Principio de la ruina de Los Altos de Jalisco
El gran negocio del trasvase de agua El Zapotillo-León
Ing. Juan Guillermo Márquez Gutiérrez.
La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ordenó al Gobernador de Sonora que destruyera, en un plazo de 10 días hábiles, la presa que había habilitado para su servicio particular, dañando a miles de campesinos que, en un Estado árido, habían sido perjudicados por un acto dictatorial de la Autoridad, que quería aprovecharse de la poca agua en la región. ¡Qué bueno! Así debe actuar la Autoridad.
Pero estos mismos criterios no se piensa aplicarlos en el caso de la Presa El Zapotillo, pese a que contiene muchos elementos delictivos detectados en el Gobierno panista de Sonora. Y es que aquí son de otro Partido, que coincide con el de la Autoridad Federal.
León tiene otras alternativas
Los Altos de Jalisco son cuna de las tradiciones mexicanas más representativas, como la charrería, la producción del tequila y los plantíos de agave. Es la principal región del país productora de alimentos de origen animal; pues uno de cada cinco que se consumen en México, se producen ahí; esto, a pesar de ser una región que está clasificada como semiárida.
La pretensión de llevar agua -o hacer un trasvase- de El Zapotillo -Los Altos- a León, Guanajuato, en caso de realizarse, será, sin duda, causa de los males presentes y futuros en materia de agua de los alteños, y de los jaliscienses en general. Y, ¿cuál es el poderoso motor que mueve la realización de la Presa y el acueducto que planean construir para llevarse y vender el agua del Río Verde a León? Pues nada menos que el negocio de unos 1,300 millones de dólares, promovido por la empresa española Abengoa -que actualmente enfrenta un quebranto financiero-, la cual no desembolsará prácticamente ni un solo centavo, pero tiene garantizada una enorme ganancia.
León posee varias alternativas -en su propio Estado- para mantener el suministro de agua de su población, como lo declaró en una entrevista -Revista Alternativas, No. 36, Mayo 2013- el Director del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de esa ciudad: “Ésa será una buena opción para el corredor industrial de Guanajuato en los próximos 15 años”. No se trata, pues, de negarle el agua a una ‘ciudad sedienta’, ni son Los Altos una región egoísta a la que le sobra el agua y se niega a compartirla.
Al no tratarse de una óptima solución técnica, con sentido social y de abasto de agua para León, Los Altos y Guadalajara, sino de una evidente transacción económica, es muy cuestionable lo que parece ser parte de una estrategia de la empresa española y sus defensores, que buscan la confrontación entre Los Altos y la Zona Metropolitana de Guadalajara, para doblegar a los alteños a aceptar el despojo de su agua.
Decretos actuales, amañados
Ahora bien, está documentado -de manera oficial- un enorme déficit hídrico en condiciones de sustentabilidad en esta región. En Los Altos no hay agua de sobra, y pese a ello, se pretende hacer cumplir los Decretos de Reserva de Aguas Nacionales Superficiales de 1995 y 1997, elaborados con datos estadísticos de 1950 a 1981 -“de aguas no comprometidas en uso alguno”-, sin actualizarlos y sin considerar el sustancial incremento del uso que éstas han tenido, tanto para el uso público urbano como para el pecuario, agrícola, industrial y de servicios, así como la enorme cantidad de volúmenes retenidos en la actualidad por los Estados de Zacatecas y Aguascalientes con la construcción de presas y bordos en los años recientes, dejando de lado que podrían hacerlo “siempre y cuando […] no se afectasen derechos de terceros”.
Tampoco se ha aplicado al Balance Hidrológico del Río Verde el Principio de Precaución por Afectaciones de Cambio Climático, que México está obligado a considerar, ni se ha determinado el caudal ecológico que establece la Norma Oficial Mexicana NMX-AA-159-SCFI-2012. Es evidente, pues, que el panorama de la ‘fotografía´ de recursos hídricos, tomada hace 34 años, ha cambiado de forma considerable ahora, y pese a ello, hay quienes se niegan a aceptar la realidad, quizá porque supera con creces las ‘cuentas alegres’ que hicieron para apuntalar el GRAN NEGOCIO con un recurso vital y de seguridad nacional…
Aquí aplica la declaración vertida por el Ingeniero Juan José Guerra Abud -Titular de la SEMARNAT- el viernes 11 de abril del año pasado: “La contundencia de los hechos te demuestra que en ocasiones tomas una decisión y la tienes que cambiar, porque mantenerte en ésa, sólo generas un mayor perjuicio”. Veremos si esta ‘máxima’ la aplica para rectificar el rumbo en el tema del trasvase, o sólo se aplica para justificar el incumplimiento de los compromisos de los funcionarios públicos.
Indiferencia ante advertencias
Se ha hecho también caso omiso de las recomendaciones del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua para el Estado de Jalisco, entregadas al Gobernador del Estado el 22 de agosto pasado, y en las que, entre otras, “se concluye que no existen las condiciones hidrológicas actuales, ni a futuro, para que se haga un trasvase entre cuencas. De realizarse lo anterior, se generarían impactos sociales, económicos y ambientales negativos irrecuperables”.
Asimismo, hasta el momento, se han ignorado las recomendaciones de corte social que se entregaron el pasado 8 de octubre, en las que se evidencia el conflicto social que está presente y seguirá creciendo en la medida que persistan los oídos sordos al clamor social.
Todavía es momento de tomar las decisiones adecuadas que eviten afectaciones y confrontaciones entre León, Los Altos y la Zona Metropolitana de Guadalajara. De no hacerlo, como están las cosas, y si León lograra llevarse el agua reservada para ellos antes que la Zona Metropolitana de Guadalajara -como todo parece indicar-, se desatará una ‘terrible guerra intestina’.
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