jueves, 12 de febrero de 2015

La Cuaresma es camino de salida, no cárcel

Comienza la Cuaresma y el Papa nos pide:

“No seamos indiferentes”


Este 18 de febrero, Miércoles de Ceniza, comienza la Cuaresma, tiempo litúrgico de conversión que marca la Iglesia para prepararnos a la gran Fiesta de la Pascua.


PAPA FRANCISCO, MENSAJE DE CUARESMA


Rebeca Ortega Camacho


En la Cuaresma recordamos los 40 días que Jesús pasó en el desierto rezando y ayunando para prepararse antes de comenzar su vida pública. Cada año, Dios nos ofrece la Cuaresma como un tiempo especial para tres propósitos: arrepentirnos de nuestros pecados, hacer penitencia y volver al Señor.


Miércoles de Ceniza

En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos, y desde el Siglo XI, la Iglesia de Roma acostumbra imponer las cenizas a los fieles, al iniciar los 40 días de mortificación y conversión.

Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior. Esto nos recuerda que lo que fue signo de gloria, pronto se reduce a nada.

La imposición de ceniza es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a morir y que nuestro cuerpo va a convertirse en polvo. Nos enseña que todo lo material que tengamos aquí, se acaba. En cambio, todo el Bien que tengamos en nuestra alma nos lo vamos a llevar a la Eternidad. Al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por nuestros semejantes.

Cuando el Sacerdote impone la ceniza, quien la recibe debe tener una actitud de querer mejorar, de desear tener amistad con Dios.

El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son días de ayuno y abstinencia. La abstinencia obliga a partir de los 14 años, y el ayuno, de los 18 hasta los 59 años. El ayuno consiste en hacer una sola comida fuerte al día, y la abstinencia es no comer carne. Éste es un modo de pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que queremos cambiar de vida para agradarlo siempre.


En 12 puntos, conoce el Mensaje de Cuaresma 2015 del Papa Francisco


“Fortalezcan sus corazones” (St 5,8)
La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero, sobre todo, es un «Tiempo de Gracia» (2 Co 6,2). Dios no nos pide nada que no nos haya dado antes: «Nosotros amemos a Dios porque Él nos amó primero» (1 Jn 4,19). Él no es indiferente a nosotros”.

El Pueblo de Dios, por tanto, tiene necesidad de renovación, para no ser indiferente y para no cerrarse en sí mismo. En tres pasajes, el Santo Padre medita acerca de esta renovación, para “no ser indiferentes”:

“Si un miembro sufre, todos sufren con él” (1 Co 12,26) – La Iglesia

1. “La Caridad de Dios, que rompe esa cerrazón mortal en sí mismos de la indiferencia, nos la ofrece la Iglesia con sus enseñanzas, y sobre todo, con su testimonio”.

2. “El cristiano es aquel que permite que Dios lo revista de su bondad y misericordia”.

3. “La Cuaresma es un tiempo propicio para dejarnos servir por Cristo, y así llegar a ser como Él”.

4. “La Iglesia es communio sanctorum porque en ella participan los Santos. En esta Comunión de los Santos y en esta participación en las cosas santas, nadie posee sólo para sí mismo, sino que lo que tiene es para todos”.

“¿Dónde está tu hermano?” (Gn 4,9) – Las Parroquias y las Comunidades
5. “Para recibir y hacer fructificar plenamente lo que Dios nos da, es preciso superar los confines de la Iglesia visible, uniéndonos a la Iglesia del Cielo en la oración. Junto con los Santos, formamos parte de la comunión en la cual el amor vence la indiferencia”.

6. “También nosotros participamos de los méritos y de la alegría de los Santos, así como ellos participan de nuestra lucha y nuestro deseo de paz y reconciliación”.

7. “La Iglesia, por naturaleza, es Misionera; no debe quedarse replegada en sí misma, sino que es enviada a todos los hombres”.

