Canto Gregoriano
Eduardo Francisco Pérez Pelayo, 1° de Teología
El martes 5 de junio celebramos con entusiasmo, en la Capilla del Seminario Diocesano Mayor de Señor San José, el Acto Académico de fin de Curso del Diplomado en Canto Gregoriano, que la Universidad Autónoma de Guadalajara impartió durante dos años a un grupo de 14 compañeros seminaristas. Gracias a la perseverancia de estos jóvenes, a los esfuerzos de esta institución educativa, así como a la dedicación y atinada enseñanza del Profesor José María López Ventura, pudieron recogerse los frutos que, sin duda, serán de beneficio para nuestra Iglesia.
Un canto bello y sublime
Optar por lo propio requiere esfuerzo y dedicación; por eso, la Iglesia procura educar y ejecutar con empeño y brillo todo ministerio que sirva para la glorificación de Dios y la santificación de los fieles. Esto puede aplicarse al Canto Gregoriano, que goza de profunda estima en la vida de la Iglesia, pues expresa con delicadeza la oración, fomenta la participación activa en los fieles y da una mayor solemnidad a los ritos sagrados.
De ahí la importancia para nosotros, en el Seminario, de cultivarnos en esta Música Sagrada, pues al tratarse de la Celebración de algo tan sublime como lo es la Eucaristía, no podemos conformarnos con ofrecer a Dios y a los fieles un canto carente de identidad, belleza y espiritualidad, sino que nuestro canto debe de ser cada vez más solemne, devoto y santo, cuanto más esté unido a la acción litúrgica (Cf. Sacrosanctum Concilium, 112).
Por eso, el estudio del Canto Gregoriano en el Seminario de Guadalajara es de importancia, pues es éste el canto propio del Rito Romano, y al conocerlo y estudiarlo, respondemos al llamado urgente del Concilio Vaticano II acerca de la formación musical de los futuros Sacerdotes (Cf. Sacrosanctum Concilium, 115). Se insiste, pues, como parte de nuestra formación, fomentar un profundo conocimiento técnico, estético y espiritual de esta notación musical, la cual suscita verdaderos frutos de Fe y admiración por el Misterio de Cristo en la Eucaristía, al que celebramos y embellecemos con este canto. Y tal sensibilidad, ante sinigual Misterio Eucarístico, es la que nos permite poner al servicio de la comunidad este don de Dios recibido.
«Este canto nos enseña que para llegar a Dios, no hay como guardar silencio, abajar el orgullo y contemplarlo a Él»
Sus peculiaridades
Las características principales del Canto Gregoriano son tres: debe ser a una voz, a capella, (o sea, sin acompañamiento de instrumentos musicales) y en latín. Precisamente esto le hace aparecer como pobre, sencillo o anticuado, pero son estas singularidades las que nos permiten, como Iglesia, adorar mejor a Dios y acercarnos y acercar a los fieles a Él. La humildad del Canto Gregoriano nos enseña que, para llegar a Dios, no hay como guardar silencio, abajar el orgullo y contemplarlo sólo a Él. La lengua latina nos da identidad de cristianos y nos deja perpetuar en el tiempo el Misterio de Cristo, Muerto y Resucitado. El canto, unido a las palabras de la Sagrada Escritura o de algún texto litúrgico, nos permite elevar a Dios una oración más clara y perfecta. No se dude, pues, de que el Canto Gregoriano es el mejor medio y el más eficaz de alabanza, santificación y evangelización por lo que atañe al acompañamiento de Oficios, Misas y otros Ritos..
Ojalá que hoy y siempre, Cristo, «el más bello de todos los hombres, en cuyos labios se derrama la Gracia», unja de belleza nuestro canto. Y si ahora presentamos nuestros frutos al Señor, es porque de Él hemos recibido este gracioso don.
Una calurosa felicitación a los alumnos del Seminario Mayor que terminaron este Diplomado.
Visite nuestra Página en Internet donde podrá encontrar también información acerca de un Disco de Cantos Gregorianos, grabado, años atrás, justamente por la Escolanía del Seminario Mayor.
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