jueves, 13 de marzo de 2014

Copiosa respuesta por el día del seminario

Es de bien nacidos ser agradecidos


Vale la pena consagrase al hombre por cristo


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Juan Pablo Avalos Zúñiga, 4º de Teología


Estimados lectores: el pasado domingo 2 de marzo celebramos el Día del Seminario Diocesano de Guadalajara. Y ante ello, queremos, a través de este Medio, agradecer a todas las personas de buena voluntad que con su oración, sacrificios y ayuda económica nos brindaron su apoyo. Gracias a Dios, y a ustedes, mediante su generosidad, el Semillero Vocacional de la Arquidiócesis, con más de 300 años de existencia, puede seguir adelante en sus distintas etapas de formación de los futuros Pastores según el corazón de Cristo para la Iglesia Universal, y en particular, para la Iglesia que peregrina en Guadalajara.

Por lo tanto, Padres Formadores y Seminaristas queremos decirles ¡Muchas gracias!, pero un gracias que va acompañado con nuestra vida, entrega, testimonio, estudio, compromiso, trabajo y oración.

La frase-tema que se eligió este año para celebrar el Día del Seminario, como ustedes recordarán, fue: “Vale la pena consagrase al Hombre por Cristo”, y fue tomada de la exhortación que nos hiciera el Santo Padre Juan Pablo II, desde el patio central del Seminario Mayor, aquel lunes 30 de enero de 1979, en que nos visitara. Hoy, esa arenga sigue aún resonando y teniendo permanente vigencia en cada uno de los que formamos parte del Seminario.

Ese “Vale la pena” significa mayor esfuerzo, dedicación, coraje y entrega para lograr nuestro objetivo, y no sólo en el ámbito del ministerio sacerdotal, sino, en verdad, para alcanzar la felicidad absoluta, la santidad. Y es que hoy, más que nunca, se requieren jóvenes valientes, que realmente se atrevan a seguir la voz de lo Alto y a responder con un Sí generoso a la vocación, pues deveras que Vale la Pena consagrarse totalmente al servicio de los demás, siguiendo el camino del Evangelio.

Aquel domingo 2 de marzo, los Seminaristas salimos de la Casa-madre para visitar a más de 500 Parroquias distribuidas a lo largo y ancho del territorio arquidiocesano, y recogimos abundantes frutos. Por ello, también queremos agradecer a todos los Párrocos, Vicarios y Capellanes que nos abrieron no sólo las puertas de la Iglesia para transmitir el Mensaje del Seminario a sus fieles, sino que nos brindaron su apoyo, testimonio y amistad. Resulta obligado reconocer, asimismo, a los Laicos comprometidos en sus Parroquias, que nos estuvieron acompañando y ayudando en esta jornada. También a todos los Medios de Comunicación que difundieron el Mensaje del Día del Seminario. Y nuestra gratitud, finalmente, a los Colegios, Hospitales, Asilos, Orfanatos, Instituciones de Readaptación Social; a todos, Dios los recompense con el ciento por uno. Que el Señor les siga bendiciendo, y sepan que el Seminario continuará adelante en su labor, gracias a la Divina Providencia, que nunca nos ha dejado, y que se ha visto reflejada, una vez más, en el gran amor que los fieles cristianos han manifestado por esta Institución.


Seminario Apostolado


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