8. “Que los lugares en los que se manifiesta la Iglesia, en particular nuestras Parroquias y nuestras comunidades, lleguen a ser islas de misericordia en medio del mar de la indiferencia”.

“Fortalezcan sus corazones” (St 5,8) – La persona creyente
9. “No olvidemos la fuerza de la oración de tantas personas. La iniciativa ‘24 horas para el Señor’, que deseo se celebre en toda la Iglesia los días 13 y 14 de marzo, es expresión de esta necesidad de la oración”.

10. “Podemos ayudar con gestos de caridad, llegando tanto a las personas cercanas como a las lejanas. La Cuaresma es un tiempo propicio para mostrar interés por el otro”.

11. “El sufrimiento del otro constituye un llamado a la conversión, porque la necesidad del hermano me recuerda la fragilidad de mi vida, mi dependencia de Dios y de los hermanos”.

12. “Para superar la indiferencia y nuestras pretensiones de omnipotencia, quiero pedir a todos que este Tiempo de Cuaresma se viva como un camino de formación del corazón. Por esto, deseo orar con ustedes a Cristo en esta Cuaresma: ‘Fac cor nostrum secundum cor tuum’: ‘Haz nuestro corazón semejante al tuyo’ (Súplica de las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús). De ese modo, tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso, que no se deje encerrar en sí mismo y no caiga en el vértigo de la globalización de la indiferencia.


camino cruz


Los Padres de la Iglesia y la Cuaresma

Tiempo de Conversión


Los así llamados Padres de la Iglesia son testigos privilegiados de la Tradición de la Iglesia. Sus escritos ofrecen una riqueza cultural y apostólica, que hace de ellos los grandes Maestros de esta Institución fundada por Jesucristo.


Rebeca Ortega Camacho


“La conversión no es sólo un momento; es un camino largo de seguimiento de Cristo, de profundización en su Doctrina y en sus actitudes”, afirmó el señor Cura Manuel Zárate Zepeda, Párroco de San Juan Bautista, Fraccionamiento Jardines del Sol, y quien es Licenciado en Teología y en Ciencias Patrísticas, y nos compartió sus conocimientos sobre los escritos de los Padres de la Iglesia, en torno a la conversión.

“Entre los Padres de la Iglesia hubo muchos convertidos que provenían del paganismo y descubrían la verdad, que es Cristo, se adherían a ella y se hacían bautizar. Podríamos destacar que ése era el inicio de su conversión. En aquellos tiempos, el Bautismo no lo recibía sino solamente aquél que estaba dispuesto a seguir a Cristo con radicalidad, incluso hasta el martirio.

“Igualmente, la Cuaresma, tal como ahora la conocemos, no estaba establecida; podría decirse que toda la vida cristiana tenía un sentido de Cuaresma, pues después del Bautismo se vivía en continua conversión, escucha de la Palabra y la práctica de buenas obras.

“La Cuaresma, no son sólo los cuarenta días, aunque la Iglesia ha delimitado ésta a un tiempo de espiritualidad más fuerte y más propicio para la conversión, para imitar a Cristo, quien estuvo cuarenta días y cuarenta noches en el desierto; pero, en realidad, todo el año debemos estar buscando una mejoría en nuestras vidas”, advirtió el Padre Manuel.


El camino a la conversión
San Cirilo Foto 4Con citas de algunos textos de cuatro Padres de la Iglesia y la reflexión del Presbítero Zárate Zepeda, nos adentramos más en el verdadero sentido de la conversión que nos propone la Cuaresma.

De la Catequesis: “Reconoce el mal que has hecho, y recibe el Espíritu Santo”, de San Cirilo de Jerusalén, se destaca: “Despójense, por la confesión de sus pecados, del hombre viejo, viciado por engañosos y desordenados deseos, y vístanse del hombre nuevo, que se va renovando según el conocimiento de su Creador”. La Cuaresma es, pues, el tiempo propicio para que quienes están lejos se reconozcan, que entren en sí mismos, que revisen qué hay en su vida que no es digno, y lo confiesen.

