Rincón poético
En el patio de su casa,
meditando, meditando,
estaba la Virgen pura
sus oraciones rezando.
Era tan bella la Niña,
que la estaba Dios mirando,
y mientras más la miraba,
más se estaba enamorando.
¡Cómo es posible que Dios,
sin nada necesitando,
por una humilde creatura
el futuro esté apostando!
Teniendo todo el Poder,
necesita de un milagro:
que esta Niña primorosa,
que ahora le gusta tanto,
le diga que está de acuerdo
su Proyecto secundando.
“¡Dios te salve, oh María!
Yo te vengo saludando.
Soy el Arcángel Gabriel,
que hasta Ti estoy llegando .
¡No tengas miedo, Doncella!
Mis palabras desgranando
quiero anunciarte que Dios
de verdad te está invitando
a ser la Madre de su Hijo
y, con ansias, esperando
que Tú le digas que Sí…
Allá se quedó aguardando”.
Pbro. Cándido Ojeda Robles
si tú eres, oh maría, madre del rey de reyes…
(para oficio de lectura)
Si Tú eres, oh María, Madre del Rey de reyes,
eres Hija del Padre y Esposa cenital
del Paráclito Espíritu, la fuerza fecundante
de tu vientre inviolado, Paloma de la Paz.
Quien nunca hubo principio, en Ti se torna tiempo.
Se encarna en nuestra Historia y aprende a sollozar.
Tú llevaste en tu vientre, como custodia viva,
la Ofrenda y el Pontífice, la Víctima y la Paz.
Sin dejar de ser Dios, en Ti empieza a ser Hombre.
Y es carne de tu carne y es el sol y la sal.
Por ello a Ti acudimos, Corredentora y Madre;
porque estás vinculada a su Ser y a su obrar.
Por ser Madre de Cristo, Tú rozas los linderos
de las más altas cimas de la Divinidad.
Da vértigo mirarte, Madre de Dios y nuestra,
tan encumbrada y límpida, como el sol sobre la mar.
Bendito Tú, Dios Padre. Bendito Tú, Dios Hijo.
Bendito Tú, el Paráclito. Bendita Tú, sin par.
Madre de Dios y nuestra; Refugio en la tormenta
Y Puerta de los Cielos y Estrella de la mar. Amén.
P. Fray Jerónimo Verduzco Villarreal, O.F.M.
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