jueves, 6 de marzo de 2014

Deporte desvirtuado

El deporte, absorbido por la industria

Acelerado mercantilismo


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José de Jesús Parada Tovar


Con autoridad moral y pleno conocimiento de causa, el Obispo de Campeche, José Francisco González González, advirtió que el deporte no debe perder su aspecto y su dimensión lúdica. Y es que el deporte se ha hecho cada vez más profesional, lo cual significa dedicarle todo el tiempo a ello, con el fin primordial de sacarle mucho dinero. Así las cosas, se ha mercantilizado una actividad humana que debería ser prioritariamente recreativa, de convivencia.

“Son aspectos que no deberían perderse de vista, por más que hoy en día es evidente la importancia que revisten las especializaciones, pero no menos que ejercitar el físico y dominar el espíritu, con tal de apegarse a aquel viejo y sabio dicho latino: ‘Mente sana en cuerpo sano’”.


INDESEABLES DESPROPORCIONES
Entrevistado todavía como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Guadalajara, y unos días antes de tomar posesión como Pastor de la Diócesis de Campeche, Monseñor Francisco González habló con enjundia de un tema que conoce muy bien como deportista que es desde su niñez y que no ha dejado de serlo, en la medida de sus presentes circunstancias y posibilidades: “Lamentablemente, en la actualidad hay deportistas que en un año ganan cantidades exorbitantes, mientras que un asalariado común, trabajando de ocho a diez horas diarias, ni en toda su vida podría acumular aquellas sumas. Y eso es una injusta desproporción”.

Y abundó: “Ciertamente, si alguien posee y desarrolla un talento especial, en justicia debe ganar más; pero no en forma tan descomunal. Si a su sueldo se añade lo que gana por concepto de publicidad y otros ingresos, prácticamente pasa a convertirse en mercenario de un don recibido de Dios, y eso le hace perder el piso. Por eso observamos que, en muchos casos, los deportistas se vuelven seres deshumanizados, como de otra órbita; ya no conviven con la gente. Pero, ¿qué pasará cuando dejen el deporte por perder condiciones, capacidad, fama? Seguramente, les costará trabajo integrarse, o incluso su dinero puede llevarlos por otros caminos.

“Considero que quien se dedica al deporte debe hacerlo, sí, con mucho profesionalismo; pero sin que ello le reste otras dimensiones de su ser humano, como son la familia, la convivencia, el estudio, el alimentar su Fe en Dios. Cuando pasa tanto tiempo concentrado, no le quedan momentos para otras cosas importantes en la vida”.

Y resumió: “Aunque la Medicina Deportiva ha mejorado muchísimo, los deportistas, en especial los profesionales o de alto rendimiento, en diez años quedan exhaustos y con múltiples lesiones. Pero, definitivamente, creo que debe modificarse la manera de vivir el deporte: el futbol, el basquetbol, el beisbol, el futbol americano y otras disciplinas que cada vez se vuelven más exigentes”.


DESTACADO Y RECONOCIDO
En su época juvenil de Seminarista, Francisco González (aludido familiarmente como “Panchito”) sobresalió como futbolista por su depurada técnica, gran solvencia física y habilidad goleadora, al grado de que siempre fue integrante de la Selección de su Grupo y de su División respectiva (Secundaria, Preparatoria, Filosofía y Teología). Cuando, por breves años, dejó el Seminario y fue Reportero de El Informador, reforzó la oncena de este Periódico y le hizo alcanzar victoriosos logros. Ya Sacerdote, continuó practicando regularmente el balompié en los encuentros amistosos que promueve el Clero los miércoles en el Seminario Mayor.

También ejercitó el baloncesto y, en menor medida, el volibol, aunque una de sus principales aficiones continúa siendo el ciclismo (más bien como medio de transporte) y el excursionismo. De hecho, fue asiduo caminante de la Barranca de Huentitán, y paseante, a pie, de diversos sitios de montaña.


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