Sin interrupciones molestas
Pbro. Modesto Lule Zavala
Misioneros Servidores de la Palabra
Cuando me ha tocado estar en la mesa de la casa donde vivo o en la mesa de un lugar público para consumir alimentos, trato de no estar revisando mi teléfono celular, a menos que espere un mensaje o una llamada muy, pero muy importante. Considero que lo más educado y valioso es prestar toda la atención a la persona de carne y hueso que está frente a mí en esos momentos.
Independientemente de si platicamos o no, su cercanía y el compartir el alimento es algo “sagrado”. Este significado se lo quitamos cuando nos dedicamos a estar revisando el celular, a escuchar música o a jugar video-games, como si no me importara absolutamente nada ni nadie de los que me rodean.
Y es que sentarnos a la mesa es compartir no sólo los alimentos, sino la vida. En torno a la mesa conversamos, nos reímos, lloramos… celebramos la vida. Por eso no apruebo a las personas que hacen uso de sus dispositivos móviles cuando comparten la mesa y la comida.
Parte del nuevo protocolo en la mesa debería ser: durante el desayuno, comida o cena de negocios, de trabajo o de placer, el teléfono o dispositivo móvil no se coloca sobre la mesa, ni mucho menos se revisa mientras se come. Para evitar interrupciones, se pone en silencio, y si es urgente atender, el interesado se levanta de la mesa.
No sé si un día llegue a convertirse en realidad; pero, al menos, yo sí lo hago y espero que muchos lo estén ya poniendo en práctica.
teologomsp@gmail.com Twitter: @ModestoLule Facebook: ModestoLuleZ
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