jueves, 13 de marzo de 2014

La vida monacal, camino de santidad

Una vocación bien decidida


José de Jesús Parada Tovar


Madre AdoratrizLlena de emoción y alegría, pero con la modestia que da la gratitud por un llamado directo de Dios Nuestro Señor, la Madre María Eda Sánchez Vázquez celebró su Aniversario de Plata como Religiosa de la Congregación de Adoratrices Perpetuas del Santísimo Sacramento, de la que es Superiora en el Segundo Monasterio, en Guadalajara.

Durante la Misa de Acción de Gracias, el Padre Elías Parada Andalón, antiguo Capellán de ese Convento, enfatizó que la vocación a la Vida Consagrada se responde no sólo con generosidad, sino con la firmeza de un compromiso bien entendido y asumido, desde la humildad de la condición humana, para responder con fidelidad a la Voluntad de Dios, que es el único y siempre Fiel.


UN SENDERO CON VERICUETOS

En charla con Semanario, la Madre María Eda desgranó con fluidez varios pasajes de su vida desde la niñez, presentando como hilo conductor la señal del llamado. Oriunda de Ciudad Cárdenas, San Luis Potosí, nació en el seno de una familia muy cristiana: “Mi mamá (todavía, a la fecha, una reconocida luchadora social en el ambiente del campo), María Eda Vázquez, siempre fue una mujer sencilla y de Fe firme, que me enseñó a amar la tierra y a apreciar sus frutos. Mi papá provenía de una familia privilegiada de vocaciones, pues era su primo el Obispo de San Luis Potosí, Ezequiel Perea Sánchez, y Religiosas dos de sus hermanas.

“Fue el 4 de enero de 1989 cuando mi papá, José Guadalupe Sánchez González, trabajador ferrocarrilero, me entregó en este Monasterio. Tres semanas después tuvo un accidente y falleció el 8 de febrero. Dios le permitió ver dónde tendría yo qué fructificar y confió en ello. Es parte de la historia de mi vida. Mi madre se encargaba, en el barrio, de una incipiente Capilla a Nuestra Señora de los Dolores y formó un Patronato para solventar su construcción. Tengo dos hermanos: Víctor, el mayor, y María Lourdes, discapacitada, en quien Dios nos ha hecho un gran regalo, pues durante los años que la acompañé aprendí de ella grandes virtudes, que me comprobaron que quienes nos sentimos ‘completos’ solemos tener menos capacidades”.

Refirió la entrevistada que cursó hasta la Preparatoria en Cárdenas, y se trasladó a la capital potosina a estudiar la Carrera de Trabajo Social, donde, precisamente por contactos de su hermana, pudo conocer primeramente a las Hermanas Guadalupanas del Espíritu Santo, con quienes efectuó trabajos de Misión en comunidades muy pobres.

Luego, a los 27 años, y madurando sus intenciones con la oración y la frecuencia de la Eucaristía, María Eda hizo un primer compromiso con las Madres Clarisas Franciscanas de San Luis Potosí, sólo que su hermano Víctor, por recomendación de una Monja Adoratriz originaria de Cárdenas, la invitó a hacer una experiencia vocacional de 15 días en Guadalajara. “Aquí Dios me robó el corazón y, con temor, pero con el apoyo de mi Director Espiritual, tuve que deshacer la promesa con las Madres Clarisas, cuya Superiora me comprendió y alentó”.


LAS ADORATRICES

Esta Congregación, que el 12 de abril cumplirá 102 años, fue fundada por María Magdalena de la Encarnación, italiana, beatificada por el Papa Benedicto XVI en 2008, tras ser reconocido, a su intercesión, un milagro obrado en Culiacán. Alrededor de 500 Religiosas -entre ellas la informante- presenciaron en Roma ese gran acontecimiento. Por lo que respecta a México, donde actualmente hay 60 Monasterios, la Congregación se asentó inicialmente en La Piedad, Michoacán, y temporalmente, en La Villa de Guadalupe, junto a la Basílica del Tepeyac.

Debido a la Persecución Religiosa, y con la aceptación del Arzobispo José Garibi Rivera, las Monjas se vinieron a Guadalajara (de ahí su nombre de Segundo Monasterio), y de aquí emanó otro más, instalado en La Barca, Jalisco. El Primer Monasterio está en Calle Bernardo de Balbuena 240, cerca del Centro tapatío.

Su carisma fundamental es la oración ininterrumpida de Adoración al Santísimo Sacramento del Altar. En el Segundo Monasterio (Calle Angulo 1301) viven 22 Religiosas hoy en día.


COMUNIÓN Y FRATERNIDAD

La Madre Eda Sánchez hizo saber que, “a través de la unidad de las Monjas de Vida Contemplativa, estamos viviendo el Evangelio con un solo corazón y una sola alma. Ha sido una experiencia hermosa el procurar y realizar frecuentes Encuentros de oración, convivencia e intercambio de ideas y vivencias. Fue una excelente idea del entonces Obispo Auxiliar y Vicario de Religiosos, José Luis Chávez Botello (hoy Arzobispo de Acapulco) el que cada año nos reuniéramos todas las Religiosas de la Vida Contemplativa, y estamos muy bien organizadas”.

Reconoció la labor de secuencia y continuidad tutelada después por los Obispos Auxiliares Rafael Martínez Sáinz y ahora Juan Humberto Gutiérrez Valencia. “Hay convivencia fraternal de todos los carismas, como debe ser en la Vida Consagrada”, resumió.


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