jueves, 23 de abril de 2015

Niños y jóvenes, espoleando a la Iglesia

Reconocimiento universal
A propósito del Día del Niño

Niños entretenidos

Profa. Raquel Guadalupe Núñez Rojas
Seminario de Cultura Mexicana,
Corresponsalía Guadalajara

Fue aquel ya lejano 20 de noviembre de 1959, durante un Congreso Internacional de Educadores efectuado en Ginebra, Suiza, cuando la Organización de las Naciones Unidas, ONU, dio a conocer al mundo su Declaración Universal de los Derechos del Niño, y el día designado para celebrar en todo el orbe dicha proclama y, por supuesto a los niños, sería el 30 de abril.

Amor y protección a los menores
Muchos países y Estados del planeta, y entre ellos México y la Santa Sede, suscribieron y ratificaron la Convención, como también se comprometieron a cumplir los 54 Artículos que estipulan los Derechos del Niño. Por obvias razones de espacio, sólo transcribimos aquí algunos puntos:
“Por falta de madurez física y mental, el niño necesita protección y cuidado especial, e incluso la debida protección legal, tanto antes como después de su nacimiento”.
“Los derechos de los niños deben ser reconocidos sin distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, posición económica, nacimiento o alguna condición propia del niño o de su familia”.
“Tiene derecho, desde su nacimiento, a un nombre y a una nacionalidad. Debe gozar de los beneficios de la seguridad social, de atención prenatal, y disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos”.
“El niño necesita amor y comprensión. Deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres. Si está física, mental y socialmente impedido, debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especial que requiere el caso. Tiene derecho a recibir educación gratuita y obligatoria, por lo menos en las etapas elementales”.
“Deberá ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de algún tipo de maltrato ni permitírsele trabajar antes de una edad mínima adecuada. Ha de ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal”…

Niño churrero

¿Hemos cumplido el compromiso?
A pesar de que la mencionada Declaración fue recibida con bombo y platillo por los países integrantes de la ONU, lo cierto es que poco o nada se ha hecho por darle un real efecto. Muestras elocuentes de ello son, entre tantas otras, las hambrunas que sufren tantos menores en naciones tercermundistas.
Por otra parte, y conforme a datos dados a conocer por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, UNICEF, cada año, en todo el mundo, son obligados a prostituirse alrededor de un millón de pequeños. Y nuestra Nación no está exenta de ese grave y triste problema.
Sin embargo, otro tipo de hechos dolorosos ocurre en nuestras propias familias: los niños son diariamente el blanco preferido de ataques televisivos y durante prácticamente todo el día; ataques bien calculados para atrofiar sus vulnerables mentes y hasta para dañar su incipiente Moral. Se les dedican Programas carentes de valores positivos; temas de violencia y aun de pornografía; repetidas escenas de asaltos, robos, secuestros y asesinatos.
Pero, ¿qué hacen las Autoridades para impedir estos atropellos a los infantes? ¿Y qué hacen los paterfamilias para impedir que esa programación sea sintonizada en el hogar?
Sujeto y objeto de cuidados
El niño espera que se le proteja no solamente el mes de abril, sino los 365 días del año. Para su desarrollo físico y mental, requiere un hogar normal, con papá y mamá (no con dos papás o con dos mamás). Y es que necesita de la ternura de la madre y de la fortaleza del padre. Tan importante es la compañía y cobijo de ella, como el apoyo y seguridad de él. En un hogar disfuncional o en vías de desintegración, no pueden establecerse las bases de la personalidad de las creaturas, pues ya en la adolescencia, edad tan difícil, hará crisis la ausencia de valores, que preferentemente sus papás pueden inculcar y hacer crecer.
Hagamos que esta Día del Niño se prolongue a todo el calendario. Si los pequeños son engendrados por un acto de amor, tienen que ser educados con el mismo amor. El amor humano es algo más que el afecto, y la escuela del amor familiar es siempre un hogar debidamente integrado. Cuando el amor es genuino, supera las crisis, resiste el desgaste, desafía las pobrezas y carencias económicas. Si queremos una Sociedad más amable y una Patria fuerte, protejamos y amemos a los niños, futuro de la Humanidad.

