jueves, 19 de febrero de 2015

Una Liturgia de clamor de paz

Nuevo Obispo de Apatzingán


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Texto y Foto: Pbro. Alberto Ávila Rodríguez


Para llegar a Apatzingán de la Constitución, Estado de Michoacán, se puede ir uno quebrando la sierra bella y exuberante de paisajes; trepar cumbres para poder tocar las gotas de agua todavía gordas; bordear las montañas por caminos y parajes llenos de pequeñas comunidades de trabajo y sencillez, e incluso recorriendo la Costa para subir al Altiplano… Colima, Tecomán, Aguililla. Por cualquier lado, ir hacia allá constituye toda una aventura, pues va uno recogiendo trozos de historia que dan razón de su identidad secular, no obstante los problemas del presente.

El jueves 12 de febrero, en esta Diócesis, de la Provincia Eclesiástica de Don Vasco, fue consagrado su IV Obispo, Cristóbal Ascencio García, un Especialista en Derecho Canónico y Jurisprudencia, que no parece utilizar las Leyes para someter, sino para explicar el sentido del servicio y de la Pastoral para sus gentes.

Dicha Región de “Tierra Caliente”, camino a la Costa, fue creada como Diócesis y tuvo su primer Obispo en 1962, en la persona de Don Victorino Álvarez Tena. El primer Obispo de toda esta bella región “michihuacán”, que significa “lugar de pescadores”, de las raíces náhuatl, fue el ahora Siervo de Dios, Don Vasco de Quiroga, de quien el próximo 14 de marzo se celebrará el 450º Aniversario de su Muerte, y en feliz coincidencia, su sucesor, Monseñor Alberto Suárez Inda, en estos días, ha venido a ser el primer Cardenal de esta Comarca.

En los cruceros de la Catedral, donde se inició la Celebración de la Consagración de Don Cristóbal como nuevo Obispo, se leían dos grandes lonas, ilustradas con sendas oraciones para rogar por la paz, ansiada por las gentes de este terruño, y quebrantada por algunas malnacidas ambiciones. Presentes para atestiguar el acontecimiento, el Nuncio Apostólico, el Arzobispo francés Christophe Pierre, 24 Obispos más, y un centenar de Sacerdotes; 70 del Clero local, y el resto, de Diócesis cercanas, sobre todo de San Juan de los Lagos, lugar de origen del flamante Pastor.



La Historia nos explica el porqué de Apatzingán de la Constitución… “Motivados por las profundas desigualdades sociales y económicas de la sociedad colonial, los Constituyentes trataron de organizar al país, darle Leyes justas y eficaces. Así nació, el 22 de octubre de 1814, el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, mejor conocido como la Constitución de Apatzingán, que fue el primer texto constitucional escrito en México.



Realidades y esperanzas

Las noticias recientes de aquella región hablan de violencia e inseguridad, pero también están hartos ahí del olvido, porque el modelo de convivencia que creó Don Vasco ha quedado hoy enterrado por muchos malos gobernantes. No era sólo lo económico, “sino la búsqueda de una economía al servicio de una vida más digna, más interesante y más creadora… por lo que se dio la vocación de producir artesanías admirables con microempresas en una ciudad pequeña, con aire limpio, en contacto con la Naturaleza, como una forma de vida y convivencia mucho más valiosa que los pesos y centavos por tales actividades pudiesen generar…”

La Ceremonia de Consagración revistió una solemnidad inusual, un encanto que sorprendió a los entendidos y a los sencillos. El Canto del Veni Creator, la presentación del candidato, las Letanías de Todos los Santos, poseen un misticismo singular que provoca devoción, asombro y conductas de una dimensión diferente. La presentación de la Bula o Letras Apostólicas tiene un golpe de dignidad e infunde una certeza de otra dimensión para toda la asamblea.

Hay tareas muy puntuales que se le recomiendan al nuevo Prelado desde la Homilía: “Promover los valores para que la Fe no se oscurezca ni se doblegue la Esperanza”. La Diócesis tiene sus retos particulares… “Estas tierras michoacanas tienen una labor muy fuerte en el proceso de aprendizaje del amor, a pesar de los desencuentros en una Sociedad que sufre y la violencia que quiere imponerse a toda costa”. Hoy se anhela la paz como se quiere el aire para respirar y sobrevivir.

El Pastor escogió para su Escudo episcopal las palabras de Jesús que nos recuerdan este don precioso y esta necesidad urgente en muchos ámbitos del país, y en particular en esta Región: “Mi paz les doy…”

La Bendición del nuevo Obispo a la asamblea presente se desarrolló de un modo singular, en cercanía, para mirar de cerca, cara a cara a los presentes, recorriendo los pasillos. Es una Bendición que se palpa en los rostros, en el aire que se respira, que se disfruta con sonrisas, con cantos de la asamblea, con fotografías del momento, con apretones de mano, con besos sencillos, humildes y amorosos de la gente que empieza a conocer a su líder religioso.


PETICIÓN UNÍVOCA
Entre las mantas que adornaban esta Catedral crecida hacia el cielo -en la Tierra Caliente estas construcciones son un respiro para las multitudes- hay una frase que asombra y marca un sentido muy particular de sus necesidades: “Al Obispo puede faltarle la Mitra, el Báculo y la Catedral, pero no su Seminario”. Aquí se fincan todas las esperanzas para la Nueva Evangelización.

Toda la Celebración reiteró alusiones sentidas por la paz, por ser escasa en estas partes: Cristo, Príncipe de la Paz; Jesús nuestra Paz… cuando la Liturgia da lugar a la invitación a darse la paz, en toda la asamblea se subraya esta necesidad y urgencia.

Ya consagrado, el nuevo Obispo se ha convertido en un vecino importante y un Pastor preocupado por su pueblo. En la Homilía de la Misa de Consagración lo dejó muy claro: “Dios quiere que sea Pastor, padre, hermano, amigo, servidor, maestro y sacramento de caridad en este pueblo”.

Todo finalizó con música regional de bandas populares y el colorido de la gente, la presencia de representantes de las comunidades locales y la atención para los venidos de fuera; el Seminario fue el anfitrión que ofreció el ágape fraterno, también al estilo purépecha.


Biografía

Monseñor Cristóbal Ascencio García, IV Obispo de Apatzingán, nació el 25 de marzo de 1955 en Josefino de Allende, Municipio de Jesús María, Jalisco, en una familia de 13 hermanos. Sus estudios del Seminario los hizo en la Diócesis de San Juan de los Lagos. Tiene Licenciatura en Derecho Canónico y Jurisprudencia por la Pontificia Universidad Gregoriana. Fue Vicario Parroquial, Párroco en distintas comunidades, Formador y Rector del Seminario por muchos años. El 17 de noviembre de 2014 el Papa Francisco lo nombró Obispo de Apatzingán.


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