jueves, 28 de agosto de 2014

Cómo ha de proclamarse el Mensaje

Nuevos tiempos para evangelizar


Monseñor Octavio Ruiz Arenas, Obispo colombiano y Secretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, del que es miembro, por cierto, nuestro Arzobispo, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, concedió esta entrevista al Padre Guillermo Chávez Aguayo


Ahí viene la Virgen


Hablar de la NuevaEvangelización, desde la perspectiva del Papa Francisco, nos involucra a todos, y hoy nos urge a involucrarnos en esta tarea; incluso su Exhortación, “La Alegría del Evangelio” también nos lo propone. ¿Cómo mira usted la aceptación de este Mensaje, y cómo contempla la Iglesia la forma en que la jerarquía y los fieles se involucran y trabajan en esta urgencia?


Desde que el Papa Juan Pablo II comenzó a hablar de una Nueva Evangelización, se ha comenzado a dar una serie de pasos muy importantes, creando procesos de Evangelización que van por etapas y que comienzan a buscar el modo de responder a los grandes desafíos que se presentan hoy a la Iglesia. También se ha buscado encontrar la forma de salir adelante frente a un mundo totalmente secularizado, frente a la indiferencia; pero, particularmente, el Papa Francisco nos ha invitado a que no nos quedemos únicamente mirando esos aspectos que son, llamémoslos así, externos, y que podrían brotar únicamente de nuestra preocupación humana de cómo responder, y nos señala que demos confianza a la acción misma de Dios, pues es el impulso de Dios el que obra, y nosotros somos meros colaboradores de su Mandato. Entonces, en la medida en que nos acercamos al Evangelio, que dejamos que el Evangelio impregne nuestro corazón, surgirán esos nuevos métodos, esas nuevas expresiones y, sobre todo, nos llenaremos de ese nuevo ardor, que brota del Espíritu Santo.

El Santo Padre nos habla de una nueva etapa evangelizadora, que podamos señalarla e indicarla como una expresión de alegría, de gozo, de una actitud nueva, proactiva, de realmente salir a buscar a la gente, de abrir las puertas de la Iglesia, de demostrar cómo el Evangelio ha dado un sentido a nuestra existencia, y que eso debemos comunicarlo a todas las personas.


El Evangelio es el Anuncio proclamador de la alegría de Jesucristo Nuestro Salvador. Hoy, nuestra Iglesia vive situaciones difíciles, momentos de persecución, momentos en que se requiere que los Laicos se involucren más. ¿Cómo hacer y cómo invitar a todos los que somos bautizados, a incorporarse en el camino de esta Nueva Evangelización?


Es necesario, fundamentalmente, que los Evangelizadores nos preocupemos por dar un auténtico testimonio de vida cristiana, de tener una coherencia de vida. En otras palabras, es muy importante que tomemos conciencia de que el Señor es el que da sentido a todos nuestros actos, a toda acción evangelizadora dentro de la Iglesia, y por lo tanto, si queremos invitar verdaderamente a todos los demás a hacerse discípulos, misioneros de Jesucristo, necesitan ellos ver primero en nosotros ese testimonio de vida; de lo contrario, nos quedaríamos únicamente en acciones externas que no producen resultado. Los resultados provienen de Dios; nosotros somos sus colaboradores, nosotros ayudamos a sembrar, pero debe ser el Señor quien recoge esa siembra; es Él quien da los frutos, y ahí es donde debemos tener una gran paciencia y una gran confianza en el sentido de que, mientras invitamos a los demás, debemos abrir nuestro corazón a Dios y dejar que Él actúe a través de nosotros, que somos débiles instrumentos elegidos por el Señor.


En la actualidad, en nuestras Iglesias locales, por supuesto que no todos van a la par en esa labor; pero, desde su experiencia y visión en ese Pontificio Consejo, y desde ese trabajo que le ha encomendado el Santo Padre, ¿mira usted ese entusiasmo, ese salir a la calle, como nos pide el Papa?