En prevención
La población más vulnerable

Es importante siempre voltear la vista hacia nuestros niños, que son los que pueden sufrir más daño dentro de la Sociedad, ya sea porque son maltratados en casa, porque son usados para trabajar o también para el tráfico.

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Dulce Natalia
Romero Cruz

Nuestro país es considerado uno de los menos seguros para vivir siendo un niño, comenzando desde la legislación poco avanzada en cuanto a abuso y maltrato infantil, tomando en cuenta que los Códigos Penales Estatales no están homologados, mucho menos las Leyes Nacionales con los Instrumentos Internacionales de Protección a los Menores.
Como maltrato infantil podemos entender “cualquier acto u omisión intencional o por negligencia o incumplimiento al deber de cuidado, destinado a dañar a niñas, niños y adolescentes, y que genere riesgo o daño a su salud. Quedan incluidos: toda forma de ofensa, injuria, insulto, agravio, humillación, ultraje, mortificación, vilipendio, golpes, lesiones físicas y emocionales; abandono; trata de personas, abuso sexual; maltrato institucional; bullying; mobbing; negligencia parental y cualquier otra forma análoga que ponga al menor en situación de riesgo o desamparo”, describe FUPAVI, Fundación en Pantalla Contra la Violencia Infantil.

Malos números
En el año 2010 había un total de 39.2 millones de niños (35% de la población corresponde a menores de 14 años) en el país, de los cuales 19.9 millones eran hombres y 19.3 millones mujeres. El 10% de ellos se encuentra en situación de alta vulnerabilidad y riesgo. Dentro del maltrato infantil mundial, una cantidad significativa es obligada a trabajar, a prostituirse o a realizar prácticas pornográficas. Otros son víctimas de tráfico humano, y muchos más son obligados a enlistarse en las filas del Ejército. En México, la trata de menores es el segundo negocio ilícito más redituable para la delincuencia organizada; encabezamos el primer lugar en América Latina, y somos el segundo consumidor de pornografía infantil a nivel mundial.
“El Informe anual 2013, emitido por el Departamento de Estado norteamericano, nos coloca en la Categoría 2; es decir, dentro del grupo de países que incumplen con los estándares mínimos para erradicar el tráfico de personas. Según este Informe, el turismo sexual de menores es alarmante en lugares como Acapulco, Puerto Vallarta, Cancún, Tijuana y Ciudad Juárez”.

¡Hay que detenerlo!
Para empezar, podemos tomar en cuenta algunas características para identificar a los niños maltratados, ya sea los propios que estén siendo abusados fuera de casa, o los externos que estén pasando por algo similar dentro de sus hogares.

1. Indicadores de conducta
El comportamiento de los niños maltratados ofrece indicios que delatan su situación. Estos indicios son no específicos, porque la conducta puede atribuirse a diversos factores. Los comportamientos que se enumeran hacen sospechar una situación de maltrato: -Ausencias repetidas a clases.
-Disminución del desempeño académico y dificultades de concentración.
-Depresión constante y/o presencia de conductas autoagresivas o ideas suicidas.
-Sumisión excesiva y actitud evasiva y/o defensiva frente a los adultos.
-Las actitudes o juegos sexualizados persistentes e inadecuados para la edad.

2. Indicadores físicos
-Alteración de los patrones normales de crecimiento y desarrollo.
-Falta de higiene y cuidado
corporal.
-Descuido en el cuidado dental.
-Señales de castigo corporales.
-Accidentes frecuentes.
-Embarazo precoz.

Prevención del robo o extravío de menores:
Han aumentado los delitos de secuestro y robo de
menores en México. Por eso se recomienda estar
alerta y ser precavidos:

