jueves, 5 de febrero de 2015

5 nuevos Cardenales de y para nuestro Continente

Sus Sedes, en territorios clave eclesiales


En Derecho Canónico (por su raíz etimológica, cardinal significa fundamental), todo Cardenal es uno de los Prelados que componen el Sacro Colegio, de acuerdo a la Constitución que le diera el Papa Sixto V (1585-1595). Todos son Consejeros del Papa en los asuntos graves de la Iglesia. Forman el Cónclave para la Elección del Sumo Pontífice en ausencia total de él. Se exceptúa, ya en Cónclave, a los mayores de 80 años, conforme a una disposición de Paulo VI. Sus distintivos: capelo, birreta, vestimenta escarlata roja, que simbolizan su Lema: “Hasta el derramamiento de su sangre en defensa de la Fe”; Sentencia que les recuerda el Santo Padre en la ceremonia del investimento solemne (Cfr. Derecho Canónico).


Alberto Suárez Inda


El Papa Juan XXIII, hoy Santo, dispuso que todos los Cardenales fuesen Obispos consagrados. En algún caso especial, Su Santidad puede elevar a alguien al grado de Cardenal, pero reservar en secreto (‘In pectore’) su Nombramiento, hasta que él decida el momento oportuno de dar a conocer su nominación.

En enero reciente, el Papa Francisco anunció formalmente su decisión de crear 20 nuevos Cardenales. El beneplácito de la noticia fue, en verdad, ecuménico. Y de esa veintena de nominados, cinco de ellos pertenecen y son de nuestra América. Todos ellos son Arzobispos u Obispos, algunos ya Eméritos, que se han distinguido por “su caridad en el servicio a la Santa Sede y a la Iglesia Católica”. Precisamos algunos de sus datos particulares significativos.


I- PERFILES SINGULARES DE CADA UNO

Sea el primero, sin orden de preferencia, el actual Arzobispo de Morelia, Michoacán, Alberto Suárez Inda, quien fue formado en la Pontificia Universidad Gregoriana desde 1958 como alumno del Colegio Pío Latinoamericano. Sacerdote desde 1964, hace ya 50 años. En 1985, preconizado V Obispo de Tacámbaro, y diez años después, VIII Arzobispo de Morelia. Recibió el Palio Arzobispal de manos de Juan Pablo II. Se ha desempeñado en importantes cargos de la CEM, Conferencia Episcopal Mexicana, incluso como Vicepresidente. Su bonhomía y virtudes sacerdotales han sido relevantes por décadas.

El segundo será el Religioso Salesiano de Don Bosco, Monseñor Daniel Fernando Sturia Berhouet, Arzobispo de Montevideo, Uruguay, quien será Cardenal este sábado 14 de febrero con toda la proyección eclesial que tiene su Sede en el contexto sudamericano de aquella región tan específica, y su momento socio-político y pastoral en el palpitar de la vigorosa República Charrúa del Uruguay.

El tercero, Monseñor José Luis Lacunza Maestrojuán, Religioso de la Orden de Agustinos Recoletos, OAR, hasta ahora Obispo Residencial de la Ciudad y Diócesis de David, en Panamá. Esta Diócesis ha sido clave en la Evangelización y labor misionera de esa zona panameña. Personalmente, tenemos presente la labor de Ciudad David al impulso del CELAM en 1967-68, y su palpitar histórico específico, aun frente a las Juntas Anfictiónicas Masónicas y sus resabios de siglos. Y el sacudimiento histórico político de las últimas décadas le ha revelado una catolicidad palpitante.

Cuarto nuevo Cardenal de nuestro Continente será el Arzobispo Emérito de Manizales, Colombia, Monseñor José de Jesús Pimiento Rodríguez. Su Arquidiócesis ha sido un centro eclesial de primer orden en las últimas décadas de América Latina en su labor de Evangelización y Catequesis misionera por parte de sus Institutos, al impulso del hoy nuevo purpurado.

Y el quinto, Monseñor Luis Héctor Villalba, Arzobispo Emérito de Tucumán, Argentina, quien recibirá el cardenalato por méritos propios y por la recia historia misionera y eclesial, ya de siglos, de la Ciudad de Tucumán, centro y pivote del Cristianismo en esa región pampera. Historia de inmensa y honda repercusión. Marco geográfico básico por siglos. Sólidas tierras de la primaria y pionera labor misionera…

Con estos cinco nombramientos cardenalicios se completa el ubérrimo (con adjetivo expresivo) ‘coetus’: grupo selecto, de los actuales Cardenales de nuestro Hemisferio; cinco de ellos, mexicanos de singular presencia pastoral (incluyendo al neo Príncipe de la Iglesia). La lista es larga y meritoria. Verdadero Colegio Cardenalicio en comunión eclesial con el Sumo Pontífice Francisco; vivos y presentes en este 2015; Eméritos muchos de ellos, y egregios difuntos la gran mayoría, pero todos de gran huella para nuestra América Una.


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