Con valiosas y significativas piezas
Bendicen y reinauguran Museo Diocesano de Beatos
y Santos Mexicanos
Yara Martínez González y
José de Jesús Parada Tovar
Tras ocho años de haber abierto sus puertas, el 11 de abril de 2006, el Museo Diocesano de Beatos y Santos Mexicanos experimentó una transformación y fue reinaugurado y bendecido por el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega.
Ubicado sobre la Calle Angulo en el número 276, en el Centro de la Ciudad, este recinto muestra alrededor de 215 piezas, entre las que destacan reliquias de San Cristóbal Magallanes Jara; de los Beatos Anacleto González Flores, Jorge y Ramón Vargas González, Ezequiel y Salvador Huerta Gutiérrez, Luis Padilla Gómez, Miguel Gómez Loza y Luis Magaña Servín, entre otros. El proceso de recolección de éstas duró tres años. Podrán apreciarse, de martes a domingo, de las 10 a las 17 horas. La entrada es gratuita.
Preferencia a los de Jalisco
Los trabajos de remozamiento se iniciaron en el mes de marzo, y a decir de María Guadalupe Alatorre Huerta, encargada de esta remodelación, se realizaron en el marco de los Festejos por el 150º Aniversario de la Arquidiócesis de Guadalajara, dentro del Año Jubilar.
Además, detalló, la Colección que aquí se exhibe debe concebirse como complementaria de la que existe en el Museo de los Mártires instalado en la Parroquia del Dulce Nombre de Jesús.
“Tal y como se puede visitar desde hace ocho años, el recinto, aun cuando está dedicado a San Cristóbal Magallanes, a sus 24 Compañeros Mártires y a otros Beatos, concentra sólo piezas de los Mártires que son originarios de la Arquidiócesis de Guadalajara”. Esto obedece a obvias razones, principalmente por la facilidad de conseguir los objetos en cuestión.
Durante este proceso de remodelación, el museo no cerró sus puertas a los cerca de 50 visitantes que recibe al día, sino que se efectuó sala por sala y consistió en el cambio de pintura, la compra de vitrinas nuevas y el aseo de las ropas para que se conserven en buen estado.
Hondo significado
El Cardenal Francisco Robles Ortega destacó que el bendecir este lugar es reconocer que tenemos entre nosotros a Dios en el testimonio de los Mártires que entregaron su vida y derramaron su sangre por Cristo: “No olvidemos que estamos en un tiempo que exige de nosotros los creyentes un compromiso de transmitir la Fe, pero antes hay que profesarla. Los Mártires no sólo profesaban la Fe en Jesucristo; la confesaban derramando su sangre, y con su vida se hicieron confesión de Fe”.
De igual manera, explicó que la Bendición tiene un sentido de ida y vuelta, pues primero se implora a Dios su ayuda de lo Alto, y Él hace descender sus Gracias y favores. Por su parte, el señor Cura José de Jesús Gálvez Amezcua, Párroco de San Miguel Arcángel, de Tlaquepaque, y Curador de este Museo Diocesano, resaltó que, en lo general y en lo individual, los Beatos y Santos Mexicanos son un claro y valioso ejemplo de vida cristiana, pues entre ellos existen acabados modelos para la niñez, la juventud, la Vida Consagrada, el Presbiterio, la Familia, los Profesionistas y la acción de los Laicos.
Recordó las vibrantes ceremonias de Beatificación y Canonización de estos Mártires y Confesores, ocurridas todas durante el pontificado del Papa Juan Pablo II, hoy también Santo.
Adelantó que este Museo busca impulsar la Nueva Evangelización y no ser sólo un lugar de cosas viejas u objetos valiosos de arte, sino que desde la entrada se sienta el testimonio de los Santos que vivieron y murieron por Jesucristo.
A su vez, Monseñor Ramiro Valdés Sánchez, Párroco del Sagrario Metropolitano y quien fuera el Postulador de las Causas de Canonización de los Mártires de esta Arquidiócesis, hizo una ilustrada remembranza del Laico arandense Luis Magaña, de gran valentía y entereza a la hora del martirio y de una vida intachable al servicio de la Iglesia y como hijo, hermano, esposo y padre.
Previamente a la Bendición y corte del listón, el señor Cura José Guadalupe Dueñas Gómez, Párroco del Santuario de Guadalupe, leyó un pasaje del Antiguo Testamento relativo a los Hermanos Macabeos, Mártires.
También concurrieron a este Acto (que fue amenizado, al teclado, por el Maestro Rigoberto Gutiérrez Medina), el señor Cura Maurilio Martínez Tamayo, Párroco de San Xavier de las Colinas, y el Padre Julio César Peña Hernández, Vicario Parroquial de San Miguel Arcángel, quien tuvo a su cargo la invocación de una Letanía Especial a estos Santos y Beatos Mexicanos. Asimismo, estuvieron presentes varias Religiosas y un grupo de fieles; entre ellos, algunos parientes de los ya glorificados.
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