En otro Párrafo el Obispo Cirilo señala: “Reconoce el mal que has hecho, de palabra o de obra, de día o de noche. Reconócelo ahora que es el tiempo favorable, y en el Día de la Salvación recibirás el tesoro celestial”. En este período, la Liturgia nos marca el tiempo favorable de conversión; los textos de la Misa; el mismo ambiente cuaresmal; los viernes penitenciales; el rezo del Viacrucis; todo ello nos habla de la necesidad de reconocer nuestros pecados; ésa es la auténtica Cuaresma. Y termina esta Catequesis el Obispo de Jerusalén, diciendo: “Vienes para alcanzar el perdón de los pecados; es necesario que tú también perdones al que te ha ofendido”. Esto quiere decir que, aparte de pedir perdón, tú debes perdonar; es tiempo de reconciliación con los demás.

San Agustín Foto 2Por otra parte, en el Sermón de San Agustín, “El corazón arrepentido es la mejor ofrenda a Dios”, se señala: “Lo que atestigua a favor de nuestra vida es el reconocimiento de nuestras culpas. Las personas sin remedio son aquellas que dejan de atender a sus propios pecados para fijarse en los de los demás”. Esta máxima quiere decir que somos muy fáciles en reconocer los males ajenos, pero difícilmente reconocemos los propios. La Cuaresma es tiempo de reflexión, para ver nuestros propios pecados”.

Y continúa el Obispo de Hipona: “Busca en tu corazón la ofrenda grata a Dios. El corazón es lo que hay que quebrantar”; esto, hablando del Salmo que afirma que los sacrificios, a veces, no satisfacen; que lo que Dios quiere es el sacrificio de nuestro corazón, quebrantar el corazón, cambiar y quebrar el corazón. Y añade: “Para que sea creado este corazón puro, hay que quebrantar antes el impuro”; hay que desterrar esos malos deseos, esos sentimientos que no están bien, quebrantarlos, para que Dios cree un corazón puro. Y, finalmente, menciona: “Sintamos disgusto de nosotros mismos cuando pecamos, ya que el pecado disgusta a Dios. Y ya que estemos libres de pecado, por lo menos parezcámonos a Dios en nuestro disgusto por lo que a él le disgusta. Así, nuestra voluntad coincidirá en algo con la de Dios, en cuanto que le disgusta lo mismo que odia nuestro Hacedor”.

San Jerónimo Foto 1Asimismo, San Jerónimo, en el texto “Conviértanse a Mí y encontrarán misericordia”, indica: “Conviértanse a Mí de todo corazón, y que su penitencia interior se manifieste por medio del ayuno, del llanto y de las lágrimas; así, ayunando ahora, serán luego saciados; llorando ahora, podrán luego reír; lamentándose ahora, serán luego consolados”. Esto advierte que hacer actos de piedad no es sencillo, aunque luego vendrá el tiempo de la Gracia, de la recompensa. Continúa: “Y no duden del perdón, pues por grandes que sean sus culpas, la grandeza de su misericordia perdonará, sin duda, la enormidad de sus muchos pecados…

“No es impaciente como el hombre, sino que Él esperará sin prisas nuestra conversión”. Dios es más misericordioso que los más grandes pecados que podamos tener; aunque también recuerda San Jerónimo que “la grandeza de su clemencia no nos haga descuidados en el bien… Yo, por mi parte, exhorto a la penitencia y reconozco que Dios es infinitamente misericordioso; la misericordia divina nos invita a abrazar sin tardanzas los caminos del Señor”.

San Juan Cisóstomo Foto 3Y finalmente, en su Homilía: “Cinco caminos de penitencia”, San Juan Crisóstomo nos propone un programa práctico de renovación espiritual.

1. La acusación de los pecados: “Confiesa primero tus pecados y serás justificado”.

2. El perdón por las ofensas de nuestro prójimo: “Esto es el camino de la conversión; confiesa, perdona, de tal manera que poniendo a raya tu ira, olvides las faltas de tus hermanos. Así, obtendrás que Dios perdone aquellas deudas que ante Él has contraído”.

3. La oración ferviente y continuada: “Es aquella que brota de lo íntimo del corazón”.

4. El dar limosna: “Pues ella posee un grande y extraordinario poder”.

5. La práctica de la humildad: “Si eres humilde y obras con modestia, en este proceder encontrarás un modo de destruir el pecado”.

Y concluye San Juan Crisóstomo: “Ya que has aprendido con estas palabras a sanar tus heridas, decídete a usar de estas medicinas, y así, recuperada ya tu salud, podrás acercarte confiado a la Mesa Santa y salir con gran gloria al encuentro del Señor”.


Ejercicios Ignacianos

La importancia del Silencio Espiritual


CASA DE ESPIRITUALIDAD DE PUENTE GRANDE


Rebeca Ortega Camacho


Los Ejercicios Espirituales son una experiencia que inició San Ignacio de Loyola para ayudar a los demás a encontrarse con un Dios que no está mudo y que no vive lejos. Un encuentro que es fuerte, vivo, personal; que compromete a quien sigue generosamente esa «gimnasia espiritual» que lo lleva a entender y a experimentar que Jesús Resucitado lo llama a colaborar con la Misión que Él mismo realizó: anunciar la Buena Nueva.

Ignacio de Loyola tuvo una vida centrada en los honores, la fama y el poder, luchando a favor del Rey terrenal, y en una de esas batallas fue herido por una bala de cañón. Sin embargo, en un momento de convalecencia, tomó conciencia de la diferencia que había entre pensar en seguir su vida “mundana” u optar por una vida que imitara a los Santos. Después de leer sobre los Santos y Cristo, Ignacio quedaba en paz y satisfecho; pero cuando terminaba de soñar despierto con seguir su vida de caballero, continuar en las batallas y en la búsqueda de fama, Ignacio quedaba inquieto e insatisfecho.

San IgnacioEsta experiencia no sólo fue el principio de su conversión, sino también el comienzo de su propuesta de discernimiento espiritual. Su experiencia con el Creador la sistematizó en el texto de los Ejercicios Espirituales (EE) y la compartió con hombres y mujeres, que no tardaron en suscitar conversiones importantes. Los EE despertaron la sospecha de los Jueces y de la misma Inquisición. Ignacio fue tomado preso en tres ocasiones por su manera de vestir, por las conversiones generadas y por la Teología de sus Ejercicios.

Así pues, aprendió que lo más importante en la vida es la búsqueda de la Mayor Gloria de Dios; es decir, que no sólo se trata de ayudar al prójimo, sino de buscar aquello que más ayuda a construir el Reino de Dios.

Desgraciadamente, la actual Sociedad, con sus estrategias de consumo y tantos ruidos, desvirtúa nuestras búsquedas y nos engaña sobre aquello que nos conduce a la realización plena como hijos de Dios. Por tanto, necesitamos entrar en proceso de discernimiento para detectar, al igual que San Ignacio, qué cosas pueden brindarnos una mayor paz y satisfacción.


El camino propuesto

ejercicios espirituales 2Los EE recuperan el mundo de los afectos para ordenarlos en torno a Dios. El modo de orar propuesto por San Ignacio de Loyola es un proceso de aprendizaje para escuchar nuestro cuerpo en su totalidad, y que la persona aprenda a distinguir las alegrías producidas por su entorno. A través de los sentimientos, el ejercitante aprende a detectar aquello que le acerca a Dios y aquello que le aleja de Él. Entrar al mundo de los afectos da la posibilidad de encontrar y dejar aflorar los grandes deseos que conducen a recuperar nuestra identidad de seres humanos. La Sociedad de consumo despierta deseos superficiales que no dejan la satisfacción esperada. En cambio, los EE pretenden que el individuo construya criterios para tomar decisiones desde aquello que le deja una satisfacción realmente profunda y gozosa.

Ignacio definía sus Ejercicios Espirituales de la siguiente manera: “Por este nombre de Ejercicios Espirituales se entiende todo modo de examinar la conciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mentalmente, y de otras espirituales operaciones, según que adelante se dirá. Porque así como el pasear, caminar y correr son ejercicios corporales, por la misma manera todo modo de preparar y disponer el ánima, para quitar de sí todas las afecciones desordenadas, y después de quitadas, buscar y hallar la voluntad divina en la disposición de su vida para la salud del alma, se llaman Ejercicios Espirituales”.

La persona que va a vivir los EE necesita preparar su corazón, para lo cual mucho le ayudará clarificar la intención de asistir a ellos, ubicar el momento existencial en que se encuentra y tener amplia disponibilidad para entrar a su mundo interno. Todo esto, con la plena seguridad de que Dios le acompañará y ayudará a descubrir el mejor camino para construir su plenitud.

(Con información de la Página de Internet: www.sjmex.org)


Retiros

Si tú, hombre o mujer mayor de edad, deseas adentrarte en la Espiritualidad Ignaciana y vivir los Ejercicios Espirituales, se te invita al “Retiro Ignaciano de Cuaresma” que se realizará del 20 al 22 de marzo en la Casa de Ejercicios de Puente Grande, Municipio de Tonalá, a una hora de Guadalajara por la Carretera Libre a Zapotlanejo.

La entrada será el viernes 20 de febrero a las 16 horas, y la salida el domingo 22 a las 15 horas. Se pide una cuota de recuperación. Informes, en los teléfonos 37350513, 37350959 y 37350313.


Una propuesta Franciscana para la Cuaresma


En el tiempo fuerte de la Cuaresma, la vida de San Francisco de Asís es ejemplo de cómo vivir esta época propicia de conversión y de expectativa para la Pascua.


FRANCISCANOS


Rebeca Ortega Camacho


La espiritualidad, carisma y lineamientos del Santo de Asís son el referente de los Religiosos Franciscanos, según refirió el señor Cura Fray José Manuel Montañez Sánchez, de la Orden de Frailes Menores en esta Provincia de los Santos Francisco y Santiago (que tiene su Sede en el Convento de Zapopan), y quien es Párroco del Santuario de Nuestra Señora de Santa Anita, Municipio de Tlaquepaque: “Nosotros tenemos una espiritualidad muy propia de San Francisco, y él nos ha dejado en sus escritos y parámetros cómo vivir la Cuaresma. En ellos, nos pide siempre vivir en la penitencia y en ese permanente despojamiento de uno mismo”.

Profundizando en su historia, descubrimos las prácticas de humildad y sacrificio de San Francisco, quien vivía varias Cuaresmas al año. En su existencia, dice la Tradición Franciscana, esas Cuaresmas eran tiempos fuertes para él, e incluso las pasaba en la máxima soledad y penitencia, en una entrega total a la oración.

No se contentaba con vivir la Cuaresma instaurada por la Iglesia, sino que, además, creó la Cuaresma de Adviento o de La Encarnación, en preparación a la Navidad, y a ésa añadía otras tres, todas las cuales las pasaba en riguroso ayuno y oración, apartado del mundo, para estar solo y en un continuo proceso de conversión. Esto quiere decir que cerca de doscientos días él pasaba cada año en soledad, orando y mortificándose; alejado de las personas y cerca de Dios. San Francisco no impuso su estilo de vida a todos sus Hermanos Religiosos; únicamente quiso dar ejemplo de verdadera entrega a la penitencia y oración.

“En comunidad, los Franciscanos vivimos de manera más intensa la Cuaresma, que empieza el Miércoles de Ceniza y concluye con la Semana Mayor”, hizo saber Fray José Manuel.

