jueves, 7 de noviembre de 2013

La Nueva Evangelización apremia a la Iglesia

La realidad nacional, a la Luz del Evangelio


Cardenal José Francisco Robles Ortega,

Arzobispo de Guadalajara


Amigos, amigas:


Quiero compartir con ustedes un acontecimiento que tiene qué ver con nuestra Iglesia Católica y, sin duda, también con la buena marcha de nuestra Sociedad.

Del 11 al 15 de noviembre próximo celebraremos, todos los Obispos y Arzobispos de México, nuestra Asamblea Ordinaria en Cuautitlán Izcalli, Lago de Guadalupe, Estado de México, lugar donde nos reunimos oficialmente dos veces al año.

En esta ocasión tocaremos un tema muy de nuestra Iglesia: la Nueva Evangelización. Mas no olvidemos que la Evangelización no sólo se refiere a conceptos religiosos, con palabras complicadas o que están fuera de la realidad, sino que se relaciona con el hombre en su más profunda realidad para extraer de él sus mejores valores, sus más altas virtudes, y ponerlas al servicio de la construcción de una Sociedad verdaderamente humana, justa y fraterna.

Todos estamos conscientes de que nuestro país está pasando por momentos muy difíciles en materia de inseguridad y violencia, y de que ya llevamos varios años con este problema, el cual, lejos de disminuir, en algunos Estados de la República la situación se ha tornado verdaderamente candente por la siembra diaria de muerte y desesperación.

Por otra parte, está latente también el tema de las reformas, que ha polarizado a algunos sectores de la Sociedad, y especialmente se marcan los intereses políticos, de manera que en muchos ciudadanos existe inconformidad por tales reformas, e incluso una abierta rebeldía.

Pensemos en la Reforma Educativa, en la Reforma Fiscal, por mencionar sólo dos ejemplos.

Pues bien, estos temas que vive nuestra Patria actualmente y que confrontan la vida de tantos hermanos y hermanas, tienen qué ver con nuestra tarea, que es evangelizar. Por eso, nosotros, los Obispos de México, nos aprontaremos a examinar con mayor profundidad y detalle estas realidades, para hacer que el único Mensaje que tenemos, el Evangelio, las ilumine, las transforme desde el corazón de las personas y pueda ir así alejándose de nuestra Patria todo aquello que no abone al verdadero progreso, la unidad y la oportunidad de desarrollo para todos.

Por tanto, esta próxima Asamblea de los Obispos de México será un foro en el que se haga presente la palpitante realidad de nuestra Nación, pues no debemos olvidar que la Iglesia en México, a través de las Diócesis y de las Parroquias, está presente en todos los rincones del país; incluso, hay algunos Estados donde hay cuatro o hasta cinco Diócesis. De esta forma, la presencia y la acción de la Iglesia están, en buena medida, permanentemente garantizadas en la realidad nacional.

Los invito, pues, a que roguemos a Dios para que este encuentro dé abundantes frutos para bien de la Sociedad y para bien de nuestra Patria.


Entretanto, yo los bendigo en el nombre del Padre,

y del Hijo y del Espíritu Santo.


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