jueves, 26 de febrero de 2015

Solicitar y aceptar el noviago

Más que una tradición


Quieres-ser-mi-novia


Yéssica Yasmín Luna Correa y

Rosalba Ávila Castro

Instituto Juan Pablo II para la Familia.


Esta mañana me desperté con la idea de que el noviazgo había perdido importancia para los jóvenes, y que sólo era un convencionalismo social anticuado; que las relaciones bajo el título de noviazgo frecuentemente se nos presentan como una carga, y que, además, resultaban, en muchas ocasiones, un cúmulo de experiencias violentas, toda vez que se considera sinónimo de noviazgo la posesión, el chantaje y la lucha. Contrario a eso, se proponía, por tanto, suprimir el título de novios como un signo de libertad. Y debido a una creciente sobrevaloración sexual, se decía que bastaba con besar al chico o chica en cuestión y/o mantener relaciones sexuales, para indicar que existía un tipo de vínculo entre ambos.

Así pues, bajo esta perspectiva aparentemente liberal, ya era visto como conservador cambiar nuestra situación sentimental en Facebook, de “soltero” a “tiene una relación con…” sustituyendo esta última frase al término noviazgo.

Casos muy frecuentes

Tú, seguramente, conoces a alguien que opina que la pregunta: “¿Quieres ser mi novia?” está pasada de moda y que ya a nadie le importa; o incluso ser tú mismo uno de los que opinan y actúan así. O es probable que conozcas a alguien que haya sido víctima de algún tipo de violencia durante el noviazgo. Quizá tú mismo la hayas ejercido o experimentado.

Y es que, en efecto, según recientes investigaciones de Lupita Cárdenas Cuevas (Académica adscrita al Centro Universitario de Ciencias de la Salud), realizadas entre 2,000 jóvenes para conocer la percepción y tipos de violencia que se practican entre los estudiantes de Educación Media y Superior, se deduce que es en la Preparatoria donde existen en mayor número los casos de agresiones: “Encontramos que entre los chicos de Preparatoria se repiten más los casos en los que el novio cela a la chica, la jalonea, la avienta, la humilla en privado o delante de los demás, le dice que está fea o gorda y hasta le prohíbe hablar con otras personas, incluidos algunos miembros de la familia, como los primos. En Licenciatura, la estadística no es tan significativa”.

Por su parte, la Maestra universitaria, Especialista en el tema y Jefa del Departamento de Psicología Básica de la UdeG, Claudia Chan, afirmó que también hay casos en los que la chica es quien hostiga al novio al llamarle constantemente para saber dónde está y con quién, o al revisarle los mensajes por celular.

Sin embargo, si tú eres una persona que aún cree en el amor, seguramente este panorama te resultará desolador, y te será difícil resignarte ante estos datos. Es por eso que me di a la tarea de comprobar la veracidad de los mismos.

En una encuesta que realicé a 602 jóvenes estudiantes de entre 18 y 25 años, constaté que la pregunta “¿Quieres ser mi novia?” no está en desuso, como se cree, ni tampoco está pasada de moda, ya que el 74% de los jóvenes afirmó que con esta pregunta dieron inicio a su más reciente relación sentimental, y el 71.2% la evaluó como una pregunta importante para iniciar un noviazgo.

Respecto a la sobrevaloración de la sexualidad, la estadística reveló que sólo el 26.9% de las mujeres toma como necesario el sexo durante el noviazgo, mientras que el 73.91% afirma que no lo es.

Por todo ello, he llegado a la conclusión de que la mayoría de los jóvenes, en su interior, sigue buscando la verdadera esencia del noviazgo, aunque no en su forma genuina, pues existen muchos factores que pueden alterar el verdadero sentido del noviazgo, y ésa es la razón por la cual algunos experimentan noviazgos violentos, posesivos, y otras deformaciones del mismo, incluyendo, por ejemplo, las relaciones sexuales como algo necesario y/o importante.

Ante esto, hemos de recordar que el noviazgo es una etapa transitoria; que el noviazgo no es un fin en sí, sino una etapa que antecede al matrimonio; que al iniciar un noviazgo, debe tenerse como posibilidad, en menor o mayor medida, concluirlo con la unión matrimonial. Si no se considera el matrimonio como finalidad, no debe llamarse noviazgo, pues éste pierde completamente su sentido, belleza y trascendencia esencial.

Entonces, ¿quieres un noviazgo?



Referencias

Lupita, C. C. (14 de febrero de 2011). Universidad de Guadalajara. Obtenido de Universidad de Guadalajara: http://ift.tt/1Ax59ms.

Pedro, M. J. (2004). Construir el amor. España: Martínez Roca.



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