Yo creo que nos falta muchísimo todavía al respecto, porque esto de la ‘Iglesia en salida’ como señala el Santo Padre, supone muchos retos; supone estar abiertos a las novedades que Dios mismo va suscitando en el corazón; supone no tener miedo realmente a cambiar estructuras caducas, a tener el valor de hacer una revisión. Porque, desafortunadamente, lo más fácil sería continuar y tratar sólo de mejorar lo que se venía haciendo, pero hay que darnos cuenta de que hay muchas cosas que ya no sirven, que no responden a la mentalidad actual. Por ejemplo, no involucran a los jóvenes en sus preocupaciones, al modo como ellos se comunican, a su lenguaje mismo, de tal manera que esta ‘Iglesia en salida’ a la que el Papa nos está invitando, supone una profunda revisión, hecha con profunda humildad y coraje para dejar de lado cosas que son buenas, pero que quizá ya no responden hoy a las urgentes necesidades que tiene la Iglesia. Por eso, el Papa nos invita a tener una mayor audacia, a caminar sin miedo, y nos dice que no nos encerremos en las estructuras caducas, ni siquiera en la misma Parroquia o en nuestros Movimientos, sino que salgamos fuera, porque, de lo contrario, la Iglesia se enfermará, seremos miembros de una Iglesia enferma. Y, ante ello, bellamente el Papa dice: “Prefiero una Iglesia herida, maltrecha, porque salió, que una Iglesia enferma porque optó por quedarse encerrada en sí misma”.


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Señor Obispo, platíquenos sobre ese acontecimiento que va a celebrarse en septiembre, un gran momento que va a vivir la Iglesia en El Vaticano.


Precisamente, por la importancia que tiene este Documento, esta Exhortación Apostólica sobre “La Alegría del Evangelio”, hemos organizado en Roma, con la aprobación del Santo Padre y su presencia para decir una palabra de ánimo a los participantes, un Encuentro Internacional sobre el Proyecto Pastoral de la Evangelii Gaudium, del que queremos hacer ver cómo el Papa presenta unas líneas pastorales fundamentales que hoy deben de tenerse en cuenta en toda actividad de la Iglesia, tal como lo expresa él mismo en la Introducción de esta Exhortación.

Para ello, hemos invitado a Conferencistas de los cinco Continentes, expertos en las distintas materias, para que nos iluminen sobre este Proyecto Pastoral, sobre esa inclusión de los pobres, sobre lo que debe de ser la Pastoral en la Ciudad, sobre lo que debe ser la Evangelización a través de los Medios de Comunicación, y también para que nos expliquen en qué consiste esa conversión pastoral, esa ‘Iglesia en salida’; cuál es la espiritualidad que debe animar a la Iglesia, cuál el motivo del gozo y de la alegría del Anuncio, etcétera. De tal forma, son muchas las aristas, llamémoslas así, y numerosos los puntos de vista que surgen, en los que verdaderamente vale la pena profundizar y conocer para poder ponerlos en práctica. Esto se realizará allá en la Ciudad del Vaticano, en el Aula Paulo VI, del 18 al 20 de septiembre, organizado por el Consejo Pontificio para la Aprobación de la Nueva Evangelización, en cuya Página se encuentran las instrucciones sobre cómo inscribirse para poder participar.

Por ello, convido de corazón, a todos los Agentes de Pastoral: Sacerdotes, Obispos, Catequistas y personas que están trabajando directamente en el Anuncio del Evangelio, para que vengan a participar de esta riqueza y de este entusiasmo evangelizador para todos.


Por último, Monseñor, sus palabras para nuestra Arquidiócesis de Guadalajara, donde nuestro Pastor, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, sus Sacerdotes y Laicos estamos trabajando precisamente en esta gran tarea.


Mi saludo muy cordial para el señor Cardenal Robles y también para los Sacerdotes, con quienes tuve la dicha, hace dos años, de estar en un Encuentro con todo el Clero; un mensaje de afecto y aliento a todos los fieles de esa inmensa Arquidiócesis de Guadalajara, tan llena de fervor y de sentido evangelizador, para que no pierda su entusiasmo, no pierda su coraje de anunciar el Evangelio, y que todos sus Sacerdotes tengan la generosidad de colaborar con muchas otras Iglesias necesitadas de Pastores. A todos, mis mejores deseos de que el Señor los bendiga en toda su actividad pastoral.


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