Para vivir la Cuaresma activamente, la Provincia Franciscana invita a la comunidad a rezar el Viacrucis cada viernes y a ejercitar momentos de oración. Además, se llevan a cabo actos penitenciales al terminar cada Tanda de Ejercicios Espirituales, así como Celebraciones Eucarísticas en algún centro comunitario y manifestaciones públicas de Fe, como la Marcha del Silencio. Asimismo, la Orden Franciscana acostumbra salir a visitar a los enfermos. “Esta es un forma de decir, vamos a llevarles un Mensaje a esas personas, a compartir con ellas nuestra alegría, pero también a hacerlas reflexionar sobre el momento fuerte que estamos viviendo, que es un tiempo de conversión y, sobre todo, de Esperanza en la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo”, expresó el señor Cura de Santa Anita.


Oración y penitencia

Orar y hacer penitencia es algo que le gustaba a San Francisco, no porque le fascinara disciplinarse o sufrir, sino que siempre hacía esto con una finalidad. Todos los sufrimientos y enfermedades que padeció, los ofreció siempre en remisión de los pecados ajenos.

El entrevistado explicó: “Al hacer penitencia, nuestro Padre nos invita, sobre todo, a privarnos de aquello que nos gusta, de aquello que es un poco más difícil dejar, conscientes de que, el renunciar a ello, nos ayudará a adentrarnos un poco más en nosotros mismos y en ese Misterio que estamos viviendo. Y esto, sin olvidar la oración, por lo que es bueno procurar momentos de recogimiento personal e intimidad con Dios, lo cual no necesariamente tiene que ser en un Templo; puede ser en la propia casa, cuando se va manejando o ejerciendo cualquiera otra actividad; lo importante es dedicar siempre un tiempo de nuestros pensamientos y obras a Dios”.


Ejercicios Espirituales
San Francisco de AsísLos Ejercicios Espirituales en esta Comunidad Religiosa tienen, por supuesto, puntos o tintes netamente franciscanos para motivar y aprender de la espiritualidad de esta Vida Consagrada. Los temas giran en torno a la vida, lineamientos y textos franciscanos. Fray José Manuel detalló: “Los temas actuales se tratan de acuerdo al carisma franciscano, preguntándonos qué haríamos o qué estamos haciendo; qué vamos a hacer nosotros como Frailes ante la situación que se está viviendo actualmente. Y todo ello, sin perder de vista precisamente el aporte tan rico que tenemos de parte de San Francisco”.

Entre los escritos que se recomienda leer, reflexionar y meditar, que hablan propiamente de esta preparación a la Pascua, el Religioso comentó que se encuentran: ‘La Carta de San Francisco a todos los fieles’ y ‘La Regla no Bulada de San Francisco’. “Estos son dos textos que nos ayudan a comprender y a darnos cuenta de quiénes somos, qué esperamos o qué debemos esperar de este tiempo fuerte de Cuaresma, para poder estar mejor preparados a la celebración de la Pascua”.

Invitando a todos los lectores a vivir con intensidad la Cuaresma, el Franciscano concluyó: “Siempre Dios nos está dando esa oportunidad de cambio en nuestra vida, y creo que el Tiempo de Cuaresma es propicio para hacer una revisión personal, familiar, o en el caso de los Consagrados, Religiosos o Sacerdotes, para llevar a cabo una revisión comunitaria, y a partir de esa reflexión ver lo que podemos modificar para bien de nosotros, de la gente que está a nuestro alrededor y, sobre todo, para que todo esto sea a Mayor Gloria de Dios”.

Ejercicios Espirituales para los Hermanos Franciscanos Seglares, del 23 al 27 de febrero, a las 5 p.m., en el Santuario de Santa Anita (Calle Colón # 4, Santa Anita, Jal. Tel. 36863331)

Ejercicios Espirituales de Encierro, del 29 al 5 de abril. (Calle Jesús No. 594, en El Valle de la Misericordia, Tlaquepaque, Jal., teléfonos 36-36-44-30 y 36-14-40-83)


Informes en: www.ofmjal.org.mx


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