Desde luego, hay varias razones por las cuales es así, y la primera y más importante es que no se ve en Dios a Nuestro Creador, al Padre amoroso, así como Él se presentó, sino a una energía, y a partir de ahí viene una serie de errores. A veces, la Nueva Era hace que nuestro ego se infle mucho y fomenta demasiado el individualismo, generando numerosas distorsiones posteriormente. La visión cristiana de la maternidad es incompatible con la visión de la Nueva Era, que ve en la maternidad más un derecho, una decisión libre de la mujer si quiere o no traer a la vida a un hijo; incluso, a través de estas ideas, se promueve el aborto abiertamente, y esto no es compatible con el Cristianismo. De hecho, debemos cuidar mucho que ‘Ser de Cristo’, signifique que Él sea Nuestro Señor. Amar a Dios, no sólo es decirlo o sentir bonito, sino hacer su Voluntad, la Voluntad del Padre.
“Ante el feminismo radical, San Juan Pablo II nos invita a vivir un feminismo nuevo; es decir, un darnos cuenta de nuestro valor y de nuestras potencialidades, sin olvidar nuestra primera misión de esposas y madres. El feminismo nuevo es aquél que está a favor de la mujer, pero de la mujer integral, sin quitarle sus dotes esenciales como capaz de dar vida y educar en el amor.
“Otro problema de este siglo es la nueva moda de las madres subrogadas o vientres subrogados. Es un problema ético muy importante; no podemos prestar nuestro cuerpo para que se geste una vida ahí; es prestarnos a la utilización de la persona. Acordémonos de este principio que no podemos violar. Dicen que hoy las personas usan a las personas y aman a las cosas; pero el orden correcto es al revés: debemos amar a las personas y usar las cosas.
“La maternidad subrogada es una forma de usar al ser humano, de manipular a la persona que no es acorde a la dignidad, y que la Iglesia no puede estar de acuerdo con ello. No te creas que no pasa nada si tú te prestas a alquilar tu vientre; hay consecuencias que ya se han dado en muchos países; por ejemplo: que esa mamá que alquiló el vientre se enamora de la criatura de manera natural y después los padres no la quieren; ella se la quiere quedar, pero la Ley no se la da; hay muchas complicaciones; entonces, es una acción antiética que no debemos promover”, concluyó Lupita Venegas.

La realidad de las madres mexicanas

El 10 de Mayo se celebra en México el Día de las Madres. Independientemente de si se trata de una acción mercadológica o una jornada para honrar a las progenitoras, los datos sobre la realidad social mexicana en aspectos de maternidad son para hacer reflexión.
Y es que hay cifras impactantes, de las cuales valdría la pena estar conscientes como Sociedad.
¿Sabe usted cuántas madres hay en el país?
¿Qué porcentaje de ellas son madres solteras?
¿Cuántas madres sufren violencia de sus parejas?
He aquí una serie de datos para volvernos más conscientes como ciudadanos respecto de la maternidad.
10 de Mayo: ¿hay algo qué festejar?, ¿o la Sociedad tiene una deuda pendiente?

30 millones de madres en México

5.3 millones son madres solteras. Algunas no han tenido remedio; otras así lo decidieron.

6 de cada 10 madres solteras viven con sus padres.

De 7 a 2.3 hijos: el INEGI registra que el promedio de hijos que tenían las mexicanas —de 1969 a 2009— se redujo de 7 a 2.3 hijos.

7.5% de las mujeres solteras de 15 a 29 años que tienen o han tenido una relación de pareja, tienen al menos un hijo nacido vivo.

464,102 embarazos hay en adolescentes entre los 15 y los 19 años.

11,682 casos de niñas que se convirtieron en madres antes de cumplir los 15 años.

80% de las mamás adolescentes truncaron sus estudios.

3.7 millones de mujeres solas con hijos, tienen ingresos por trabajo, lo que representa el 70%; el 14% de ellas no tiene ingreso monetario por ninguna vía.

44 de cada 100 mujeres, con al menos un hijo, desempeñan alguna labor productiva con remuneración. 98% combina sus actividades laborales con quehaceres domésticos.

