jueves, 8 de septiembre de 2016

Con la mirada en nuestro Manual

Adoradores OMV

Vicaría de Pastoral.

Hemos empezado a repasar nuestro Proceso Diocesano basados en el Documento de Iluminación presentado por el Pbro. Dr. José Marcos Castellón Pérez, Capellán de San Sebastián de Analco y Catedrático del Seminario Mayor; material dado a conocer en el Consejo Presbiteral y en la Reunión Conjunta del 17 de agosto.
“Nuestra Iglesia de Guadalajara cuenta con un heroico pasado, con un presente muy desafiante y un futuro lleno de alegre esperanza. La “procesualidad” de la Misión nos ayuda a vivir en permanente conversión pastoral, conforme a los criterios evangélicos que el Papa Francisco ha señalado en la EG (Evangelii gaudium), y que nos permiten echar la semilla con serenidad; sin prisas, pero sin pausas, sin arrebatos ni estampidas, ni con el ansioso inmediatismo de un desenfrenado activismo; más bien, nos ayuda a tener una actitud confiada en que el tiempo presente es kairos, porque “El tiempo es superior al espacio” (222); “La unidad prevalece sobre el conflicto” (226); “La realidad es más importante que la idea” (231); “El todo es superior a la parte” (234).

1. La Asamblea Diocesana de Pastoral, instrumento eficaz del Proceso Pastoral
Podemos utilizar la imagen del camino para hablar de Proceso Pastoral: el Proceso es el camino; el Reino es el horizonte que guía el camino y que, aunque no se ha alcanzado, se tiene en la mira y se adelanta en cada etapa y en cada paso. Las etapas son los períodos que se van estableciendo conforme a la realidad histórica, y los pasos son las diversas actividades cardinales que se realizan y que generan un movimiento de toda la Iglesia Diocesana.
Nuestra Asamblea de Pastoral es un paso muy importante en el Proceso porque va configurando esta etapa, en este caso del episcopado de nuestro Pastor, el Sr. Cardenal José Francisco Robles Ortega, y nos va dando la dirección de nuestro caminar aquí y ahora, guiados, sin duda alguna, por el Espíritu del Señor. Por otra parte, es una elocuente expresión del modo de ser Iglesia, Misterio de Comunión y participación, donde se evitan las tentaciones de las sociedades mundanas: el democraticismo y el autoritarismo. “El nombre de la Iglesia es Sínodo”, decía San Juan Crisóstomo.

Labor transversal y de ida y retorno
Ninguno de nosotros, si está en la jugada del Proceso Pastoral, puede sentirse ajeno a la Asamblea Diocesana, pues su participación, aunque no presencial, se realiza a través de los diversos representantes de todas las instancias eclesiales, en cuyas Asambleas ya se ha participado de forma activa. La Asamblea Diocesana de Pastoral comienza en la Asamblea Parroquial (o de las instancias básicas: Comisiones y Secciones Diocesanas, Vida Consagrada, etcétera) y llega a su clímax en el momento diocesano, pasando por las de las instancias intermedias del Decanato y de la Vicaría.
A su vez, regresa a la Parroquia para hacer que se convierta en un ejercicio participativo de ida y vuelta, como en una espiral in crescendo. Por ello, se trata de un paso al que se llega por el impulso de lo que se ha hecho y que, a su vez, impulsa y orienta lo que está por realizarse, sin perder de vista el camino ni mucho menos el horizonte del Reino.
Se ha procurado, por esta razón fundamental del ser de la Asamblea Diocesana de Pastoral, el mantenerse fieles a los aportes que se reciben de las Asambleas de Vicarías y de Comisiones, así como de la Vida Consagrada y del Seminario, pero con la posibilidad de dialogar para tener mayor claridad en el discernimiento y en la toma de decisiones que, en forma de Consejo, se presenta a la autoridad pastoral del Obispo, para que él determine, después de escuchar al Pueblo de Dios, si se asume o no y el cómo se asume.

Paso a paso, pese a resistencias
Para quienes hemos participado en las Asambleas, hemos de agradecer al Buen Dios que se respira un ambiente fraterno y eclesial y que se ha llegado a recoger muchos frutos. Sin embargo, en la Tercera Asamblea, como lo veremos más adelante, se lanzaba la pregunta sobre el porqué todavía no llega a impactar positivamente en la conciencia de muchos de los Agentes de Pastoral, incluso llegando a cuestionar seriamente la actitud de muchos Presbíteros que, al menos en la sensibilidad de los Laicos, son los que más se oponen o son rémoras al Proceso Pastoral.
…Esta parte del mensaje del Padre Castellón nos lleva a considerar la voluntad del Arzobispo, de integrarnos al Proceso Diocesano y asumir el VI Plan, de llevarlo a la práctica. Por tanto, este escrito bien puede ser para todos una herramienta pastoral; un medio para ubicarnos en este Proceso, y será bueno tenerlo a la mano también en este Medio, no ya como material periodístico, sino también como valioso subsidio pastoral.

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