Promisorio Año Jubilar
Espléndido inicio de festejos conmemorativos de la Arquidiócesis
En un marco lleno de entusiasmo y alegría, además de una cuidadosa organización, la Ciudad de Lagos de Moreno marcó exitosamente, el domingo 16 de marzo, el arranque de las celebraciones por los 150 Años de la Provincia Eclesiástica de Guadalajara.
José de Jesús Parada Tovar,
Enviado Especial
Lagos de Moreno, Jal.- Fue el 17 de marzo de 1864 cuando el Obispo Pedro Espinosa y Dávalos, después de un destierro que había cumplido en Roma, entró a su Diócesis, procedente de la Ciudad de México, precisamente en la antigua Santa María de los Lagos, y en el suntuoso Templo Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción dio cumplimiento a la Bula Romana Ecclesia, mediante la cual el Papa Pío IX lo elevaba a la dignidad de Arzobispo y creaba la Provincia Eclesiástica de Guadalajara teniendo como Sede Metropolitana la Capital de Jalisco.
A uno y medio siglos de distancia, ésta fue la efeméride que se recordó en Lagos a través de un intenso programa de actividades que encabezó el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, quien desde temprana hora fue recibido con grandes muestras de aceptación y afecto por centenares de personas, e hizo su arribo caminando por la Avenida Miguel Hidalgo, que lucía desplegados alusivos a la festividad.
Una marcial Banda de Guerra, compuesta por niños y jóvenes, iba abriéndole el paso hasta llegar al Teatro “José Rosas Moreno”, acompañado del Obispo de la Diócesis de San Juan de los Lagos, Felipe Salazar Villagrana.
RECONOCIMIENTOS Y
BRILLANTES CONFERENCIAS
Ahí, antes de dar principio a la primera parte de la Jornada Académica del día, en el Foro del Teatro, el Presidente Municipal de Lagos de Moreno, Hugo René Ruiz Esparza, dio la bienvenida al Cardenal José Francisco Robles, lo declaró Huésped Distinguido de Lagos de Moreno y le entregó simbólicamente las Llaves de la Ciudad, diciéndole que “la Iglesia trabaja a fondo en pro de los valores”, y que “esta población es fielmente católica y refrenda su Fe con esta celebración. Ojalá que nuestra conducta siga siempre los preceptos de Dios para lograr un mejor Municipio, un mejor estado, una mejor Nación”.
Ponente magistral de la primera Conferencia fue nuestro Arzobispo Metropolitano, quien comenzó advirtiendo que la Iglesia se propone cumplir, en todo tiempo y lugar, el mandato divino de anunciar la Buena Nueva, como lo asienta el Capítulo 10 del Evangelio de San Juan, y lo ratifica y estipula la Constitución Apostólica Lumen Gentium. Es por ello que la Santa Sede está atenta a orientar y dar directrices para hacer eficaz esa labor en todo el mundo, según las propias características de cada región lo demanden en cuanto a organización, delimitación de territorios y de facultades, crecimiento, descentralización de funciones, etcétera.
Detalló el origen, evolución y denominación de instituciones como la Parroquia, la Diócesis y la Arquidiócesis o Provincia, remitiendo a lo que establece el Código de Derecho Canónico en el Canon 431. Luego resaltó la heroica y apostólica acción de los pioneros Religiosos Misioneros, quienes entre enormes reveses, limitaciones y penalidades fueron conociendo, y dando a conocer a Europa, la intrincada geografía de nuestro suelo y la necesidad de una atención más orgánica y acorde a las peculiaridades del vasto territorio americano.
Hizo notar, el Cardenal Robles Ortega, que, al erigirse como Diócesis la de Guadalajara el 13 de julio de 1548, se desmembró de la de Michoacán y abarcó su jurisdicción a prácticamente todo el Norte del Continente Americano, con bastantes carencias y retos por la colosal extensión, la escasa población, los precarios recursos disponibles. Asimismo, destacó el influjo pastoral en todo este vasto territorio, que se reflejó en el surgimiento de numerosas Asociaciones piadosas y de apostolado, al igual que en la asistencia social.
Resaltó también los copiosos frutos que en diversos órdenes de la vida ha dado a la Iglesia esta Provincia Eclesiástica, sobresaliendo, por su trascendencia, la aportación de un buen número de Beatos, dos Santas y los Mártires Canonizados, al tiempo que estableció que todo ello implica un profundo agradecimiento a Dios Nuestro Señor, aunado al compromiso que, como bautizados, nos exige la Nueva Evangelización.
En su turno, el Canónigo José de Jesús López de Lara, prestigiado Historiador de la Diócesis de Zacatecas, hizo una brillante exposición de su tema, comenzando por llamar, a Lagos de Moreno, “el corazón del territorio que ha dado tantos Mártires de la Iglesia”, y a Zacatecas: “La Madre del Norte; la avanzada del Virreinato para abrirse paso hasta Nuevo México”. Del Misionero Franciscano Antonio Margil de Jesús, quien se autollamaba “la mesma nada”, recordó que “recorrió miles de kilómetros aprendiendo los idiomas de indígenas hostiles, enseñando la Doctrina cristiana y hasta haciendo milagros. Esa ‘mesma nada’ amerita la Canonización”, resumió.
Investigador y Doctorado en Historia, así como autor de numerosos libros y ensayos, el Padre López de Lara fue muy ovacionado por el nutrido auditorio luego de presentar, con recursos audiovisuales, una interesante descripción arquitectónica de la Catedral de Zacatecas que, tan sólo en su fachada, sintetiza la Doctrina Cristiana en todos sus elementos, tanto signos como figuras, elaborados con la cantera rosa de la región y en el genuino estilo barroco mexicano. Al final de su intervención, le entregó un reconocimiento el Vicario General de la Arquidiócesis, señor Cura José de Jesús García Zamora.
