jueves, 30 de abril de 2015

La Política y el Futbol

Revolturas adrede

29

Mtro. Jorge Enrique Rocha Quintero

La candidatura de Cuauhtémoc Blanco Bravo para la Presidencia Municipal de Cuernavaca por el Partido Social Demócrata; la inclusión de Benjamín Galindo Marentes en la Planilla de Regidores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para la Alcaldía de Guadalajara; la postulación de Daniel Osorno Calvillo para Primer Munícipe de El Salto por la coalición entre Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática, y el anuncio de que el día de las Elecciones (7 de junio) la Selección Mexicana de Futbol sostendrá un encuentro amistoso frente a su similar de Brasil en aquel país sudamericano, puso en el debate público el tema sobre la pertinencia y la utilidad de la relación entre la política y el futbol.

Viejos polvos
El asunto no es nuevo, pues ya desde antes podríamos encontrar varios lazos de comunicación y convivencia en que la política y el balompié han tenido estrechas relaciones. La primera de ellas: la incorporación de ex futbolistas como Funcionarios Públicos. Por ejemplo, los casos del goleador Carlos Hermosillo Goytortúa, que fue Director de la Comisión Nacional del Deporte en el período presidencial de Felipe Calderón Hinojosa, y luego candidato a Diputado Federal. O del centro-campista Manuel Negrete Arias, también Director del Deporte en el Estado de Guerrero.
Otra de las formas como la política y este deporte se han mezclado es la utilización de las transmisiones de encuentros de futbol para hacer propaganda electoral. Por ejemplo, en las pasadas campañas pre-electorales varios aspirantes a las candidaturas de sus Institutos Políticos utilizaron este recurso, sabiendo que los partidos de futbol son los programas televisivos con mayor audiencia. En esta misma línea, es común que aspirantes a puestos de elección popular asistan a partidos de futbol, se tomen fotos para Redes Sociales y manden mensajes de apoyo para el equipo local con la intención de que su afición futbolera genere simpatías en el electorado.

¿Inversiones?
Igualmente es sabido que en algunas Administraciones Públicas tuvimos casos de Gobiernos de los Estados que han invertido en equipos de futbol, ya sea comprando franquicias como sucedió en los Estados de Chiapas y Veracruz, construyendo o colaborando para la construcción de estadios, o pagando publicidad, como lo hizo el anterior Gobierno de Jalisco con el equipo del Atlas. No es de olvidar cuando el Atlante capitalino perteneció al IMSS. El uso de recursos públicos que se invierten en el futbol, so pretexto de impulsar la imagen de una Entidad, o “para atraer turismo”, es una práctica recurrente y muy poco justificada.
También podemos señalar que la clase política ha permitido que las relaciones laborales en el futbol profesional estén en un estado de excepción. La incapacidad de crear un auténtico Sindicato de Futbolistas para eliminar prácticas denigrantes como el “Draft”, donde los jugadores son asignados a equipos de futbol sin tomar en cuenta su opinión; el mantenimiento del “Pacto de caballeros” entre los dueños de los equipos, que permite bloquear a jugadores para que se contraten libremente, o tener políticas públicas efectivas para asegurar un buen retiro a los jugadores, son parte de estas formas perniciosas de proceder que conculcan los derechos laborales de los futbolistas. Y, aunque no pocos ganan fuertes cantidades de dinero, en realidad la gran mayoría está en una situación de indefensión jurídica.

Garbanzos de a libra
Pero no todo es negativo, pues podemos encontrar a futbolistas o ex futbolistas que se interesan en los problemas públicos y contribuyen socialmente a través de acciones de denuncia de lo que consideran que está mal. Por ejemplo, Carlos Albert o Roberto Gómez Junco son dos personajes que en Redes Sociales suelen hacer fuertes críticas a los Gobiernos en turno. En su momento, Javier Aguirre defendió las demandas de los zapatistas o Javier Hernández se solidarizó con el Movimiento que exige la aparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Pero quizá una de las formas más creativas donde la política y el futbol se relacionan de una manera crítica, es en el fabuloso texto del recientemente fallecido Escritor uruguayo Eduardo Galeano, que se titula “Futbol a sol y a sombra”, ya que critica la excesiva mercantilización del balompié o el intento de utilizarlo políticamente (cita el caso de Benito Mussolini en el Mundial del 1934), con el propósito de mantener el Poder. Galeano reivindica el carácter lúdico, comunitario y festivo del futbol, donde se re-crea la Sociedad de otra forma y con otros códigos. Y, por supuesto, la tentación de utilizar políticamente al deporte más seguido en el país no debe pasar de eso, de una tentación.
Por lo pronto, tendremos que discernir, sobre todo en tiempos electorales, cuándo la clase política quiere manipular el futbol en función de sus intereses y de la reproducción de su Poder.

Correo electrónico:
jerqmex@hotmail.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario