jueves, 16 de abril de 2015

Renovarse o morir

A todos nos atañe


La reciente Celebración del Misterio Central de nuestra Fe, que es la Resurrección del Señor, debió motivarnos a revisar nuestro interior y a modificar positivamente nuestras ideas, actitudes y acciones.


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José de Jesús

Vázquez Hernández


Después de estos días de solaz para un gran conglomerado de estudiantes, burócratas, Personal de dependencias descentralizadas, y una buena parte de obreros, empleados y prestadores de servicios de la Iniciativa Privada, parece oportuno traer a colación el adagio que dice “renovarse o morir”, pues parece que es lo que requerimos actualmente, renovarnos, para no morir de tedio, de incredulidad, rabia, monotonía o incluso, fortuitamente, a manos de ejecutores como ocurrió a los Policías acribilladlos recientemente en Ocotlán y cerca de San Sebastián del Oeste, de nuestro Estado.


A sacudirnos la modorra

Ahora bien, seguramente esa renovación debe comenzar, simultáneamente, en todos los ámbitos de la actividad humana: en la familia, en el trabajo, en la Sociedad y, de manera especial (según los grados de responsabilidad), en las altas cúpulas del Gobierno o grupos de Poder cuyas acciones afectan el desarrollo de la población que carece de lo indispensable, mientras otros y otras despilfarran y gastan enormes cantidades en negocios del extranjero.

Hace algunos meses, el Obispo de Saltillo, el Religioso Dominico Raúl Vera López, propuso que “si queremos tener éxito, debemos ser muchas y muchos quienes nos comprometamos a caminar junto a los distintos sectores que sustentan toda la vida del país”. Además, colateralmente, planteó la posibilidad de integrar un eje aglutinador de todo, que pudiera llamarse ‘Congreso Constituyente Alternativo’.

Todo ello, con el fin de diseñar la ruta para llegar a lo que queremos que sea nuestra Nación, pero el camino mismo ha de entenderse como la gestación de escenarios diferentes, en el seno de las familias, en los barrios de las ciudades, en las colonias, en los ambientes de trabajo, en las rancherías, en los parajes, en un contexto que garantice la conformación de personas con calidad ciudadana, gestoras del país que deseamos ser, previno el Prelado.


Mirada revisora a las Leyes

Ante las circunstancias que se ventilan en el país, y analizando la marcha de los pueblos, de las gentes, de nuestros gobernantes, de las Leyes que nos rigen, particularmente nuestra Constitución Política, seguramente sería buena determinación llevar a cabo una sana revisión de ella y, de una buena vez, acabar con tanto parche y plantear una nueva Carta Magna que provea las condiciones requeridas para la Patria que todos deseamos.

Una Ley General que acabe con tanta ilegalidad y aporte más justicia, pues una mayoría de quienes nos gobiernan mientras se amparan en la legalidad, cometen un sinnúmero de abusos, violando normas reglamentarias, ya sea al amparo del fuero, de los Partidos Políticos, u ostentando influyentismo, cuando deberían ser los primeros en poner el buen ejemplo.

Los sucesos que han manchado la imagen del país al desaparecer a tantas personas o quitado la vida a gran número de Funcionarios Públicos, y más recientemente a varios Policías que -salvo algunos- arriesgan la vida para proteger la nuestra, son muy lamentables, y aún peor es lo que refleja una Sociedad que aparenta importarle poco lo que sucede a su alrededor.

Creo que antes de que se enfríe más esa actitud de falta de humanismo ante los problemas que nos aquejan, se actualice la vigencia del axioma de ‘renovarse o morir’, y bien aplicaría tomar las medidas que realmente recuperen la confianza y credibilidad de quienes nos gobiernan o pretenden gobernarnos a partir de las próximas Elecciones, y todos mejoremos para el bien de toda la Sociedad.


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