TRIBUTO A DIOS
Pese a sus amplias dimensiones, el bellísimo Templo Parroquial de Lagos fue insuficiente para dar cabida a tantos fieles provenientes de esa ciudad; de diversas poblaciones de la Diócesis de San Juan; de la Arquidiócesis tapatía y de otras Diócesis que le son sufragáneas, deseosos de participar en la Santa Misa del mediodía, que marcaba propiamente el Inicio del Año Jubilar de Festejos por el Sesquicentenario de la Provincia.
Y, sin demeritar el ambiente de recato y sobriedad que demanda el tiempo litúrgico de la Cuaresma, la Eucaristía revistió gran solemnidad. Presidió la Concelebración el Cardenal Francisco Robles, acompañado del Obispo anfitrión, Felipe Salazar, y de otros Prelados de esta Región Pastoral: Braulio Rafael León Villegas, Obispo de Ciudad Guzmán; José María de la Torre Martín, Obispo de Aguascalientes, y Fray José de Jesús González Hernández, Obispo de la Prelatura Misional del Nayar. Además, como invitados especiales: el Arzobispo de León, Alfonso Cortés; el Obispo de Zamora, Javier Navarro Rodríguez; el Obispo de Celaya, Benjamín Castillo Plascencia, y Monseñor Enrique Sánchez Martínez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Durango. Asimismo, concelebraron 53 Sacerdotes, la mayoría de la Diócesis alteña; 15 del Clero tapatío, y algunos de Ciudad Guzmán y de Aguascalientes.
El Coro de la Universidad del Valle de Atemajac, con su Director (también al teclado del órgano), Maestro Juan Ángel Morelos Romero, interpretó la “Misa de La Asunción”, de la autoría del italiano Licinio Refice, quien la dedicó especialmente a la Catedral de Guadalajara; también entonó cantos comunitarios y, al final, el Te, Deum, laudamus, de Haendel. El Párroco de La Asunción, de Lagos, señor Cura Emiliano Valadés Fernández (a quien se atribuye el mérito de una brillante organización de los eventos y momentos de la jornada inaugural) dio el saludo de recepción a todos los visitantes, enfatizando que “somos convocados por Jesucristo de ayer, de hoy y de siempre”, y que para la Diócesis de San Juan de los Lagos es un honor tal muestra de predilección, concretada en este principio de los Festejos de la Provincia, “lo cual debe unirnos en oración y en gratitud a Dios por pertenecer a una Arquidiócesis apostólicamente rica”.
Recalcó que, “en el contexto de la Nueva Evangelización, este acontecimiento es una oportunidad para concitar a la reconciliación y la paz. Y, en colaboración con las Autoridades Civiles, emprendamos la construcción de la Civilización del Amor”.
En su homilía, el Cardenal Arzobispo José Francisco Robles, tras expresar su gratitud por hacerlo sentir en casa, aludió a las Lecturas subrayando la Fe de Abraham, invitado por Dios a dejar comodidades y riqueza, y a dirigirse a una incierta meta, pero siempre creyendo, confiando y esperando. Se refirió a San Pablo en su exhortación a Timoteo a no desfallecer ni descansar en la difusión de la Buena Nueva, que es la razón de ser del discípulo-misionero. Del Evangelio del día, dijo que La Transfiguración de Jesús “nos presenta un paisaje insólito y portentoso, que exalta a su Persona, y que hoy nos convida a la conversión, que es el camino hacia la cumbre de la victoria”.
Tocante a la efeméride, hizo notar que se explica una especial gratitud y honor a Dios Nuestro Señor por su asistencia providente a esta Iglesia en México, que ha conocido etapas de colapso, como hace 150 años, cuando, separada de la Autoridad Civil, ocurrió que los enfrentamientos reemplazaron al diálogo y la razón, lo cual generó momentos álgidos entre 1926 y 1929. Dijo que la paz es fruto de la justicia; ésta se finca en el Derecho, y éste emana del ejercicio responsable de la libertad.
RIESGOS Y ASIGNATURAS
PENDIENTES
También Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, el purpurado jalisciense apuntó que un verdadero patriotismo se sustenta en la educación integral del pueblo, pero que la Sociedad se ha vuelto más atenta a la influencia de los Medios de Comunicación. Dijo que “los Obispos pedimos valorar lo que heredamos, pero con el compromiso de transformar la realidad, aunque para ello convocamos a recobrar el sentido comunitario y a no esperarlo todo de las Autoridades, y sí fijándonos metas coincidentes”.
Igualmente, advirtió que el malestar social generalizado puede agravar amenazas, puesto que el sistema educativo se ve a ratos colapsado, faltan oportunidades de trabajo y sigue cundiendo el crimen organizado, al tiempo que pidió que todo intento de solución se mire desde la Fe, la razón y la experiencia.
Al término de la Misa, el Alcalde laguense entregó a los Obispos presentes una respectiva Medalla conmemorativa de los 450 Años de la Ciudad de Lagos de Moreno. Luego, en variados sitios, a todos los participantes foráneos se les sirvió una comida; se organizaron recorridos por la ciudad en distintos grupos y, por la tarde, en el Teatro “Rosas Moreno”, prosiguió la Jornada Académica con una Conferencia a cargo del Pbro. Tomás de Híjar Ornelas, Cronista Arquidiocesano y, como digno remate cultural, un Concierto con la Orquesta Filarmónica de Jalisco.
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