Licenciada Lupita:
Mi esposo y yo estamos preocupados porque vemos a los niños perdiendo el tiempo frente a la TV. En este período de vacaciones, que nos parece demasiado largo, los niños se descontrolan y los padres de familia no sabemos qué hacer. Muchos de nosotros trabajamos, y los pequeños se quedan solos en casa con estas “niñeras electrónicas” que son los Medios de Comunicación, los aparatos que traen juegos violentos o los programas que nada bueno dejan. ¿Puedes sugerirnos algunas alternativas para las vacaciones a los que no podemos salir a disfrutarlas?
Ana Laura.
Muy estimada Ana:
En verdad me alegra que te interese ocupar ese don precioso que es el tiempo, de manera constructiva. Aunque no es fácil, voy a hacer cinco sugerencias de actividades que pueden dar color a estos días veraniegos, al mismo tiempo que subrayamos, como padres, lo que en verdad es importante: la formación del corazón de nuestros hijos. “¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo, si pierde su alma?” (Mc. 8, 36).
Aquellos padres que tienen la posibilidad de quedarse en casa y compartir su tiempo de Verano con los hijos, organícense para invitar a otros niños, cuyos padres trabajan, y lleven a cabo conjuntamente las siguientes actividades que podrán nutrir poderosamente su espíritu:
Ofrezcan un Curso de Verano en familia. Preparen con sus hijos una serie de actividades a las que puedan invitar a primos, vecinos y/o amigos. Para diseñar estas actividades acudan a una Librería católica y acérquense a la Sección Infantil y Juvenil. Existen decenas de opciones en juegos, libros, videos y audios súper entretenidos alrededor de temas de formación católica.
La aventura empezará en la Librería y continuará en una Papelería. Ahí obtendrán papel, tijeras, crayones y todo lo necesario para realizar actividades manuales divertidas. Si no quieren o no pueden gastar, utilicen las cosas que hay en casa; sólo basa juntarlas a las de otros amigos para obtener suficiente material para el plan de labores de Verano.
•Jueguen Maratón Bíblico en familia o elijan entre las opciones de juegos de mesa católicos que ya hay en el mercado.
•Vean una y otra vez DVD’s con Historias de Santos en caricaturas. Después de verlas, jueguen un rally que contenga preguntas sobre lo que acaban de ver. Un rally consiste en colocar preguntas en diferentes lugares físicos a los que llamamos “bases”. Cada base tiene una pregunta, una actividad y un reto a vencer. Van por equipos y se acumulan puntos. Se trata de correr de una base a otra y llegar primero con todas las actividades realizadas.
•Dibujen y exhiban en grandes cartulinas imágenes alusivas a los Siete Sacramentos o a los Diez Mandamientos. Otro día puede dedicarse a las Obras de Misericordia corporales; otro, a las espirituales; uno más, a los Dones y Frutos del Espíritu Santo, etc.
•Con lunch en mano, visiten el Museo de Arte Sacro, que se encuentra a espaldas de la Catedral. Interésense por conocer la Historia de los Mártires Mexicanos, y en particular la de José Sánchez del Río, Niño Mártir de Cristo Rey.
•Realicen una actividad económica para dar una limosna especial a la Iglesia, que podría destinarse a la construcción del Santuario de los Mártires o al sostenimiento de los Canales de Radio y TV católicos. Una sugerencia sería el hacer galletas o pastelillos y salir a venderlos con este fin apostólico.
Aprovechen este tiempo para regresar a las buenas costumbres: rezar juntos, ordenar ciertas áreas del hogar que se han descuidado (closets, bodegas, despensa, etc.); realicen actividades creativas con la conciencia de que les corresponde primordialmente, como padres, evangelizar a sus propios hijos; lean la Biblia y coméntela; estudien el Catecismo, etcétera.
Los cristianos vamos contra corriente; ahí donde muchos se quejan porque no saben qué hacer con los niños, nosotros debemos dar ejemplo, organizándonos y proponiendo acciones que transformen vidas en el amor.
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