jueves, 6 de marzo de 2014

Penitencia, oración y caridad, camino seguro a la Pascua

Principio cuaresmal


Guiso apetitoso


Con el Miércoles de Ceniza se inició la Cuaresma, tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia Católica para prepararnos a la Gran Fiesta de la Pascua. Es oportuno para arrepentirnos de nuestros pecados, y ocasión de cambiar para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.

Monseñor José Guadalupe Ramiro Valdés Sánchez, Vicario General de la Arquidiócesis de Guadalajara, explicó que la Cuaresma es un período idóneo para disponernos a celebrar del gran Misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

“Es el tiempo para reconocer las fallas que hemos tenido en nuestras conductas; tiempo de reflexión para convertirnos a Dios; de hacer una evaluación de nuestras actitudes y acciones; una revisión de nuestro vivir; ver en qué hemos acertado y en qué hemos fallado. La Cuaresma es un lapso de meditación, de oración y de penitencia. No consiste en ayunar por ayunar, sino en una manifestación de que estamos dispuestos a controlar nuestros impulsos”, remarcó.


SANAS TRADICIONES Y COSTUMBRES MODERNISTAS
Agregó que la obligación de abstenerse de comer carnes rojas es el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo para las personas de 14 años a 59 años, ya que los niños no tienen pecados qué purificar.

“Las Leyes de la Iglesia son humanas, no son rígidas, sino moderadas con los católicos. El ayuno también obliga en estos dos días para los católicos desde los 18 años de edad a los 59. A quienes no han llegado a la mayoría de edad se les puede recomendar abstenerse de alguna golosina, y a los ancianos se les dispensa ya, para que no pierdan sus fuerzas”.

El también Canónigo Ramiro Valdés hizo notar que ciertamente hay quienes se dejan llevar por el ambiente hedonista y materialista y hacen a un lado las sanas y piadosas costumbres católicas:

“Y no sólo eso; el ambiente influye para muchas otras cosas negativas, pero ojalá los padres de familia no permitan que sus hijos dejen a un lado las tradiciones; hay que enseñarles que sean cumplidores y responsables”.

Indicó que esta Cuaresma viene a intensificar nuestro apego a la Religión y exhortó a la población en general a leer el Mensaje del Papa Francisco para este período.

“‘Cristo nos enriquece con su pobreza’…Eso nos dice el Santo Padre, señalándonos que la pobreza de Cristo es para que tengamos el sentido de despegarnos de la ambición del dinero y que sepamos administrar los bienes materiales en favor de los necesitados, porque en el mundo actual mucha gente carece de lo indispensable; hay pobreza material, moral y espiritual. El Mensaje del Papa nos invita a ayudar y, por ejemplo, dejar de comer carne para que ese dinero ahorrado lo demos a los pobres; es decir, que la caridad tenga un sentido social, pues más que dar una limosna hay que promover a la persona para que mejore su vida; eso es promoción humana”.

Finalmente, Monseñor Valdés, quien igualmente es Párroco del Sagrario Metropolitano, deseó a todos que esta Santa Cuaresma propicie un encuentro vivo con Jesucristo, Camino, Verdad y Vida.


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