jueves, 28 de noviembre de 2013

Los dos conceptos de “aldea global” y “globalización”

Una realidad en nuestro Continente


“Aldea Global es un término que busca describir las consecuencias socioculturales de la comunicación inmediata y mundial de todo tipo de información que posibilitan los Medios de Comunicación electrónicos…Sugiere ver y oír permanentemente personas y hechos en el momento y lugar donde ocurren. Percibimos como cotidianos, hechos y personas muy distantes en el espacio e incluso en el tiempo” (Cfr. Marshall McLuhan, ‘The making of typographic man’, 1962)


Casa indígena


La aceleración del devenir histórico de este inicio del Siglo XXI en el acontecer diario de los pueblos de todo el mundo, aunada a la casi simultánea información de hechos y consecuencias, nos obligó, a raíz del florecimiento del ‘término-concepto’ acuñado por el Sociólogo canadiense Herbert Marshall McLuhan, de ‘Aldea Global’, a reflexionar y consignar en Bitácora la realidad socioeconómica y política de nuestra América para plantear ciertas conclusiones que pudieran iluminar nuestra situación. Y ello, desde las diversas Cumbres, Reuniones o Congresos, hasta la realidad diaria, no prosaica, por cierto, sino profunda e interior, de la interacción humana, tanto de los inmensos conglomerados urbanos, como de los pequeños conjuntos ‘aldeanos’ comunitarios, en sus relaciones e interacciones.

Dividimos nuestra cavilación reflexiva, antropológica y sociológica, en dos apartados específicos. 1º Las características más netas de la ‘aldea’ prototipo, por medio de sinónimos cargados de significado peculiar y descriptivo. 2º La aplicación del término-concepto de Aldea Global a su palpitante, desbordada y disímbola realidad en casos concretos de nuestra América. Esta reflexión se puede aplicar en campos esenciales de nuestras naciones, como el demográfico, el sociopolítico, el económico-comercial, el netamente religioso-pastoral, el cultural, en su idiosincrasia propia de cada pueblo; el creativo del arte y el de la realidad comunicacional en todos los aspectos de los mass media, del cual brotó precisamente el término de ‘Aldea Global’.


CARACTERÍSTICAS MÁS NETAS

DEL TÉRMINO ‘ALDEA’ Y SU PROYECCIÓN


Etimológicamente, ‘aldea’ viene del árabe: addeya; deika: igual a campo…O al-daya: finca rústica, pueblo de corto vecindario. Hábotar, en léxico más antropológico, que puede ser disperso o concentrado en cuanto su forma de vida social; con valores positivos y relaciones humanas directas que favorecen la integración social y la inmediata comunicación. Con peso excesivo en la tradición y aun en el conformismo. Geográficamente, podríamos hablar de cortijo, en la España rural…del Quijote. De village, en Francia. De caserío sin existencia propia civil ni jurídica. De ranchería, en muchas partes rurales e indígenas de indoamérica. Todas ellas han sido situaciones de trabajos de campo, field-works, materia específica de tesis antropológicas muy interesantes.

Connotados autores: Sociólogos y Antropólogos como Robert Refield (‘El Mundo Primitivo’), en cuanto a ‘unidad demográfica más pequeña’). Bronislaw Malinowski (‘Las Islas Trobiand’), integración pequeña, pero recia’. Mircea Eliade: ‘organización elemental pero importante, con viviendas, zona de bailes, espacio de enterramiento, choza del Jefe, almacenes tribales’. Todos estos nos han dado luz para descifrar lo que pretendemos expresar sobre ‘Aldea Global’ en nuestra compleja ‘globalización’ mundial socio-política-económica-comunicacional de nuestro Siglo XXI.


EJEMPLIFICACIÓN DE ‘ALDEA-VITAL’

EN REGIONES DE AMÉRICA


Abrimos nuestra visión a los aspectos vertebrales de la Sociología, de la acción social en general, de las tradiciones comprensivas, de los fundamentos normativos, de los papeles sociales y las sanciones, de las instituciones religiosas, ideales y simbólicas; de las funciones sociales, de sus valores como axiología propia, de las desviaciones, de su semántica y lenguajes propios.

Y con ese trasfondo recorremos las ‘aldeas’ de nuestra América, desde los habitantes alasqueños-esquimales, con sus iglúes acogedores, hasta la Patagonia chileno-argentina y sus ‘aldeas de recibimiento’, así como el mundo concéntrico de los pueblos indios de Norteamérica, netamente, Pueblos Indios. Todas las aldeas de nuestro México y Centroamérica; las ‘malocas’ comunitarias amazónicas de Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y, obviamente, de Brasil. Asimismo, las ‘aldeas’ isleñas del mundo caribeño de Cuba, Santa Lucía y San Vicente. Indudable mundo, TODAVÍA, de un universo aldeano, con mucho sabor indiano y aborigen, cada vez más inmerso, para bien y para mal, en esa globalización absorbente y desbocada, de la otra aldea-global-comunicación, a la que todavía no podemos ni descifrar ni aquilatar en sus valores genuinamente humanos.


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