-Esté atento sobre dónde están sus hijos todo el tiempo.
-Enséñelos a marcar y a usar los números de Emergencias 066 y de Denuncia anónima 089.
-Los niños no deben aceptar dulces o juguetes de extraños.
-Es indispensable que el niño sepa que debe caminar en grupo.
-Antes de ingresar a un lugar público o concurrido, haga un plan de emergencia.
-No permita que los menores abran la puerta o contesten el
teléfono.
-En la calle, no le suelte la mano a sus hijos.
-Cuando lleve varios niños, procure salir con un acompañante.
-No permita que extraños les tomen fotos.
-Cuando lleve a revelar fotos de sus hijos, no dé domicilio ni permita servicios a domicilio.
-No los deje jugar solos en la calle.
-No lleve en la cartera fotos de sus niños; puede extraviarla e identificarán con sus credenciales su domicilio y teléfono.
-No los mande solos a compras a la tienda.
-Nunca deje solo a su hijo en el carrito del Súper. Tampoco permita que corran entre los anaqueles o pasillos de la tienda.
-Nunca los deje solos dentro de un auto en un Estacionamiento.
-Nunca responsabilice a un niño más grande del cuidado de sus hermanos.
-No los deje encargados con extraños.
-Si sus hijos se pierden dentro de un centro comercial, deben saber que lo mejor es quedarse parados o buscar a un Policía.
-Los delincuentes usan cualquier pretexto para engañar, por lo que debe estar atento a las trampas, como vestirse de payaso, de doctores, enfermeras o limosneros, pues aprovecharán para extraer a los niños.
-Lleve y recoja en la puerta de la Escuela a los hijos.
-Organice Comités de Vigilancia con los padres de familia y autoridades escolares para verificar los productos que se venden afuera de los centros educativos.
-Escuche a sus hijos cuando se quejen de alguna situación que les incomode; puede ser una amenaza real.
-Enséñelos a no ser ostentosos con sus objetos personales.

Los niños, un gran don para la Humanidad

A la Iglesia le interesan los niños, pues fue el mismo Jesús quien los propuso como modelo para entrar en el Reino de los Cielos. A través de los Sacramentos, de la Catequesis, de la Educación y de la Asistencia Social, la Iglesia atiende a esta población, por demás vulnerable.

Juan Pablo II 1

Sonia Gabriela Ceja Ramírez

Los niños, implacables cuestionadores

Hace ya 15 años que la Iglesia Católica vivió el Gran Jubileo del Año 2000 que celebraba la Encarnación de Jesucristo, y el entonces Sumo Pontífice, Juan Pablo II, hoy Santo, durante el Jubileo de las Familias realizado el 14 de octubre, pronunciaba un Mensaje que continúa vigente.
El Tema elegido para tal ocasión fue “Los hijos: primavera de la Familia y de la Sociedad”, y durante su intervención el Santo Padre cuestionaba: “¿No son precisamente los hijos quienes ‘examinan’ continuamente a los padres? No sólo lo hacen con sus frecuentes ‘¿por qué?’, sino también con su rostro, unas veces sonriente y otras velado por la tristeza. Es como si todo su modo de ser reflejara una interrogante, que se expresa de formas muy diversas, incluso con sus caprichos, y que podríamos traducir en preguntas como éstas: “Mamá, papá, ¿me queréis? ¿Soy de verdad un don para vosotros? ¿Me acogéis por lo que soy? ¿Os esforzáis por buscar siempre mi verdadero bien?”; preguntas que, sin duda, obligan a los padres a asumir su gran responsabilidad y, en cierto modo, para ellos son el eco de la voz de Dios.
“Los hijos son ‘primavera’. ¿Qué significa esta metáfora? Nos remite al horizonte de vida, de colores, de luz y de canto, típico de la estación primaveral. Naturalmente, los hijos son todo esto. Son la esperanza que sigue floreciendo, un proyecto que se inicia continuamente, el futuro que se abre sin cesar. Representan el florecimiento del amor conyugal, que en ellos se refleja y se consolida. Al venir a la luz, traen un mensaje de vida que, en definitiva, remite al Autor mismo de la vida.
“No por casualidad Jesús invitó a sus discípulos a tener corazón de niño (Cf. Mc. 10, 13-16)”.
¿Y qué decir del otro triste escenario de la infancia ultrajada y explotada?

Por desgracia, como bien sabemos, la situación de los niños en el mundo no es siempre como debería ser. En muchas regiones y, paradójicamente, sobre todo en los países de mayor bienestar, traer al mundo un hijo se ha convertido en una elección realizada con gran perplejidad, más allá de la prudencia que exige obligatoriamente una procreación responsable. Se diría que, a veces, se les ve más como una amenaza que como un don”.

