Memorias del I Congreso Filosófico-Teológico (2ª Parte)

Razón y diálogo

Gerardo Guzmán Sánchez,
1º de Teología

Dentro del marco de la celebración del Día del Seminario, nuestra Casa del Seminario Mayor se vistió de gala como Sede del Primer Congreso Filosófico-Teológico, efectuado en la semana del 16 al 20 de marzo reciente. Debido a la cercanía del Sínodo sobre la Familia y el papel que desempeña en la Sociedad como “iglesia doméstica”, el evento giró en torno a la temática familiar. Al Congreso asistieron expositores laicos, como el matrimonio de Erling Winsnes Salmon y Nunnia Jezabel Bayliss Machado, quienes nos presentaron el Tema “Los jóvenes y la familia”.
Una ponencia por demás interesante fue la que expuso el Dr. Alejandro Nava, Catedrático en Bioética, quien desarrolló el Tema de la Ideología de Género, tocando puntos como el relativismo, la intolerancia y la verdadera tolerancia. Lo más interesante de esta Conferencia es que el Dr. Nava presentó argumentos no sólo filosóficos sino científicos, sobre cómo es que un óvulo fecundado ya es una persona; es decir, desde el primer momento de la concepción ya existe una persona humana con un sexo determinado y con todas las posibilidades de desarrollarse y convertirse en un hombre o mujer, con sus derechos y responsabilidades.

Sínodo de la Familia
Asimismo, se expusieron de modo especial y como centro del propio Congreso los retos que enfrenta la Familia en nuestra Sociedad, tales como la educación y la formación de buenos cristianos, que son la clave de que en nuestra Sociedad moderna haya buenos ciudadanos y sean capaces de vivir la Fe que se les ha transmitido. Un punto en que se hizo énfasis es que la casa, la familia, es la que educa, mientras que las demás instituciones, dígase escuelas, clubs deportivos o centros de catequesis enseñan y reafirman los valores que se aprendieron en casa. En torno a ello giró la ponencia del Pbro. Lic. Francisco Ramírez Yáñez, Rector de la Universidad del Valle de Atemajac.
Las Exposiciones verbales nos hicieron caer en la cuenta de que el Sínodo que se realizará en octubre del presente año es una de las respuestas que nos pide el Concilio Vaticano II ante la problemática que se viene suscitando en nuestra Sociedad, y una forma de la Iglesia de entrar en diálogo con nuestro mundo moderno, y con ello mostrar el lado misericordioso de Dios. De esto nos hablaron dos Sacerdotes: el Padre Osvaldo Pulido Reynoso (Misionero Xaveriano) y el señor Cura Roberto Ramos Godínez (Licenciado en Moral y Párroco de Santa Elena de la Cruz).
Por último, los expositores de este Congreso nos formularon un llamado a prepararnos y a estar atentos sobre los avances de cómo se llevará este Sínodo sobre la Familia, una invitación que se extiende no sólo a nosotros Seminaristas como futuros Sacerdotes, sino a todo fiel cristiano.
En el Panel Conclusivo del Congreso Teológico participaron tres Laicos políticos: el Lic. Fernando Antonio Guzmán Pérez Peláez, Jaime Cedillo y Carmen Lucía Pérez Camarena. Asimismo, dos Sacerdotes: el Pbro. Lic. Daniel Guadalupe Jiménez Cortés, Canonista, y el Pbro. Lic. José Carmen Toriz Rentería, Moralista.
Aguardamos ansiosos el Sínodo sobre la Familia, así como el Segundo Congreso Teológico en el Seminario de Guadalajara.

Vale la pena ser
Sacerdote de Cristo.

Oración por el éxito del Sínodo de la Familia

“Jesús, María y José,
en ustedes contemplamos
el esplendor del amor verdadero,
a ustedes nos dirigimos con confianza.
Sagrada Familia de Nazaret,
haz que también nuestras familias
sean lugares de comunión y cenáculos de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Sagrada Familia de Nazaret,
que nunca más en las familias se vivan experiencias
de violencia, cerrazón y división:
que todo el que haya sido herido o escandalizado
conozca pronto el consuelo y la sanación.
Sagrada Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
pueda despertar en todos la conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchen y atiendan nuestra súplica. Amén”.