Paciencia y esperanzas
Históricamente, el Lago de Chapala ha tenido ciclos de abundancia y de escasez. Así lo muestran los registros numéricos de sus niveles de almacenamiento, según el Director de la Comisión Estatal del Agua (CEA), Felipe Tito Lugo Arias, quien afirmó que hay señales de que se revierta un ciclo negativo, merced al actual comportamiento de la temporada de lluvias.
Esta noticia trae consigo un escenario optimista por sus repercusiones en la disponibilidad de agua para su uso urbano y agroindustrial, además de que un lago con mucha agua representa atractivo especial para el turismo.
Cifras y su interpretación
En base a los datos constatados, los ciclos negativos se han mostrado en décadas en que los niveles de captación se han reducido significativamente, como han sido los decenios en los años 40, 50, 70 y 80 del siglo pasado, y en la segunda década del presente siglo.
A la fecha, confió, se vislumbra un repunte, aunque no puede hablarse de que esa recuperación esperable fuera como la que sobrevino luego de la baja de la década de los años 50, cuando tras un severo período de crisis, la laguna recuperó cinco metros.
Sin embargo, expuso que hay razonables elementos que permiten aguardar que el próximo repunte de Chapala sea significativo, a diferencia de la modesta recuperación del temporal de 2012, cuando solamente el ascenso supuso 47 centímetros.
El funcionario estatal puntualizó que la media histórica de recuperación del embalse supone rebasar 1.40 metros en cada período de lluvias, lo que se espera ocurra en este año, para que compense en su almacenamiento las pérdidas que resiente por efectos de la evaporación y la extracción de su agua para fines de uso urbano y agrícola.
Convenios, entre desacuerdos
Perito en políticas hidráulicas, Lugo Arias puso de manifiesto que si se considera que el Lago de Chapala forma parte de la Cuenca del Río Lerma, en la que hay varias Entidades Federativas: el Estado de México, Querétaro, Guanajuato, Michoacán y Jalisco, los almacenamientos de la laguna más grande del país están sujetos a los Acuerdos de distribución que se han convenido en 1991 y posteriormente en 2004.
Insistió en que debe atenderse a tales Acuerdos para no caer en señalamientos indebidos, en el sentido de que en los Estados de “aguas arriba” se retienen los volúmenes más importantes de líquido del Lerma, si bien advirtió que esto así ocurrió hasta 1991.
Detalló que la distribución de los volúmenes se realiza en la primera quincena de noviembre, luego de calcular los almacenamientos que se conservan tras tomar en cuenta el agua que se gasta en los fenómenos de evaporación, filtración y escurrimiento.
Recordó que en el decenio de 1991 a 2001, un vacío en el Convenio no consideraba el reparto de los volúmenes de las presas, lo que dio origen a negocianes y presiones de tipo social y político, que a la postre trajeron las decisiones de los trasvases para Chapala.
Después se planteó otro enfoque en el Convenio con la mira de “ganar-ganar” para todos los actores de la Cuenca, dado que este esquema le aseguraba a Chapala un volumen mínimo de dos mil millones de metros cúbicos, mientras que a los usuarios del riego se les aseguraba al menos 50 por ciento de sus dotaciones de agua. (Un metro cúbico equivale a mil litros).
Subrayó que, de no haber sido por los trasvases, Chapala hubiera tenido, a principios de este siglo, el menor almacenamiento en los últimos 113 años. En 1955, llegó a contener menos del millón de metros cúbicos (cota 90.80), y que en el bienio 2001-2002 los trasvases evitaron que el embalse dispusiera de escasos 700 millones de metros cúbicos.
El concepto de cota
Cuando las Autoridades informan del nivel de almacenamiento de Chapala se menciona el indicador de la Cota. Este concepto implica tener como referencia el Puente del Ferrocarril cercano a Cuitzeo, Municipio de Ocotlán.
A ese punto se le adjudicó arbitrariamente la cota 100 y supone una altura de 1,526.80 metros sobre el nivel del mar, por parte del Ingeniero Luis Ballesteros, en 1910.
En 1981, la Cota se fijó en 1,526, por lo que la capacidad máxima quedó establecida en 97.80.
A finales del porfiriato, el lago aumentó su capacidad de almacenamiento, de 5,800 millones de metros cúbicos a casi 8,000 millones, debido a la construcción del bordo de Jamay, Jal., a la población de La Palma, Mich.
Al término de la primera semana de julio, Chapala registró un volumen de 2,896 millones de metros cúbicos (36 por ciento de su capacidad total). En el mismo lapso, su recuperación ha sido de 10 centímetros.
Fuentes: Comisión Nacional del Agua y Comisión Estatal del Agua.
Otros afluentes
Tres Ríos más, aunque con caudales muy inferiores al Lerma, tributan también al llamado Mar Chapálico: el Zula, cerca de Ocotlán; el Duero, que proviene de Michoacán, y el Río La Pasión, a orillas de Tizapán el Alto, y que baja de la Sierra del Tigre.
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