Mtro. Jorge Enrique Rocha Quintero
En las democracias modernas más sólidas y en las investigaciones más novedosas de la Ciencia Política, la llamada gobernanza se va abriendo camino. Este concepto, relativamente nuevo, puede definirse como el logro de grandes acuerdos de largo plazo, mediante los cuales los Gobiernos, la Sociedad Civil organizada y grupos empresariales construyen proyectos o pactan políticas públicas que inciden directamente en la resolución de problemas sustantivos de una comunidad.
Condiciones para la gobernanza
Para llegar a este tipo de experiencias, son necesarias varias premisas: la primera es que los actores sociales implicados requieren atender a un interés general, superior, colectivo y de largo plazo, pues la imposición de criterios o proyectos de un solo actor o la ausencia de un actor importante, nos conduce forzosamente al fracaso de la gobernanza.
La segunda es que la información respecto del proyecto o la política pública sea accesible, clara, disponible y comprensible para todos los actores implicados en el proceso, ya que el ocultamiento de información clave desde esta perspectiva, siempre será nocivo para el logro de grandes acuerdos.
La tercera es que exista un espacio definido y con reglas claras para el proceso de toma de decisiones, en el que puedan intervenir todos los actores sociales implicados en el proyecto o política pública, puesto que, de no ser así, no puede hablarse de gobernanza. En todo caso, de consulta ciudadana. Y la cuarta condición es que todos los actores sociales implicados tienen algún tipo de responsabilidades en el proyecto o política pública, sabiendo que el Gobierno tendrá un papel preponderante en la ejecución de los mismos.
Los intentos de gobernanza en Jalisco
En el Estado de Jalisco hemos tenido varias experiencias que intentaron ser espacios de gobernanza, como la Gran Alianza por Jalisco y el Consejo Económico y Social del Estado de Jalisco (CESJAL), que se impulsaron en el Gobierno de Emilio González Márquez, y en la actual Administración se crearon el Observatorio Ciudadano del Transporte Público y el Observatorio del Agua, con la intención de vigilar y dictar políticas en estos dos grandes asuntos.
Cada uno de ellos ha tenido diferentes formatos y fórmulas; pero, desde mi particular punto de vista, ninguno de ellos cumple cabalmente con un ejercicio sólido y sostenido de gobernanza desde los parámetros que expuse anteriormente. El punto que ha resultado más crítico ha sido la poca posibilidad de decidir colectivamente sobre los proyectos o las políticas públicas que se pretenden concretar, y la reticente cooperación de los Gobiernos para llevar a cabo los acuerdos.
Las nuevas oportunidades de la gobernanza
Siempre hay opciones para avanzar en la gobernanza local, y por lo menos hay dos proyectos muy concretos. Hacer un ejercicio de esta naturaleza, sería sumamente oportuno. El primero es la construcción del nuevo Mercado Corona, y el segundo es la implementación de la Línea Tres del Tren Ligero. El primer proyecto surgió después de una desgracia que perjudicó en primer lugar a los locatarios del mercado; pero, además, a las personas que realizaban sus compras en ese sitio. Y, por supuesto, afectó la dinámica sociocultural de esa parte del Centro de la Ciudad.
La segunda iniciativa tiene como origen una vieja demanda ciudadana de generar proyectos estratégicos para resolver el grave problema de movilidad que aqueja a la Zona Metropolitana de Guadalajara. En ambos proyectos existe un consenso social básico de que son obras necesarias y pertinentes; sin embargo, este acuerdo mínimo no es suficiente para considerarlos como experiencias de gobernanza.
Para lograr un ejercicio sólido al respecto, requeriríamos que se cumplieran los aspectos antes mencionados: necesidad de acuerdos colectivos entre todos los actores sociales implicados; transparencia en la información; espacios de decisión ciertos y claros, y la asignación de responsabilidades colectivas. Al menos en lo que va de ambos proyectos, estos lineamientos no están presentes y, por lo tanto, las críticas vertidas hacia sendos asuntos no se han dejado esperar. En cuanto al Mercado Corona, la principal crítica es que el proyecto elegido, más que un mercado, parece una plaza comercial como tantas que ya existen en la ciudad. Y referente a la Línea Tres del Tren Ligero, hay ausencia de información y un fuerte desacuerdo relativo al tramo que iría elevado en dicha Línea.
Aún estamos a tiempo de generar, en ese par de casos, una experiencia de gobernanza, que no sólo abonaría a resolver los problemas de mejor forma, sino que empezaría a sentar las bases de una democracia diferente y más sólida, como la que necesitamos.
Correo electrónico:
jerqmex@hotmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario