Beato Bartolomé Días-Laurel

Daniel León Cueva

No abundan precisamente los elementos biográficos acerca de este Religioso mexicano de la Orden de Frailes Menores, Mártir en Japón. Algunos datos ubican su natalicio en un barrio humilde de la Ciudad y Puerto de Acapulco casi a finales del Siglo XVI, y proveniente de una familia de ascendencia indígena.

Desde muy joven sintió el llamado de Dios y tomó el hábito en el Convento Franciscano de la Ciudad de México, aunque solamente como Hermano Lego, pues en aquel tiempo, por su origen autóctono, no podía aspirar a ser Sacerdote. De todos modos, se desempeñó como Catequista y Enfermero muy eficiente y solicitado, dados sus conocimientos y dones en la aplicación de la Medicina Natural. También probó su vocación por varios años en el Convento de Valladolid (Morelia), de la propia Orden Seráfica de San Francisco.

Ya desde los primeros años de la Centuria de 1600, la Iglesia, y en particular las Órdenes Religiosas Misioneras, solicitaban con insistencia la reposición de Evangelizadores en pueblos paganos, particularmente de Asia, sobre todo porque arreciaban las persecuciones, encarcelamientos, destierros y hasta el martirio de Clérigos, Frailes y Laicos que sostenían Centros de Doctrina y predicaban la Buena Nueva en hostiles y recónditos lugares.

De hecho, apenas en 1597, había sido crucificado en Nagasaki el joven criollo mexicano Felipe de Jesús de las Casas Martínez, Franciscano, quien sería canonizado como el Primer Santo de nuestra Nación.

El Hermano Bartolomé fue enviado por sus Superiores primeramente a las Islas Filipinas, y de ahí pasó a tierras niponas, catequizando, curando enfermos y dando testimonio de una Vida Consagrada sin tacha, que le granjearon muchas conversiones. Esto llegó a oídos de las Autoridades que, con lujo de crueldad y sadismo, lo sentenciaron a muerte junto con otros 14 cristianos. Así, el 16 de Agosto de 1627, en Omura, fue quemado vivo y a fuego lento.

Lo beatificó en 1867 el Papa Pío IX (de señalada predilección hacia México). A su vez, el Papa León XIII determinó el 18 de Agosto como la Fiesta del Beato Bartolomé Días-Laurel, sólo para nuestro país, concediéndole también Misa y Oficio propios.