Así lo veo
Francisco Javier Cruz Luna
La Humanidad de nuestros tiempos ha llegado a tal pérdida de los valores trascendentales, que vivimos una auténtica deshumanización, desde un menor grado con manifestaciones que aparentan no ser graves, y muchas veces no lo son, pero que en muchas ocasiones sí llegan a crear molestias, ofensas, lastimaduras, derivándose todo ello en conflictos que hasta se tornan muy serios en las relaciones entre seres iguales, hasta un grado superlativo como son los asesinatos, secuestros, extorsiones; todo ello, con fines económicos, pasando por situaciones que son de la vida cotidiana, como la falta de solidaridad o de caridad con los necesitados, sean éstos en situación permanente o bien en circunstancias ocasionales, emergentes, etc.
Bástenos echar una mirada a nuestro alrededor, leer o escuchar las noticias, para darnos cuenta cuán delicada es esta realidad, y cómo cada día lo es más, por lo que podemos avizorar que, si no se encuentra una forma de solucionar esto, vamos directamente y en forma acelerada a enfrentar un verdadero caos en la convivencia, en la armonía, en la paz y en la justicia social, cuyas consecuencias son inimaginables.
Yo no fui… A mi qué
Es común, en nuestra cultura, el buscar para todo culpables -en estas lides, suele culparse siempre a las Autoridades-; sin embargo, detrás de esa actitud reluce el rehuír a la responsabilidad. Sí, porque en semejantes situaciones, todos somos responsables de ellas, y todos deberíamos aceptarlas y actuar coherente y conscientemente.
De manera especial habríamos de hacerlo los que decimos ser cristianos, lo que quiere decir que somos discípulos de Cristo; que creemos y aceptamos su Doctrina, su ejemplo de vida y tratamos de aplicarlos en nuestro diario vivir.
No obstante, el hecho es que en nuestro mundo, en lugar de que, como Él nos lo mandó, predicáramos con nuestro ejemplo y con nuestra palabra el Evangelio de la Salvación, la llegada del Reino de Dios, para que Él, su Doctrina y testimonio de Amor se difundan en todos los rincones, y por ende que reinen dichos valores, hoy por hoy es todo lo contrario, y día a día son más los que afirman seguir a Cristo pero reniegan de su Fe o la profesan falsa, superficial, distorsionada, manipulada.
Y podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que en la actualidad Jesucristo es un desconocido en muchos ambientes, o bien lo han reducido a un taumaturgo, un milagrero, un dios complaciente, mercantil; todo, menos el Señor del Universo y el Señor personal, de manera tal que si se viviera ese Señorío, si le obedeciéramos, si viviéramos conforme a su Voluntad, a su Palabra, la realidad de nuestro mundo sería otra, contraria a la que enfrentamos.
¡Ánimo, cristianos católicos, es tiempo de que reaccionemos!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario