En apoyo de las Diócesis
Los Misioneros Oblatos de La Sagrada Familia han iniciado, a partir del reciente viernes 30 de enero, un Año Jubilar para prepararse a celebrar el 50º Aniversario de su Fundación.
Domingo Sánchez
Fue el señor Cura Enrique Méndez Garibay, a la sazón ejercía su ministerio en la Parroquia del Apóstol Santiago, en Sahuayo, Michoacán, quien, teniendo la intención de fundar una Congregación Religiosa al servicio de la Iglesia, había compartido su sueño con el entonces Obispo de Zamora y después Cardenal y Arzobispo de Guadalajara, José Salazar López (quien fuera su compañero de estudios en el Colegio Pío Latinoamericano de Roma), y quien le otorgó todo su apoyo.
Logró, así, ver que este anhelo se hiciera realidad el 31 de enero de 1966 en la Ciudad de Sahuayo, haciendo posible su ideal: “Quiero darle Sacerdotes a la Iglesia”. De esa manera comenzó su “obrita”, como la llamó cariñosamente, la cual nació en un ambiente de sencillez, basado en la generosidad y la cercanía de un Sacerdote identificado con su pueblo.
Carisma y peculiaridades
La espiritualidad de los Misioneros Oblatos se fundamenta en La Sagrada Familia de Nazareth, ya que el señor Cura Enrique Méndez anhelaba que los Oblatos integraran, en la acción pastoral, a las Religiosas, a los Catequistas, a los Laicos, etcétera, y recomendaba el trabajo en equipo. Una característica esencial que el Fundador sugería a sus congregados era la integración al Clero Diocesano para que estuvieran siempre atentos a la Pastoral de Conjunto y fortalecieran así la “Comunión y Participación” en la vida parroquial, en el Decanato y en la Diócesis. Por eso, una de sus Constituciones claramente lo señala: “Los miembros del Instituto, específicamente, se dedicarán a formarse aptos para los diversos quehaceres pastorales, sea a nivel diocesano como a nivel parroquial, colaborando en ello con el Prelado y Clero Diocesano, especialmente en Diócesis necesitadas” (Constitución No. 3).
Su presencia y distribución
A lo largo de estos casi cincuenta años, los Misioneros Oblatos han venido sirviendo en La Purísima Concepción, de la Diócesis de La Paz, Baja California Sur; en la Parroquia del Sagrado Corazón, de la Diócesis de Tabasco; en las Parroquias de La Inmaculada Concepción y de San Miguel Arcángel, de la Diócesis de Valle de Chalco, y en Santa María Magdalena, San Isidro Labrador y La Esperanza, de la Diócesis de Ciudad Netzahualcóyotl.
Asimismo, mantienen sus Casas de Formación en Sahuayo, Michoacán, y en Zapopan, Jalisco. La Familia Religiosa de los Misioneros Oblatos está hoy incardinada a la Diócesis de Ciudad Netzahualcóyotl, Estado de México, ya que su primer Obispo, José Melgoza Osorio, aceptó la petición del Padre Fundador para ser el Responsable directo ante el Episcopado Mexicano, y así se le considerase como una Congregación de Derecho Diocesano, siendo la Parroquia de Nuestra Señora de La Esperanza la primera que se les encomendó a los Oblatos.
Con el Decreto, emitido por el señor Obispo Héctor Luis Morales Sánchez, los Misioneros Oblatos de la Sagrada Familia han iniciado un Año Jubilar, que irá del 30 de enero del presente año hasta el 31 de enero de 2016, fecha en que se cumplirá el Aniversario de Oro de esta Fundación. Por tal motivo, se exhorta a los fieles a que unan en este Año Jubilar sus intenciones y rueguen al Señor por esta Familia Religiosa para que, en este Año de la Vida Consagrada, se renueve el compromiso y la fidelidad de cada uno de sus miembros, y puedan continuar haciendo realidad el ideal de su Fundador, que confió en la Misericordia Divina: “Si esto es obra de Dios, seguirá conmigo o sin mí”.
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