Reunión de Prelados

Obispos del Continente Americano clausuraron el Año de la Fe a los pies de la Virgen de Guadalupe

Del sábado 16 al lunes 18 de noviembre, más de 85 Prelados, entre Cardenales, Arzobispos y Obispos, además de 300 representantes de varios países, y cerca de 600 Sacerdotes, Religiosos y Laicos de todo el Continente Americano, se reunieron en la Basílica del Tepeyac

Sonia Gabriela Ceja Ramírez

El objetivo fue participar en la Peregrinación y Encuentro “Nuestra Señora de Guadalupe, Estrella de la Nueva Evangelización en el Continente Americano”.

El tesoro de la Fe es para transmitirlo
Durante el primer día de trabajos, se transmitió un videomensaje que el Papa Francisco grabó para la ocasión. En esta intervención, el Santo Padre envió un saludo y compartió algunas reflexiones.

Dijo que ante el estado permanente de Misión que propuso Aparecida, toda la actividad habitual de las Iglesias Particulares debe tener un carácter misionero que debe ser el paradigma de toda la acción pastoral.

“La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante; supone un salir de sí, un caminar y sembrar siempre de nuevo. Es vital para la Iglesia no encerrarse, no sentirse ya satisfecha y segura con lo que ha logrado. Si sucediera esto, la Iglesia se enferma de abundancia imaginaria, se empacha y se debilita”.

El Papa Francisco aseguró que “quien conduce la Pastoral en la Iglesia Particular es el Obispo y debe hacerlo como el Pastor que conoce por su nombre a sus ovejas, las guía con cercanía, con ternura, con paciencia, manifestando efectivamente la maternidad de la Iglesia y la Misericordia de Dios”.

Además, señaló que “la tentación del clericalismo, que tanto daño hace a la Iglesia en América Latina, es un obstáculo para que se desarrolle la madurez y la responsabilidad cristiana de una buena parte del laicado”.

Finalmente, el Vicario de Cristo agradeció a los presentes: “Queridos hermanos y hermanas, muchas gracias por lo que hacen por esta Misión Continental. Este tesoro de la Fe no es para uso personal. Es para darlo, para transmitirlo, y así va a crecer. Hagan conocer el nombre de Jesús”, concluyó.

“Cultura y Sociedad: misión y contribución de la Iglesia”
El lunes 18 se realizó el Panel con este título, y en el que participaron tres Cardenales del Continente. Inició las exposiciones el Cardenal Sean O’ Malley, Arzobispo de Boston (EE.UU), quien abordó los temas de la protección a los niños, el matrimonio y la inmigración.

Aseguró que, tras los abusos sexuales cometidos por algunos Sacerdotes contra menores, la Iglesia Católica ha aprendido una lección muy dura. La Iglesia está ahora esforzándose para recuperar la confianza de nuestro pueblo”, dijo.

Otro tema que ocupa a la Iglesia Católica en Estados Unidos es la inmigración. El Arzobispo dijo que, hoy, 50.5 millones de hispanos viven allá, lo que equivale al 16 por ciento de la población total. Añadió que también las vocaciones hispanas son un gran desafío para poder servir a todos los católicos hispanos, y agradeció a los Obispos latinoamericanos que envían Sacerdotes para su atención espiritual.

Mostrar a Cristo Vivo

Por su parte, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, dictó la ponencia “Un desafío que va a la raíz”.

El Cardenal Robles ubicó los probables orígenes de la “falta de sentido” en la irrupción de la globalización, de las nuevas tecnologías, y de la información que se presenta fragmentada e inconexa.

Dijo que un problema de nuestro Continente es que subsiste una cultura surgida de la Fe, sí, pero sin la experiencia de Fe; es decir, que la Fe se transmite como bagaje cultural, como educación moral, como conjunto de valores, pero sin Cristo.

“Hay que mostrar que a Quien seguimos no es sólo un recuerdo melancólico de cierta tradición, sino a una Persona viva que se hace encuentro y es contemporánea a nosotros en todo momento”.

Finalmente, tocó el turno al Cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, Arzobispo de Tegucigalpa, Honduras, quien llamó a difundir el Evangelio con decisión y audacia para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades de las circunstancias contemporáneas.

Dijo que hablar de una sola América es algo que permanece en “un menú de deseos apetecidos, pero todavía no alcanzados”. Planteó que, después de Aparecida y en consonancia con el “fenómeno Francisco”, la Misión de la Iglesia en América Latina debe “promover una cultura de la vida mediante la construcción de una nueva ecología humana; discernir y aprovechar la mística y religiosidad de nuestros pueblos; dar continuidad a un trabajo teológico de mayor valor ecuménico; renovar las Comunidades de Base como alternativa de renovación pastoral; potenciar la opción por los jóvenes para que se arraiguen y crezcan en la Fe; revalorar el Primado de la Gracia y el diálogo permanente con la cultura”.

Consideró que, de ser así, “la gran Misión Continental asegura el papel de la Iglesia como mediadora, servidora, educadora, liberadora y santificadora de la realidad continental de América”.

Grito, gracia y gratitud

Al concluir la Peregrinación-Encuentro, el Cardenal canadiense Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos y Presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, señaló que esta experiencia de Fe podría resumirse en tres palabras:

Grito, ya que el peregrino trae consigo el clamor personal, familiar y social de los enfermos, de los pobres, de los marginados, de los migrantes, de los drogadictos, de las víctimas de la violencia y de los jóvenes que no reciben de su familia la transmisión de la Fe. “En ellos podemos escuchar a Jesús que nos dice: tengo sed”.

Gracia, porque en El Tepeyac María nos lleva a Jesús.

Y Gratitud, que conduce al compromiso de ser discípulos-misioneros en perspectiva continental.

Al término, el Cardenal Ouellet pidió llevar el Mensaje de Guadalupe a los Santuarios de América y crear una red entre ellos, fortaleciendo así la Pastoral de los Santuarios (FUENTES ACIPRENSA, SIAME, CEM).