Bodas de Diamante
Cuando se cuenta con un gran legado de tantos años, el reto sigue siendo no perder de vista el sentido misionero de una Comunidad que se renueva.
Daniel León Cueva
El 12 de marzo de 1939, el Padre Rafael Meza Ledesma tomaba posesión como primer Cura de la Parroquia de San Felipe de Jesús, la número 12 hasta entonces en el área urbana tapatía; la primera que erigía en la Ciudad el Arzobispo José Garibi Rivera (simultáneamente, nacía la de la Santísima Virgen de Guadalupe en Juanacatlán, Jalisco), y en esa misma fecha era coronado Pontífice el Papa Pío XII.
A 75 años de distancia, el sexto Párroco en la historia de esa Comunidad, Sr. Cura Luis Gerardo Gudiño Chávez, con el respaldo del Padre Vicario, Rodolfo Rodríguez Leyva, involucró a toda su feligresía en un intenso programa de actividades de carácter religioso, cultural, artístico y social, que ha tenido como centro la acción de gracias a Dios y la motivación del despertar hacia la promoción y vivencia del Evangelio, y que se desplegará durante todo un año conmemorativo.
Recuerdo, gratitud y compromiso
En la Santa Misa del miércoles 12, durante la homilía, el Padre Héctor Navarro López, Religioso de la Sociedad del Verbo Divino, tras advertir que la esencia del Cristianismo es propagar la Palabra de Dios sin pretextos de exclusión, instó a todos a asumir el mensaje de conversión que nos recalca el Tiempo de Cuaresma y a dar lo mejor de nosotros en ese empeño.
Luego, este Sacerdote Misionero, oriundo de ese Barrio del Sector Libertad tapatío, aseguró que hay muchos motivos de gratitud a Dios por tantas bendiciones a la Parroquia de San Felipe de Jesús en el transcurso de tres cuartos de siglo, principalmente por el florecimiento de abundantes vocaciones sacerdotales, religiosas, misioneras y de incontables Laicos ejemplares, aun tomando en cuenta que todos los procesos registran altas y bajas. Recordó su infancia ahí como monaguillo y su juventud en las filas de la Asociación Católica de la Juventud Mexicana, ACJM, evocando principalmente a los señores Curas Rafael Meza Ledesma y Florencio Villaseñor García, así como al Padre Pedro Gutiérrez Contreras, ex Vicario, y al Padre Luis Jorge González Castellanos, Religioso de la Orden del Carmelo, también oriundo de ese Barrio, y sobrino carnal del Beato Anacleto González Flores.
A su vez, el Padre Rodolfo Rodríguez asentó: “Estamos en sintonía con los propósitos iniciales de esta porción de la Iglesia, y animados a refrendarla como ‘Parroquia Modelo’ que fue por mucho tiempo. En esta nueva etapa, nos proponemos que la feligresía esté muy bien comunicada y reciba una cercana atención y servicio de sus Sacerdotes, pero que, además de evangelizada, sea evangelizadora, como lo piden los nuevos tiempos”.
Repasando la Historia
Al día siguiente, jueves 13, en el Teatro Parroquial “Mons. Rafael Meza Ledesma”, el Padre Tomás de Híjar Ornelas, Cronista de la Arquidiócesis tapatía, ante numeroso auditorio de feligreses, expuso una brillante e interesante Conferencia en torno a la Canonización del Primer Santo Mexicano, Felipe de Jesús de las Casas Martínez, resaltando el adjetivo de “mexicano”, pues si bien al nacer se llamaba entonces Nueva España este actual territorio nacional, “Felipillo” vino al mundo precisamente en la Ciudad de México (en 1572). Y luego repasó, en ilustrada síntesis, el contexto religioso, social y político del Siglo XIX, cuando el Papa Pío IX elevó a los Altares a este joven y criollo Fraile Franciscano, exactamente el 8 de junio de 1862.
El Padre Tomás de Híjar, Historiador y Catedrático del Seminario Mayor, trajo a relación aquellas fechas con la celebración actual de los 150 Años de la Creación de la Provincia Eclesiástica de Guadalajara al elevar a la Sede tapatía al rango de Arquidiócesis, y a su Obispo (Pedro Espinosa y Dávalos) a la dignidad de Arzobispo. Y es que en aquel entonces la mayoría de los pocos Obispos de nuestro país se encontraba en el exilio en Roma a causa de las Leyes de Reforma, y fue cuando el Pontífice Pío Nono canonizó a San Felipe, creó nuevas Diócesis en México, autorizó dos Arquidiócesis (ésta y la de Michoacán), y con ello respaldó la reivindicación y fortalecimiento de la Religión en nuestra Patria.
Por su parte, el Periodista José de Jesús Parada Tovar hizo un recuento cronológico de la conformación del Barrio y Parroquia de San Felipe de Jesús desde sus orígenes como “rumbo de Oblatos” y zona periférica al extremo Oriente tapatío, y cuya jurisdicción eclesiástica, en un principio, abarcaba prácticamente desde la Calle Belisario Domínguez hasta la Barranca de Oblatos, pues, en lo que respecta al Sector Libertad, sólo le precedían las Parroquias de San Juan de Dios y de La Purísima Concepción.
Detalló, asimismo, distintos aspectos de la vitalidad de esa barriada, teniendo como eje la actividad parroquial, pues muy pronto contó con extendida Catequesis; tres Escuelas Primarias; más de 20 Asociaciones piadosas y de apostolado; una Academia con 14 especialidades para mujeres; Biblioteca; Departamento de Estadística; Casa Social; Periódico dominical propio y difusión de 20 publicaciones católicas; Coros infantil y de adultos; Salón de Actos con eventos culturales y artísticos cada semana, así como para proyección de películas; Dispensario y Despensario; Equipos de Futbol y Volibol; Caja del Ahorro Popular; Mutual de Difuntos, etc.
No en balde, subrayó el conferenciante, esta Parroquia y su primer Párroco, así como los Vicarios y la fuerza seglar, fueron considerados, por su dinámica y englobante acción pastoral, como “muy adelantados” a las directrices que años después emanarían del Concilio Vaticano Segundo.
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