viernes, 30 de septiembre de 2016

Oración y justicia por Sacerdotes asesinados

México es el país más peligroso para ser Sacerdote

Nota 1
Con el asesinato del Padre Alfredo López Guillén, suman 15 Sacerdotes muertos de manera violenta de 2012 a la fecha.

Con 15 homicidios de Presbíteros en los últimos cuatro años, México es el país más peligroso para ejercer el ministerio sacerdotal en todo el mundo, señaló recientemente el Padre Hugo Valdemar, Vocero de la Arquidiócesis Primada de México.
En un Informe publicado el 21 de septiembre, la Unidad de Investigación del Centro Católico Multimedial (CCM) contabilizó 14 asesinatos de sacerdotes entre 2012 y 2016. Ahora se suma la muerte del Padre José Alfredo López Guillén, cuyo cuerpo fue encontrado la noche del 24 de septiembre, cinco días después de haber sido secuestrado.
En declaraciones a ACI Prensa, el Padre Hugo Valdemar señaló que “ha quedado claro que México es el país donde más en riesgo se encuentran los Ministros de la Iglesia Católica.
“Incluso sorprende, porque todavía más riesgo hay en México que, por ejemplo, en Siria o en esos países donde son perseguidos los cristianos por el Estado Islámico”.
Tan sólo en la última semana, tres Clérigos fueron asesinados en los Estados de Veracruz y Michoacán. Los Sacerdotes Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Juárez de la Cruz fueron secuestrados y luego asesinados en la localidad de Poza Rica, Estado de Veracruz. En Michoacán, el Párroco de Janamuato.
En ambos casos, Autoridades buscaron negar que se trate de homicidios vinculados al crimen organizado.
El Padre Valdemar dijo a ACI Prensa que en estos tres últimos crímenes “los Estados donde han ocurrido, de una manera sumamente irresponsable, han querido negar que sea producto de la delincuencia organizada, y entonces han inventado historias, han calumniado a los Sacerdotes, criminalizando a las víctimas.
“A unos los ponen como borrachos, y al otro como pedófilo, siendo que los resultados de las investigaciones van dando a entender que no es así”, dijo (ACI).

Obispos de México demandan la verdad

Por su parte, la Conferencia del Episcopado Mexicano, CEM, destacó, mediante un Comunicado, la preocupación del Papa ante la desenfrenada violencia que enfrenta México, y señaló que el domingo 24, día en que fue encontrado el cuerpo del Padre José Alfredo, el Santo Padre, tras el rezo del Ángelus, “oró por nuestro pueblo para que cese la violencia, que en estos días golpeó también a algunos Sacerdotes.
“Ante ello, la Conferencia del Episcopado Mexicano se une en oración por su eterno descanso, y se solidariza con la Arquidiócesis de Morelia, su Arzobispo, Su Eminencia Alberto Cardenal Suárez Inda, su Presbiterio, la comunidad parroquial y diocesana.
“Son tres los asesinatos de Sacerdotes en un semana, por lo que desde el primer momento los Obispos de cada lugar han entrado en contacto y han estado colaborando con las Autoridades respectivas; sin embargo, demandamos, con todo respeto y urgencia, a la Autoridad competente, el esclarecimiento sobre la verdad en ambos casos, y la aplicación de la justicia para con los responsables de estos crímenes inexcusables; y con la misma fuerza exigimos, también, que no se manche el nombre de ningún Sacerdote ni de ninguna persona, sobre todo cuando no se tienen concluidas las investigaciones.
“Unámonos fuertemente a la oración del Santo Padre por nuestra Patria, y pidamos la intercesión de Santa María de Guadalupe, Reina de la Paz, para que Nuestro Pueblo, en su Hijo Jesucristo, tenga vida digna”.

Que se haga justicia, pero que se construya la paz

Nota 3

En Rueda de Prensa, el Cardenal Albero Suárez Inda, Arzobispo de Morelia, Arquidiócesis a la que pertenecía el Padre José Alfredo López Guillén, señaló los días de incertidumbre que se vivieron por la desaparición del Párroco de Janamuato, y dijo que las interpretaciones, hasta maliciosas de algunos Medios, hacían más dolorosa la situación; sin embargo, tarde o temprano, la verdad sale a relucir.
Asimismo, reconoció que la Procuraduría michoacana ha actuado con profesionalismo: “Confío en que se dará seguimiento a la investigación.
Hasta ahora, lo que sabemos es que el Padre fue asesinado pocas horas después de que lo secuestraron”.
El Cardenal Suárez Inda agradeció la cercanía del Papa, de los Obispos, e incluso Pastores de otras Iglesias que han manifestado su solidaridad: “Permanece el buen espíritu y se reacciona favorablemente ante la adversidad”.
Señaló que la Fe sostiene a la comunidad cristiana en los momentos difíciles, y añadió que “no hemos de quedarnos en lamentaciones ni dejarnos invadir por la amargura. Pidamos a Nuestro Señor por la conversión de quienes hacen el Mal. Que nos haga capaces a nosotros de perdonar; que nos ayude a perseverar en la construcción de la paz en los hogares y en los pueblos, porque la justicia humana, sin Misericordia, podría llegar a convertirse en crueldad”, concluyó.

