jueves, 20 de marzo de 2014

Un Pastor muy recordado

En recuerdo de Monseñor Óscar Arnulfo Romero

Los testimonios martiriales en nuestra América


“Como siempre, en la Historia Cristiana los ‘Mártires’, es decir, los testigos, son numerosos e indispensables para el camino del Evangelio. También en nuestra época hay muchos: Obispos, Sacerdotes, Religiosos-as, así como Laicos. A veces héroes desconocidos que dan su vida como testimonio de la Fe. Ellos son los ‘Anunciadores’ y los testigos por excelencia” (Cfr. ‘Redemptoris Missio’, N° 45. Apud ‘’Via Crucis de América Latina’, de Paul Debesse. Ediciones Paulinas).


Mural Oscar Romero UESA la mitad de esta Cuaresma de 2014, ¡qué mejor reflexión para Bitácora que el hacer memoria del asesinato de Monseñor Óscar Arnulfo Romero Galdámez, Arzobispo de San Salvador, en 1977! El Papa Juan Pablo II lo calificó como “Pastor y Mártir. Veraz Testigo de la Fe”, en su visita a El Salvador en 1981. “Pastor celoso, añadió, asesinado mientras celebraba la Santa Misa. Así canonizó, con su sangre, su ministerio Sacerdotal ejercido entre los más pobres y más marginados”.

Su martirio fue un testimonio supremo que ha quedado como causa de esperanza de un porvenir mejor. Y Paul Debesse concluye: “Así lo entendió ese pueblo que tanto amó y con el cual se identificó, y el cual ya lo invoca como San Romero de América’ (obra citada, Pág. 99). Reiteramos, ¡qué mejor Memoria en el centro de nuestra Cuaresma y nuestros Vía Crucis cotidianos de la vida! Así exclamaba el Beato Miguel Agustín Pro Juárez, S.J., Mártir, en su Poema a la Virgen Dolorosa: “Déjame pasar mi vida junto a Ti, Madre, para acompañar tu soledad y tu dolor profundo”.

Monseñor Óscar Arnulfo nació en Ciudad Barrios, El Salvador, el 15 de agosto de 1917, Fiesta de La Asunción de la Santísima Virgen, en coincidencia plena de su consagración, y murió el 24 de marzo de 1980 (que hoy recordamos), durante la Homilía de la Santa Misa que estaba celebrando en la Capilla del Hospital de Cancerosos. Juan Pablo II calificó su muerte como ‘crimen sacrílego’. Y el Obispo Pedro Casaldáliga escribió su Poema-Epitafio: “San Romero de América. Pastor y Mártir nuestro: ¡nadie hará callar tu última Homilía! (Cfr. Servis koinonia, org. Martirologio’). Fue, como Pastor, un eminente predicador de homilías, específicamente. Le han llamado también: Mártir ‘jesuánico’ (sic), por su opción por los pobres.


I- FLORILEGIO Y MARTIROLOGIO, A LA VEZ, DE APÓSTOLES DE AMÉRICA

Nuestra Bitácora quiere subrayar el Martirio como carisma (don) de la Iglesia y memoria histórica’, signo y testimonio, sólo comprensible a la luz de la Fe. Es, en verdad, un ‘Vía Crucis Martirial’¸ y así lo califican los hagiógrafos. Un transitar del Viernes Santo a la Pascua de Resurrección. El Mártir es ‘grano de trigo que debe morir para brotar fecundo’… ( Io.12,24). Se nutre de una recia vida espiritual muy precisa: espíritu de fortaleza de sumo desapego; de caridad solidaria; de espíritu paradójico de gozo; y, en vocablo del Papa Francisco, de alegría, de entrega. De ahí la importancia de consignar la Memoria de este Vía Crucis. Exponemos apenas unos ejemplos.

Sea el primero, *San Felipe de Jesús, el Primer Santo Mexicano, quien murió crucificado en la Colina de Nagasaki, Japón, el 5 de febrero de 1597. Primicia de la Fe. Le siguen, sin orden preciso, sino del recuerdo vivo: *Santa Kateri Tekakwitha, ejemplo de entrega en la Misión Jesuita en Mohawak, Canadá, el 17 de abril de 1679. *San Isaac Jogues, San Juan de Brebeuf y Compañeros Mártires, en la Misión entre los Hurones, en Canadá. *El Beato Fray Pedro de Betancourt, 25 de abril de 1667, Apóstol de Guatemala, que ‘se hizo pan para el hambriento…’ *San Pedro Claver, el 8 de octubre de 1654, llamado el ‘esclavo de los negros, por cuarenta años’, en Cartagena, Colombia. *Santa Rosa de Lima, el 24 de septiembre de 1617, primera Santa canonizada de América. Después de durísima enfermedad, muerta a sus 31 años.

El Beato *Fray Antonio de Valdivieso, O.P., Mártir el 26 de febrero de 1550, cuando era Obispo de León, Nicaragua. Los Apóstoles de las Californias, *Padres Eusebio Kino y Juan María de Salvatierra, Jesuitas, y Fray Junípero Serra Ferrer, Franciscano, incansables en sus correrías misioneras y su caridad. *San Francisco Solano, O.F.M. En 1610, entregado a las inmensidades de Argentina y Perú. San Luis de Beltrán, O.P., muerto en 1581, apóstol de la Costa Colombiana, en Cartagena, y del Caribe. *Santa Mariana de Jesús Paredes, la ‘Azucena de Quito’, en Ecuador. Y muchos más, deveras toda una heroica legión abundantísima.


II- REFERENCIA OBLIGADA A LOS SANTOS MÁRTIRES MEXICANOS

Nos ceñimos al Grupo de los 25 Mártires, así consignados, por su martirio en tiempos de la Persecución Religiosa. Enunciamos apenas su ‘letanía’. Los encabeza el Padre *Cristóbal Magallanes Jara, +25-IV-1927. *P. David Galván Bermúdez, 30-I-1915. *P. Luis Batis Sáinz, 15-VIII-1926. *Manuel Morales, 15-VIII-1926. *David Roldán Lara, 15-VIII-1926, también. *P. Jenaro Sánchez Delgadillo, 18-I-1927. *P. Mateo Correa Magallanes, 6-II-1927. *P. Julio Álvarez Mendoza, 30-III-1927. *P. David Uribe Velasco, 12-IV-1927. *P. Sabás Reyes Salazar, 13-IV- 1927. *P. Román Adame Rosales, 21-IV-1927. *P. José Isabel Flores Varela, 21-VIII-1927. *P. José María Robles Hurtado, 26- VI-1928. P. Miguel de la Mora de la Mora, 7-V-1927- *P. Rodrigo Aguilar Alemán, 28-X-1927. *P. Margarito Flores García, 12- XI- 1928. *P. Pedro Esqueda Ramírez, 22-XI-1927. *P. Jesús Méndez Montoya, 15-II-1928. *P. Toribio Romo González, 25-II-1928. *P. Justino Orona Madrigal, 1°-VIII-1928. *P. Tranquilino Ubiarco Robles, 5-X-1928. *P. Pedro de Jesús Maldonado Lucero, +11-II-1927. *Salvador Lara Puente, 15-VIII-1926. *P. Atilano Cruz Alvarado, 1-VII-1928. *P. Agustín Caloca Cortés, 25-IV-1927.


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