jueves, 1 de agosto de 2013

-Los jóvenes, el Papa y la Virgen-

María nos alcanza milagros


Lic. Lupita:


Mi hija fue a la Jornada Mundial de la Juventud. Se unió a un grupo de jóvenes que estuvieron realizando actividades para reunir el dinero suficiente y necesario para el viaje. Aquí nos quedamos los padres de familia rezando por ellos y con gran ilusión de que esto les marque una ruta a seguir en sus vidas. Sin embargo, con tantos ataques que recibe la Iglesia y los comentarios negativos que escucho de personas con un gran liderazgo de opinión, a veces me siento desalentada. Parece como si estos muchachos estuvieran viviendo una fantasía o que están luchando ingenuamente en un mundo que ya está de cabeza. ¿Cómo apoyarlos cuando regresen llenos de ilusiones?


María de los Ángeles.


Querida Mary:


Jornada-Mundial-de-la-Juventud-Brasil-2013Este encuentro con el Santo Padre inició con la simbólica visita a un Santuario Mariano: Nuestra Señora de Aparecida. El Papa Francisco, incluso, comenzó su Pontificado haciendo el mismo gesto en Roma, cuando fue a la Basílica de Santa María la Mayor a encomendarse a Ella para llevar adelante su divino ministerio, el de ser el Representante de Cristo en la Tierra.

Su actitud es un modelo para todos nosotros. Si queremos ser de Cristo, hemos de ser marianos.

Cómo quisiera que volvieran aquellos tiempos en que se cantaban las grandezas de María Santísima. Hay incontables ejemplos en el Arte Sacro: pinturas y esculturas valiosísimas que nos refieren la mirada que el hombre colocaba sobre Ella como nuestra Madre y defensora. Quiero detenerme ahora en dos obras literarias extraordinarias: “Milagros de Nuestra Señora”, de Gonzalo de Berceo (Siglo XII) y “Cantigas de Santa María”, del Rey de España Alfonso X (Siglo XIII). Ambas son obras maestras de la lírica religiosa y consisten en bellísimos poemas escritos en honor de la Virgen María. Narran intervenciones de Ella en favor del hombre, y todas son extraídas del conocimiento popular. Los autores virtieron artísticamente lo que la gente contaba una y otra vez sobre el poder intercesor que tiene la Madre de Dios cuando pide algo a nuestro favor.

A veces la encontramos premiando o castigando a sus hijos; en otras ocasiones, procurando nuestro perdón y salvación, evitando que nos condenemos, y también asistiéndonos cuando nos vemos sumidos en verdaderas crisis espirituales y morales.

El Papa, en su primera homilía de esta Jornada, nos convocó a todos, especialmente a los jóvenes, a alimentar tres actitudes. Dijo así:

“Hoy, en vista de la Jornada Mundial de la Juventud que me ha traído a Brasil, también yo vengo a llamar a la puerta de la Casa de María -que amó a Jesús y lo educó- para que nos ayude a todos nosotros, Pastores del Pueblo de Dios, padres y educadores, a transmitir a nuestros jóvenes los valores que los hagan artífices de una Nación y de un mundo más justo, solidario y fraterno. Para ello, quiero señalar tres sencillas actitudes: mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegría”.

Vamos escuchando la voz de nuestro Pastor, y llenos de esperanza y alegría, ¡dejémonos sorprender por Dios! A pesar de los ataques (que siempre los ha tenido la Iglesia), nosotros mantengamos viva nuestra Fe.

El mundo cambia si yo cambio. No esperaré a que otros vayan en la dirección de Cristo. Emprendo yo, ahora, contra corriente si es necesario, pero en la dirección que Cristo marca: el amor, el servicio, el perdón, la unidad.

Y, para tener esta convicción, nada más poderoso que pedir la intercesión de María Santísima, creyendo, como lo hacían los hombres teocéntricos durante tantos siglos en los que se aceptaba a Dios sin problemas, que Ella es capaz de arrancar los milagros más grandiosos para nuestra verdadera transformación.


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