LAS DIFICULTADES DE LA INFANCIA
“En efecto, la situación de los niños es un desafío para toda la Sociedad, un desafío que interpela directamente a las familias.
“No, no es un progreso en la civilización secundar tendencias que oscurecen esta verdad elemental y pretenden afirmarse también en el ámbito legal.
“¿Acaso la plaga del divorcio no perjudica ya excesivamente a los niños? ¡Qué triste es para un niño tener que resignarse a compartir su amor con padres enfrentados entre sí! Muchos hijos llevarán para siempre el trauma psíquico de la prueba a la que los ha sometido la separación de sus padres (…)
“Al mismo tiempo, no podéis eludir el interrogante esencial sobre vuestra misión de educadores. Habiendo dado la vida a vuestros hijos, también tenéis el deber de seguirlos, de modo adecuado a su edad, en las orientaciones y en las opciones de vida, velando por todos sus derechos.
“En nuestro tiempo, el reconocimiento de los derechos del niño ha experimentado un indudable progreso, pero sigue siendo motivo de aflicción la negación práctica de estos derechos. Es preciso vigilar para que el bien del niño se ponga por encima de todo, comenzando desde el momento en que se desea tener un hijo. La tendencia a recurrir a prácticas moralmente inaceptables en la generación, pone de relieve la mentalidad absurda de un ‘derecho al hijo’, que ha usurpado el lugar del justo reconocimiento de un ‘derecho del hijo’ a nacer y después a crecer de modo plenamente humano. Al contrario, ¡cuán diversa y digna de apoyo es la práctica de la caridad, que antepone el bien de los hijos a las exigencias de los padres!”

Los cinco consejos del
Papa Francisco a los niños

1- No se rindan nunca, porque aquello que Jesús pensó para su camino, es todo para construir juntos: junto a sus padres, sus hermanos, amigos, compañeros de Escuela, de Catecismo, etcétera.
2- Interésense en las necesidades de los más pobres, de los más sufrientes, de los que están más solos, porque quien eligió hacer el bien a Jesús, no puede no amar al prójimo
3- Amen a la Iglesia, amen a sus Sacerdotes, pónganse al servicio de la comunidad, porque la Iglesia no es sólo los Sacerdotes, los Obispos…sino que es toda la comunidad. Donen tiempo, energía, calidad y capacidad personales a sus Parroquias, y así testimoniar que la riqueza de cada uno es un don de Dios para compartir.
4- Sean apóstoles de paz y de serenidad, a partir de sus familias. Recuerden a sus padres, a sus hermanos, a sus coetáneos, que es bello amarse y que las incomprensiones pueden superarse, porque estando unidos a Jesús, todo es posible.
5- Hablen con Jesús. La oración: Hablen con Jesús, el amigo más grande que nunca los abandona, confíen a Él sus gozos y tristezas. Corran a Él cada vez que se equivoquen y hagan algo malo, con la certeza de que Él los perdona. Y hablen a todos de Jesús, de su Amor, de su Misericordia, de su ternura, porque la amistad con Jesús, que ha dado la vida por nosotros, es un hecho para contar a todos.
(Pronunciados en diciembre de 2014, durante el encuentro con niños de la Acción Católica).

Los pequeños son los grandes excluidos

NIÑOS

15 años han transcurrido, y el llamado sigue siendo el mismo. El miércoles 18 de marzo, durante la Audiencia General, el Papa Francisco denunció que muchos niños viven en condiciones que no son dignas y que “a veces ni siquiera les dejan nacer”.
El Papa explicó que los niños nos recuerdan, a todos, que “somos totalmente dependientes del cuidado y de la benevolencia de los demás”. Algo que “el Hijo de Dios no se ha ahorrado”, porque también se hizo niño.
Entre los dones que los menores aportan a la Humanidad, se encuentran “su modo de ver la realidad, con una mirada confiada y pura. El niño tiene una confianza espontánea en su padre y su madre, y tiene una espontánea confianza en Dios, en Jesús, en la Virgen.

“Los niños son en sí mismos una riqueza para la Humanidad y para la Iglesia, porque nos recuerdan de manera constante la condición necesaria para entrar en el Reino de Dios: la de no considerarnos autosuficientes, sino necesitados de ayuda, de amor, de perdón”.

“Llevan con ellos la capacidad de recibir y dar ternura. Ternura es tener un corazón ‘de carne’ y no ‘de piedra’, como dice la Biblia. La ternura es también poesía: es ‘escuchar’ las cosas y los acontecimientos, no tratarlos como meros objetos, sólo para usarlos, para que sirvan…”.
Pero también “tienen la capacidad de sonreír y de llorar”.
“Jesús invita a sus discípulos a ‘ser como niños’ porque ‘el Reino de Dios les pertenece a ellos’”.

El rostro sufriente de los niños

Papa Francisco

El 8 de abril, el Papa Francisco volvió a tomar el Tema de los niños durante su Audiencia General, y afirmó que “Los niños son el fruto más bello de la bendición que el Creador ha dado al hombre y a la mujer. Ya hemos hablado del gran don que son los niños. Hoy, lamentablemente, debemos hablar de las “historias de pasión” que viven muchos de ellos.
“Tantos niños desde el inicio son rechazados, abandonados, les roban su infancia y su futuro. Alguien osa decir, casi para justificarse, que ha sido un error hacerlos venir al mundo. ¡Esto es vergonzoso! ¡No descarguemos sobre los niños nuestras culpas, por favor! Los niños no son, jamás, ‘un error’.
“Su hambre no es un error, como no lo es su pobreza, su fragilidad, su abandono. Y no lo es tampoco su ignorancia o su incapacidad. Tantos niños que no saben qué es una escuela, y no lo es tampoco todo esto. A lo sumo, estos son motivos para amarlos más, con mayor generosidad”.

“Aquellos que tienen el deber de gobernar, de educar, pero, diría, todos los adultos, somos responsables de los niños y de hacer cada uno lo que pueda para cambiar esta situación”.

“Me refiero a la pasión de los niños. Cada niño marginado, abandonado, que vive en la calle mendigando y con todo tipo de expedientes, sin escuela, sin cuidados médicos, es un grito que llega a Dios y que acusa el sistema que nosotros adultos hemos construido. Y, lamentablemente, estos niños son presa de los delincuentes, que los explotan para indignos tráficos y comercios, o adiestrándolos para la guerra y la violencia.
“Pero también en los países llamados ricos, tantos niños viven dramas que los marcan duramente, a causa de la crisis de la familia, de los vacíos educativos y de condiciones de vida a veces deshumanas. En todo caso son infancias violadas en el cuerpo y en el alma. ¡Pero a ninguno de estos niños el Padre que está en los Cielos lo ha olvidado! ¡Ninguna de sus lágrimas está perdida! Como tampoco debe perderse nuestra responsabilidad, la responsabilidad social de las personas, de cada uno de nosotros y de los países.
“También en esta época nuestra, como en el pasado, la Iglesia pone su maternidad al servicio de los niños y de sus familias. A los padres y a los hijos de este nuestro mundo lleva la bendición de Dios, la ternura materna, el reproche firme y la condena decidida. Hermanos y hermanas, piénsenlo bien: ¡Con los niños no se juega!”.

“Dejen que los niños se acerquen a Mí” (Marcos 10,14)

Desde el año 2006, la Parroquia de San Ramón Nonato brinda Catequesis Especial a niños y jóvenes con discapacidad, y se les prepara a recibir los Sacramentos de la Comunión y la Confirmación.

Foto 1

Rebeca Ortega Camacho

En México hay 5 millones 900,000 personas con discapacidad, que incluyen a 1 millón 200,000 niños o adolescentes de hasta 19 años; cifra equivalente al 1.46% de la población, según datos del Censo de Población y Vivienda de 2010.
Ante esta realidad, la Iglesia Católica se prepara y trabaja para enfrentar las necesidades de la Sociedad. La Iglesia siempre es incluyente; nunca deja a los más necesitados, y en la Arquidiócesis de Guadalajara, a través de la Sección Diocesana de Evangelización y Catequesis (SEDEC), se lleva el Evangelio a todos, sin olvidar a los niños con discapacidad.
Varias Parroquias ya cuentan con el servicio de Catequesis Especial, y muchos niños han recibido el Sacramento de la Eucaristía y el de la Confirmación. Una de estas Comunidades es San Ramón Nonato (Calle Porres Baranda 628, Sector Libertad, del Decanato de San Felipe de Jesús), que desde hace nueve años atiende a los niños con esas condiciones especiales.