35% de la población femenina ocupada y con hijos trabaja en el sector informal, 33.5% en empresas, y 17.4% en instituciones.

6 de cada 10 madres tienen problemas por llevar a sus hijos a su lugar de trabajo.

4 de cada 10 mujeres tienen problemas por tomar los días feriados, tomar las vacaciones y/o ausentarse de su trabajo para capacitarse, así como por faltar para cuidar hijos menores enfermos o hacer uso de la licencia por cuidados maternos.

29.1% de las madres tiene nivel de escolaridad primaria incompleto; 25.5% tiene primaria completa; 29.6% tiene nivel secundaria completo, y 15.7% tiene escolaridad nivel medio superior y superior.

9.8%, es decir, una de cada diez mujeres de 15 años o más, ha padecido al menos una vez violencia laboral.

24.6% de mujeres con hijos son jefas de hogar.

1 de cada 3 jefas de hogar, con hijos nacidos vivos, tiene una edad madura, que va entre los 40 y los 54 años.

47.4% de las mujeres unidas o casadas y con hijos, padecen eventos violentos por parte de su pareja.

40% fueron víctimas de violencia emocional y 28.8% de violencia económica.

78 de cada 100 mujeres alguna vez unidas, que declararon haber sido violentadas por su expareja, habían formalizado su unión porque así lo decidieron los dos. 16 lo hicieron porque se embarazaron, y 6 por otros motivos (la obligaron o, a cambio de dinero, sus padres arreglaron su matrimonio o unión, y otros).

¿Qué tan buen lugar es México para ser mamá?

De entre 178 países evaluados, México se encuentra ubicado en el lugar 54 en el ranking de las mejores y peores naciones para ser mamá, según el reporte Estado de las madres del mundo 2014, realizado por la Organización No Gubernamental Save the Children.
Para la realización de dicho listado, la ONG tomó en cuenta factores como el estatus educativo, económico, de salud y sociopolítico de las madres.
El primer lugar del ranking fue ocupado por Finlandia, país en el que, de acuerdo con información del Portal del Parlamento Europeo, el período de incapacidad laboral de una mujer que va a tener un hijo asciende a 105 días –además reciben un subsidio por maternidad durante 263 días–, entre el período pre y posnatal; mientras que, en México, la Ley Federal de Trabajo estipula que dicho lapso de descanso es de seis semanas antes y seis semanas después del parto, lo que equivale a 60 días laborables.

Fuentes: Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Instituto Nacional de las Mujeres, Publicación “Mujeres y hombres en México 2014”, Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH).

Ser Madre, en México

El 10 de Mayo es un día sagrado para los mexicanos: con gran alegría, festejamos a nuestra madre en esta fecha tan especial. Ser mamá es motivo de alegría, orgullo, responsabilidad, trabajo; sin embargo, la mujer de hoy tiene otro concepto de la maternidad.

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Rebeca Ortega Camacho

El Día de las Madres en México tiene origen desde hace más de 90 años, cuando un Periodista llamado Rafael Alducin, que trabajaba para el Periódico Excélsior, hizo una invitación el 13 de abril de 1922 a toda la gente, para que propusiera un día de festejo a las madres. Es así como el 10 de mayo de 1922, por primera vez en nuestro país, se celebró a las madres.
“Las tradiciones, y sobre todo la cultura mexicana, reconoce la labor de la madre en la Sociedad, en la Familia, además de que las madres siempre han sido vistas como proveedoras de amor y alimentos a los hijos. También considero que México es un ‘país mariano’ por excelencia; la Virgen de Guadalupe es y será la Patrona de México, lo que se refleja en sentir un cariño y devoción especial por las madres.
“La madre de familia es el pilar principal de la Familia. Junto con el padre, forma las bases de lo que son y serán los hijos; sin embargo, la madre es quien trae al mundo a los hijos, es la primera y principal proveedora de alimento, tanto físico como espiritual. Se ha visto, a través de los siglos, que las madres marcan a la Sociedad en general, porque donde hay madres que se preocupan y atienden a los hijos, sobre todo en las primeras etapas de la vida, las Sociedades se encuentran con mejores valores. Por otro lado, se ha demostrado que en los hogares donde falta la madre, se advierte un vacío y deficiencias en la educación y autoestima de los hijos”, expresó Gabriela López Coutigno, Licenciada en Ciencias de la Comunicación, Maestra en Ciencias de la Familia y Conductora del Programa “Asesoría Familiar” en Radio María.

