jueves, 16 de abril de 2015

Memorias del I Congreso Filosófico-Teológico (1ª Parte)

Razón y diálogo


«Ojos los hay soñadores y profundos que nos abren lejanas perspectivas;ojos cuyas miradas pensativa, nos llevan a otros cielos, a otros mundos» (Antonio Gómez Restrepo).


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José Antonio Quirós Pérez,

3º de Teología


La Filosofía debe ser parte fundamental dentro de la formación para los futuros Sacerdotes, y esto no sólo se limita al salón de clases, sino que se busca que el formando puede adquirir las herramientas necesarias para que, en un futuro, pueda servir mejor al Pueblo de Dios.

Es por eso que en el Seminario Diocesano Mayor de Guadalajara se realizó, del 16 al 20 de marzo, el Primer Congreso Filosófico-Teológico. Yo narraré algo de lo vivido en torno a la cuestión filosófica. En otro Artículo más adelante se dirá qué pasó en torno a la parte teológica. Pues bien, esto fue algo de lo vivido:


Ricos puntos de vista

Diversos expositores… ojos soñadores que nos invitaron e impulsaron a no sólo investigar, estudiar y aprender, sino, sobre todo, nos convidaron a vivir, a soñar, pues nunca se es tan libre como cuando se sueña.

En la primera Conferencia, el Dr. Robert Sungenis expuso una teoría bastante interesante con respecto al Geocentrismo, que fundamentó, y nos brindó la manera de conocer otros puntos de vista gracias a las investigaciones científicas expuestas sobre la centralidad de la Tierra en el Cosmos inmenso… de la centralidad del hombre en la Creación y de su importancia para Dios.

En la segunda Conferencia, el Pbro. Lic. Héctor Javier Franco Vázquez no únicamente se limitó a exponer sobre los Filósofos de la sospecha (Marx, Nietzsche y Freud), sino que nos invitó a vivir… a no morir por una idea, a morir por una Persona, Cristo. En el transcurso de esta charla se nos plantearon cuestiones dirigidas no nada más como crítica a la doctrina filosófica de estos autores, sino que, a su vez, nos interpelan en nuestro vivir como filósofos cristianos. Nosotros debemos de seguir al Filósofo por excelencia, al Hombre perfecto, a Cristo. Nos instó, como Manuel Acuña, a dar testimonio: «…Si basta nomás con que te vea, para que yo ame a Dios creyendo en ti».


Acerca de la realidad actual

Para el segundo día del Congreso, sin duda el más esperado, comenzamos con la tercera Conferencia, recordándonos un poco a Don Quijote el Pbro. Dr. Santiago Martínez Sáenz, de la Prelatura del Opus Dei, con su peculiar y amena forma de enseñar. Nos presentó el mundo de hoy, el cómo debemos actuar en él y ante él, recordándonos que debemos estar en el mundo sin ser del mundo.

Durante la cuarta Conferencia, el Dr. Manuel Ocampo Ponce nos enseñó a volar… con las dos alas que nos conducen a la Verdad: la Fe y la Razón.

Y, para terminar este Congreso con broche de oro, los Maestros Juan Ignacio Mancilla y Julio A. Rodríguez, Profesores del Departamento de Filosofía de la Universidad de Guadalajara, nos acompañaron en un Panel de discusión junto con dos Sacerdotes de nuestra Casa de Formación. El tema sobre el cual se realizó la Mesa de discusión fue la existencia de Dios. Candente y emocionantemente, ambas partes expusieron sus argumentos y experiencia… pero uno entre ellos apeló a la experiencia de Cristo, nuestros Mártires: «Nadie muere por una idea; se muere por una realidad, por una Persona». Tenemos la sensación de que ambos Catedráticos Universitarios, después del Debate, han podido decir, como el Poeta Elías Nandino Vallarta: «Pero en el fondo de mi propia vida, con el hueco de mi voz enmudecida, converso a solas con el Dios que niego».

Sin duda con gran éxito culminó este Primer Congreso, que dejó grato sabor de boca en la mayoría de los Seminaristas y esperamos que éste sea el pionero de muchos que ayuden a la formación integral de los futuros Pastores del Pueblo de Dios.


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