jueves, 22 de agosto de 2013

Vivir en la pantalla

Para vivir el Año de la Fe:

¿Cómo son los jóvenes del Siglo XXI?


JMJ MAS GDE MDO[1]


Pbro. Alfonso Rocha Torres


Presentamos, finalmente, 10 perfiles básicos de los adolescentes y jóvenes de hoy, contenidos en el Libro: “El Adolescente y su Entorno en el Siglo XXI, Instantánea de una Década”. España, año 2011, Universidad de Navarra.


1 Más cuidados, pero solos

Gozan de muchas protecciones sociales, pero nunca se habían sentido tan solos. Son egoístas e individualistas; se centran en todo aquello que les es próximo, actual, cercano, cotidiano, y la Historia como pasado no les interesa más que anecdóticamente, mientras que el futuro quieren alejarlo lo más posible, pues lo vislumbran con más temor en lo personal que en lo profesional.


2 Libres, pero dependientes

Se dicen libres, pero están atados a la familia, a la escuela, al grupo de amigos, a la moda, a los artilugios informáticos. Pegados al celular y al dinero de los padres, sienten la obligación de divertirse; pasan la vida siempre ocupados, incitados, solicitados; sienten pavor de la soledad, del aburrimiento y del silencio.


3 Más tolerantes que solidarios

La aceleración de la vida, su incertidumbre hacia el futuro, el imperio de lo efímero, la socialización débil y dispersa, hacen que la solidaridad, cuando se da, sea temporal.


4 Consumidores sin límites

La publicidad omnipresente los esclaviza, y la condición adolescente (experimentar todo, sin responsabilidad, quererlo todo sin dilaciones…), les aboca al consumismo frustrante y enloquecedor, cuyo único límite está en el dinero disponible.


5 Símbolos y valores

El placer y la diversión son un ícono de la juventud actual. El celular, determinadas prendas de vestir, la apariencia física, la asistencia a conciertos y la devoción por tal forma musical, por determinados viajes, etcétera, son elementos de identificación y pertenencia grupal. Otros íconos son la Paloma de la Paz, la Naturaleza o la Honradez. Desafortunadamente, aspiran a grandes metas, pero no se comprometen con los medios para alcanzarlas; les falta más esfuerzo, autorresponsabilidad, compromiso, participación y abnegación.


6 La competencia personal

Hemos de promover que sean autónomos, que no dependan de los demás más allá de lo lógico y necesario en una Sociedad interdependiente. Lograr en ellos una estructura psicológica armónica, y tener las capacidades intelectuales para entender y orientarse en el mundo, por el otro. Para ello, se precisa de una familia bien asentada y una educación humanista y cristiana.


7 La inteligencia “sentiente”

Hay que introducir la racionalidad en la toma de decisiones. Hay que apostar por la emotividad razonada (y razonable), o mejor aún, como dijera Xavier Zubiri, por “la inteligencia sentiente”, una inteligencia integradora de la razón abstracta y de los sentidos y sentimientos que, en conjunto, conforman la riqueza de la persona humana que pueda dar cuenta razonada de lo que dice y siente.


8 Abiertos a la innovación positiva

El espíritu innovador es clave; es una actitud de apertura para no anquilosarse en lo de siempre y promover una Sociedad más competente y con mayor bienestar; un mundo mejor, más justo, más solidario y más responsable; no sólo cambiar por cambiar.


9 Seguridad, sin perjuicio de la libertad
No hay que olvidar, sino más bien subrayar con fuerza, que en la actual Sociedad occidental vivimos un serio deterioro de las libertades y del respeto a los Derechos Humanos, so pretexto de la seguridad.


10 El redescubrimiento del espíritu

En una Sociedad que ya ha dejado atrás la secularización para adentrarse en nuevas sacralidades, éstas ocupan cada vez más espacio en el universo adolescente. Son sacralidades que, demasiado frecuentemente, no tienen respuestas a sus preguntas.

Aquí hay una oportunidad muy valiosa para evangelizarlos, para sembrar la semilla de la Fe Católica; para redescubrir su interioridad. El Anuncio del Kerigma y la pertenencia e identidad católicas, serán fundamentales.


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