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Caridad Pastoral
Todos los sábados, en colaboración con las familias, las Catequistas infunden en los niños con Síndrome de Down o con alguna discapacidad intelectual el amor por la Santísima Eucaristía y el deseo de recibir el Cuerpo de Cristo.
De las 5 a las 6 de la tarde, los salones parroquiales son el centro de reunión de los niños con discapacidad. Colorean dibujos con un tema religioso, escuchan historias de Santos o relatos bíblicos, cantan, juegan y conviven con sus amigos, con el objetivo de darles a conocer las bases de su Fe.
Griselda Castillo, Coordinadora de Catequesis Especial en San Ramón, es entusiasta, con espíritu de servicio, que conoce a todos sus alumnos y a sus familias. Con su compañera Ana Rosa Charles de León y una colaboradora, Teresa Zúñiga Cruz, atiende a unos 30 pequeños.
“No es común que asistan todos, pues por enfermedad, falta de transporte o de quién los acompañe, es difícil para muchos acercarse a la Catequesis; pero, por lo general, siempre asisten más de veinte.
“Tenemos dos Grupos: uno de niños que van a prepararse a la Primera Comunión (6 niños) y otro para la Confirmación (3 niños). Recibirán los Sacramentos en el mes de agosto, durante las Fiestas Patronales”, señaló la Catequista Griselda.
La mayoría de los asistentes ya recibió los Sacramentos; sin embargo, continúan acudiendo a la Catequesis. En primer lugar, porque les gusta; además, porque conviven con otros chavitos y se sienten parte de una agrupación especialmente para ellos.
No sólo participan miembros de la Comunidad; también se acercan familias de las Parroquias de San Lucas, de Santa Cecilia, San Isidro, Santa Elena, Talpita, de Nuestra Señora de Guadalupe en Tonalá, de San Pablo, etc., lo cual revela la falta de Catequesis Especial en más Templos.

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Preparación desde el corazón
Los niños y jovencitos que son atendidos, presentan condiciones delicadas de discapacidad, y por ello reciben una preparación sencilla, adecuada a su condición. Deben tener más de seis años y ser bautizados.
“Tenemos niños con lesión cerebral, niños con Síndrome de Down, con autismo y con discapacidad motora. Reciben catequesis de acuerdo a sus posibilidades.
“En cuanto a los niños de primer ingreso, pedimos el apoyo de las mamás, mientras nosotros vamos aprendiendo y conociendo al niño; después, les decimos que ya pueden quedarse solos. En algunas ocasiones, vienen acompañados de los hermanitos más chiquitos y participan con ellos.
“Su preparación consiste en enseñarles las oraciones, los Mandamientos, los Sacramentos, y siempre se los relacionamos con historias y juegos. Después de que hacen su Primera Comunión, toman un segundo Curso para la Confirmación.
“Lo que pedimos para que puedan recibir la Eucaristía es que el niño reconozca, que sepa las oraciones, es decir, el sentir de las oraciones. Y a veces estos niños sienten la oración más que uno”, dijo la Catequista.
La Fe es tan viva en estos chamaquitos, que son capaces, a veces mejor que nosotros, de expresar con la oración inmediata, su cercanía al Señor. Las familias de todos estos pequeños sienten una bendición muy especial; hay varios sentimientos afines, sobre todo la gratitud a Dios por la vida de sus hijos, por este momento y por poder brindarles la oportunidad de participar más en la Fe Católica… en su Fe.

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¿Qué opinan ellos?
En un día de Catecismo, y mientras realizaban una actividad, me acerqué a cada uno de ellos y les pregunté: ¿Por qué te gusta venir?, ¿qué te gusta del Catecismo? La mayoría se mostró con timidez y no contestó; otros estaban muy concentrados coloreando, y algunos respondieron, con dificultad en el habla, pero con palabras desde su corazón:
Nayeli: “Me gusta tener amigos. Dice mi papá que venga. Me ponen a colorear. Me gusta ir a Misa”.
Omar: “Vengo para que me den clases las Maestras Gris, Rosa, Tere”.
Adrián: “Desde que era pequeño vengo aquí. Me gusta la Misa del domingo. Estoy coloreando a Jesús. Me enseñan todo de Jesús, de Dios”.
Yesi: “Me gusta venir porque me gusta escuchar y aprender más. Para sanar mis problemas que tengo y porque Él es mi Padre; también porque lo quiero mucho”.
El ambiente en que se desenvuelven los menores discapacitados es de risas, de comprensión y de amor por parte de las Maestras a los alumnos, y viceversa. Ellos respetan, obedecen y escuchan las indicaciones, y las Catequistas ofrecen a sus alumnos interesantes temas de manera sencilla; les ayudan a colorear y están atentas a sus necesidades.