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Cambios en la Sociedad
La mujer mexicana enfrenta en la actualidad cambios drásticos en su entorno, que repercuten en su vida de una u otra forma. Se encuentra con oportunidades de estudiar, trabajar y tener una vida social más activa que en años atrás. Esta madre disfruta más la vida, tiene menos hijos y se siente útil no sólo por ser mamá, sino por participar activamente en el desarrollo científico, comercial e industrial del país.
Ante esta imagen de la maternidad, nos topamos con una realidad desafortunadamente negativa: la mujer sigue siendo víctima de discriminación y violencia, maltrato psicológico, físico y moral. Se han multiplicado los crímenes y se ha dado muerte a muchas jóvenes, además de la actitud que han adoptado muchas mujeres al decidir no tener hijos.
“Las mujeres no quieren tener hijos, principalmente por el egoísmo; el mundo que invita a pensar sólo en uno y, sobre todo, por la situación de la economía general, que obliga a las mujeres a incorporarse al mundo laboral y buscar su supuesta realización profesional. Olvidan que lo mejor que puede pasarle a una mujer es ser madre. De ahí que buscan el embarazo a edades avanzadas; además, mi teoría me dice que tanto anticonceptivo artificial que usan y la vida tan promiscua de las nuevas generaciones, provocan la esterilidad en las mujeres.
“No se quieren hijos porque, sinceramente, les estorban, en el trabajo, en su supuesta felicidad y porque la responsabilidad de un hijo no es cualquier cosa, por lo que es más fácil no comprometerse y evitarlo. Un hijo es un don de Dios, por lo que es una vocación a la cual debemos responder desde nuestro interior como mujeres, porque toda mujer fue creada por Dios para dar vida. La mujer alimenta el alma y alimenta el cuerpo. La mujer trae al mundo a los hijos, y su interior se realiza plenamente en la maternidad. ‘Toda mujer es madre, aun las que no han dado a luz, porque el dar vida es una vocación de la mujer’: San Juan Pablo II”, recordó Gabriela López.

Día de las Madres en otros países:
Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, Dinamarca, Estados Unidos, Finlandia, Holanda, Hong Kong, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Taiwán, Turquía, Uruguay y Venezuela festejan a las madres el segundo domingo de mayo.
En gran parte de Sudamérica, así como en México, Bahrein, India, Malasia, Omán, Pakistán, Qatar, Arabia Saudita, Singapur y Emiratos Árabes Unidos se celebra el 10 de mayo.
España, Hungría, Portugal, Sudáfrica: primer domingo de mayo.
Amberes (Bélgica) y Costa Rica: el Día de las Madres es el 15 de agosto, Día de La Asunción de María a los Cielos.
Albania: 8 de marzo.
Argentina: tercer domingo de octubre.
Francia: primer domingo de junio o el último domingo de mayo.
Noruega: segundo domingo de febrero.
Polonia: 26 de mayo.
Suecia: último domingo de mayo.
Reino Unido: cuarto domingo de Cuaresma.
Bolivia: 27 de mayo, en memoria de las Heroínas de La Coronilla.
Panamá: 8 de diciembre.

Sea el país que sea, con sus distintas maneras de celebrar, la madres son y serán el centro y soporte de las familias. Por ello, cada año las festejamos con abrazos, besos, regalos y muchas cosas más. Sin embargo, recordemos que, para demostrar a mamá todo lo que la queremos y respetamos, así como agradecerle su amor, cariño, comprensión y cuidados, no es necesario esperar al 10 de Mayo; ella es mamá a diario y en todo momento.

¡Felicidades a todas las
Mamás en su Día!

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