Una sentida despedida

Nota 4
Las cenizas del Padre en la Misa celebrada en la Parroquia La Santísima Trinidad, en Janamuato, Michoacán.

El martes 26 de septiembre, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo Auxiliar de Morelia, presidió la Misa Exequial del Padre José Alfredo López Guillén, en la que fuera su Parroquia, La Santísima Trinidad, en la Comunidad de Janamuato, Michoacán.
El Templo Parroquial estaba abarrotado, con cerca de 800 personas.
Concelebraron unos 40 Sacerdotes tanto de la Arquidiócesis de Morelia como de la Diócesis de Irapuato y de otras Iglesias, que se hicieron presentes.
Durante la homilía, Mons. Aguilar dijo que las almas de los justos están en manos de Dios, por lo que aseguró que el Padre Alfredo está en el mejor lugar donde puede estar.
Además, cuestionó sobre quién podrá apartarnos del Amor de Dios: ¿El hambre? ¿La desnudez? ¿La muerte? (refiriendo la Carta a los Romanos), y respondió que absolutamente nada puede apartarnos del Amor de Dios, ni la violencia.
Finalmente, haciendo mención al Evangelio de San Juan, señaló que si el grano de trigo no muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto, y que la muerte del Padre López debe ayudar para que su ministerio fructifique en quienes recibieron algún bien durante su ministerio.
Luego invitó al perdón diciendo que, ante esta desgracia, “hemos de poner la otra mejilla”, pues el Mal no se puede vencer con otro mal, sino con la fuerza del Bien.
En la Misa estuvieron presentes cinco de los hermanos del Padre Alfredo, dos de ellos radicados en México, y tres más provenientes de Estados Unidos, mientras que al menos otros dos no pudieron asistir. Le sobrevive su papá; sin embargo, por cuestiones de salud, no pudo estar presente.
Terminada la Misa en Janamuato, las cenizas fueron llevadas a Panindicuaro, lugar de nacimiento del Padre, donde sería velado en la casa familiar.
Desde horas antes, los fieles le esperaban en la entrada del pueblo con globos blancos y con flores.

Un párroco trabajador

Al final de la Misa, una joven parroquiana, recién casada y con un hijo, le agradeció al Padre Alfredo su servicio. Enfatizó su sonrisa siempre sincera, su mirada franca y directa a los ojos de los demás; su prudencia, su firmeza al conducir a la comunidad, pues en poco tiempo puso todo en su lugar. Reconoció que era enérgico, pero siempre con una razón, y añadió que siempre él mismo se exigía para cumplir con sus deberes.

Desde el corazón sacerdotal

En plática personal, un Sacerdote amigo del Padre José Alfredo explica que lo conoció hace 22 años, en el Seminario: “Entonces se manifestaba como un joven bondadoso y muy dedicado a los estudios. Siempre muy prudente y callado. En el trato con los compañeros era pícaro y muy sonriente; dedicado a la Pastoral”.
Si bien el tiempo y la distancia separaron a ambos Sacerdotes, pertenecientes a distintas Diócesis, la amistad perduró.
“Supe que en los primeros años de su ministerio tuvo que luchar contra un cáncer que, gracias a Dios, pudo vencer, por lo que últimamente cuidaba especialmente su salud y vigilaba mucho su alimentación; nunca se le vio tomar una copa de vino”.
En este último año, la vida acercó de nuevo a los dos Presbíteros y el entrevistado invitó al Padre Alfredo a una Peregrinación a Tierra Santa y Roma, que se llevó a cabo del 1° al 16 de septiembre, y el entrevistado refiere que “la experiencia fue como regresar a la vida del Seminario. Creo que Dios nos permitió regresar a esa experiencia -como de seno materno-, donde Dios nos formó para ser Sacerdotes, para poder enfrentar esta nueva situación.
“Durante el viaje, el Padre Alfredo se comportó siempre alegre, dispuesto, generoso, abierto a los demás peregrinos. Tuvo la oportunidad de renovar sus promesas sacerdotales el domingo 11 de septiembre en la Capilla franciscana que está junto al Cenáculo, donde Jesús celebró la Última Cena y donde la Iglesia Primitiva recibió al Espíritu Santo.
“El miércoles 14 participó en la Audiencia del Papa Francisco. El jueves 15 pudo cruzar la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro junto con los demás peregrinos.
“Me parece que Dios lo preparó fuertemente para esta situación que habría de enfrentar, y quiso también unirnos a él en estos últimos días para fortalecerlo y ayudarnos a nosotros a entender un poco más. Es doloroso, pero al mismo tiempo reconfortante, haber vivido estos días, juntos. Yo pienso que está en el Cielo.
“Regresamos el viernes 16, y todavía el sábado me envió un mensaje para avisarme que había llegado a su Parroquia y que había encontrado todo bien, gracias a Dios”.

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