En familia
Acompañados de su mamá, papá o hermanos, todos los niños que asisten a la Catequesis reciben el apoyo de sus seres queridos. “Cuando los padres aceptan la realidad de la discapacidad de su hijo, empiezan a tener la posibilidad de ser felices en su prueba. Cuando los padres se muestran alegres a pesar de las dificultades de su situación, pueden hacer feliz a su hijo, cualquiera que sea su discapacidad” (La familia y la integración social de los niños discapacitados, 2000).

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Silvia Álvarez, mamá de Yessenia Guadalupe Álvarez (19 años)
“La experiencia de la Catequesis Especial es muy buena. La verdad es que son temas que en la casa no podemos desarrollarlos con suficientes conocimientos, por el simple hecho de que el niño, por su discapacidad, capta menos. Y si la mamá no está preparada para eso, las Maestras pueden ayudarles más. Yo pienso que es de mucho aprecio que las Maestras les dediquen a los niños especiales este tipo de educación porque es un complemento para la vida de ellos, incluso para nosotros como papás, pues aprendemos de los mismos Maestros.
“Tenemos cuatro años viniendo. Mi niña hizo la Confirmación aquí y está feliz porque viene a ayudarle a la Maestra. La convivencia con los niños es bien importante. Ojalá que en otros Templos hubiera este tipo de enseñanza para los niños con discapacidad, porque es un gran apoyo”.

Adriana López López, mamá de Adrián Emmanuel Barba López (18 años)
“Mi hijo está feliz asistiendo, le encanta venir y él me ha acercado más a Dios, porque yo soy floja para ir a Misa, y yo estoy muy agradecida con las maestras por su recibimiento, a pesar de que ya tenía mucho tiempo sin venir y me siento muy contenta. Mi hijo aquí hizo su Primera Comunión y Confirmación. Aquí aprendió a persignarse. Cada que pasamos por un Templo, él se persigna. Además, invita a todos a su ‘escuela de Diosito’ -así le dice-, y se encarga de motivar a otros para que vengan”.

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Gloria Ester Gutiérrez Sánchez, mamá de Paul y Samuel Medina Gutiérrez (Gemelos de 18 años)
“Es el primer año que los empecé a traer. Nada más les digo: ‘¡vamos!’, y ya saben. Se están preparando para su Primera Comunión. Parece que no, pero sí entienden. Cuando entramos a la iglesia se quedan calladitos, y cuando ven una imagen de la Virgen de Guadalupe, se le quedan viendo; sí la reconocen”.

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Catequista Ana Rosa Charles de León y mamá de Norma Angélica Ávila Charles
“Llevó seis años en Catequesis Especial y quince años de Catequesis Infantil. Mi hija Norma ha asistido desde que se inició la Catequesis para Niños con Discapacidad y le gusta mucho venir todos los sábados.
“Como catequista no se me hace difícil. A veces se pone un poco complicado porque hay niños que no hablan, y a los que hablan, a veces no les entendemos lo que quieren decirnos. Pero es bonito porque cuando les estamos explicando de Jesús o de la Virgen María, de verdad que nos ponen mucha atención”.

Bertha Alicia Romo, mamá de César Rafael Gómez Romo (13 años)
“A él le gusta mucho ir a Misa y venir al Catecismo. Yo tengo trayéndolo desde hace dos años. Aquí se preparó para su Primera Comunión y ahorita se está preparando para la Confirmación. Es una experiencia muy bonita, porque nos ayudan a inculcarle el amor a Dios a la manera de un niño especial, porque a veces a los papás si se nos complica poquito porque no tienen mucha atención”.

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