jueves, 7 de noviembre de 2013

Nos persiguen porque persiguieron a Cristo

Lic. Lupita:
Estoy muy preocupada por todos los ataques que se vienen contra la Iglesia y la Familia. Cuando me dieron la noticia de que nuestros Diputados siguieron adelante con las Sociedades de Libre Convivencia, me sentí desfallecer. He leído que en otros países éste ha sido el primer paso para legalizar la unión de dos hombres o dos mujeres y llamarle “matrimonio”. ¿Cómo vamos a educar a nuestros hijos con valores cristianos en un mundo que promueve el aborto y difunde el uso desordenado de la sexualidad? Además, me doy cuenta de que no sólo en la política hay estas tendencias, pues las vemos en las escuelas, en las novelas, con los comentaristas de noticias. Hoy, los cristianos somos tema de burla, y muy especialmente los católicos. ¿Qué estamos haciendo mal?


María del Carmen.


Querida Mary Carmen:

mujer rezando3La Sociedad jalisciense está despertando a un compromiso valiente en defensa de la Familia. Esta oposición está fortaleciéndonos y nos impulsa a prepararnos para dar respuesta eficaz a los ataques que mencionas.

Recibí un comunicado que puntualiza algunos rasgos de esta mal llamada “Ley de libre convivencia” que, podemos decir, blindan su progreso hasta la destrucción del matrimonio. Dicho comunicado nos informa sobre algunos puntos favorables:

1) No se crea un tercer género

2) No se reconoce esta relación de “partes relacionadas” en el Registro Civil y, por lo tanto, no será obligatorio enseñar en las escuelas la ideología de género

3) Esta relación se registrará en una Notaría a través de un contrato simple, lo cual ya puede hacerse incluso sin esta “Ley”

4) No se permite la adopción para ninguna modalidad.

La batalla, entonces, no se ha perdido del todo. Debemos seguir manifestando nuestro deseo a las Autoridades para evitar este tipo de iniciativas que no nos representan en absoluto. Estemos atentos al avance de la ideología de género. Puede ser a través de los comunicados de www.hazteoir.com .

Pero, además, ¡vivamos nuestra Fe! Y propongamos al mundo lo que una Cultura de Familia puede aportar a las Sociedades. Así describía Diogneto, en el Siglo II, a las comunidades cristianas:

“Los cristianos no se distinguen de los demás hombres por el lugar en que viven ni por su lenguaje […] dan muestra de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia Patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho. Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la Tierra, pero su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las Leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas Leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida. Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo. Sufren deshonra, y ello les sirve de gloria; son maldecidos, y bendicen”.

No te preocupes si recibes burlas. “Dichosos ustedes cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa mía los ataquen. Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el Cielo” (Mt.5, 11-12).


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